Al hacer un balance del trabajo de las comisiones de Cultura de la Cámara de Diputados, José Antonio Cordero, cineasta e integrante del (Movimiento Colectivo por el Arte y la Cultura de México) se queda con un sabor “agridulce”; asegura que hubo buenas intenciones pero las iniciativas del Ejecutivo fueron inamovibles.

A pesar de quey Susana Harp, presidentes de las dos comisiones de Cultura en Diputados y Senado, pertenecen al sector y son representantes de un mismo partido, “dejaron mucho que desear para el sector cultura y, lejos de haber mejorado, hoy nos encontramos en peores condiciones de las que estábamos al inicio de la administración”, expresa, por su parte, Carlos Villaseñor, abogado y especialista en políticas culturales.

“En lugar de intentar crecer se ha ido retrocediendo”, concluye el investigador de la Dirección del Estudios Históricos del INAH, Bolfy Cottom, quien, para analizar el impacto de las comisiones legislativas, abre una pregunta: “¿qué problemas reales se resolvieron con su trabajo?”

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Desde hace casi tres años, estas comisiones son presididas por personas que provienen del sector de la Cultura: la cantante Susana Harp Iturribarría encabeza la comisión de Cultura del Senado, y el actor y productor Sergio Mayer es titular de la comisión de Cultura y Cinematografía en la Cámara de Diputados.

En las elecciones intermedias de este 6 de junio, Mayer busca reelegirse; en la Cámara Alta, los senadores continuarán hasta 2024. Los dos presidentes de estas comisiones son parte de un gobierno de izquierda que despertó muchas expectativas en la comunidad cultural y científica.

Propuestas de origen

En el micrositio de la Comisión de Cultura del Senado aún se puede leer la propuesta de Harp: trabajar, junto a la comunidad cultural y los ciudadanos, para “favorecer la inversión en materia cultural, ampliar la protección jurídica del patrimonio tangible e intangible, promover el incremento presupuestal en la materia, impulsar las más diversas expresiones artísticas, fortalecer las industrias creativas y, garantizar que todos los mexicanos disfrutemos de los derechos, bienes y servicios culturales”.

Mayer prometió en su discurso de instalación de la comisión, en octubre de 2018, renombrar dicha comisión y llamarla “Comisión de las Culturas y Cinematografía” (nunca sucedió), buscar un mayor presupuesto para el sector, proteger el derecho de autor y los derechos colectivos, proteger los patrimonios culturales de México, e impulsar el acceso a los bienes y servicios culturales.

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La promesa compartida de mayor presupuesto para Cultura no se cumplió.

Entre sus propuestas, las reformas para proteger el patrimonio tangible e intangible llevaron a una modificación de la Ley Federal de Derecho de Autor, publicada a inicios de 2020; semanas atrás fue regresada al Senado la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas; tampoco se concretaron la nueva Ley Federal de Cinematografía y Audiovisual ni las reformas a la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro.

Gestión de comisiones de Cultura reprueba ante especialistas
Gestión de comisiones de Cultura reprueba ante especialistas

Balances

Carlos Villaseñor, abogado y especialista en políticas culturales, considera que la legislatura que está por concluir no hizo más que profundizar en la perdida de las facultades que le corresponden a la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, en particular en el análisis y dictaminación del presupuesto del sector Cultura.

“Pasamos de momentos en que la Comisión de Cultura podía participar en la reasignación de recursos de hasta por 4 mil millones de pesos (que equivalían a 25% del presupuesto), a que ahora tímidamente la distribución de determinados recursos se pusiera como anexo de sugerencia”.

Villaseñor puntualiza los temas donde las dos comisiones no atendieron las peticiones de los artistas: en el pago inmediato de los servicios que ya habían prestado, y en proporcionar esquemas de seguridad social: “ni siquiera en tiempos tan graves como los de la pandemia que nos ha tocado vivir en el último año”.

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Además acusa: “Cargan con la responsabilidad histórica, como diputados del partido mayoritario, de haber aprobado la cancelación de los fideicomisos”.

La comisión de Cultura en la Cámara de Diputados, advierte, a través de la Auditoría Superior de la Federación, no promovió una exigencia de cuentas a fondo, de la operación de la Secretaría de Cultura y sus subejercicios. “El hecho que es que hoy por su sumisión o aparente sumisión a una instrucción (presidencial), el sector Cultura tiene 30% menos del presupuesto que alcanzó a tener; y que de ese 70% que tiene, 25% está comprometido para un solo proyecto: Chapultepec”.

Y sobre las reformas promovidas apunta: “En todo el trabajo lo que destacó fue una reforma que desarticuló un débil pero existente mecanismo de defensa de los derechos autorales de las comunidades originarias para generar un galimatías incomprensible y combatido por la vía de Amparo”.

Acerca de los efectos reales de la reforma en materia de Derecho de Autor contra el plagio del trabajo artesanal, el antropólogo Bolfy Cottom pregunta: “Yo quisiera ver qué nivel de aplicabilidad ha tenido esa disposición; fue un proceso de una ley muy ambiciosa que pensaba resolver el plagio, el problema es que hay un muro inmenso con el que se topó: es un problema internacional, y mientras no haya un organismo internacional que promueva un instrumento y se haga un trabajo conjunto, es imposible pararlo. Yo quisiera medir, en suma, ¿cuántas comunidades conocen realmente estos cambios?, ¿cuántos casos se han resuelto?, ¿cuánto beneficio ha tenido la población?, ¿cómo ha impactado la vida social del país? Si se mide por eso el trabajo de los legisladores, es una tristeza decir que eso y nada es lo mismo”.

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José Antonio Cordero, integrante del Movimiento Colectivo por el Arte y la Cultura de México, opina que lo bueno ha sido haber abierto propuestas y generado un diálogo con la Comisión de Cultura. Si bien asegura que hubo trabajo con integrantes de la Comisión de Cultura de la Cámara (no con la del Senado), reconoce que “no ha habido buenos resultados”, y da dos ejemplos: el proyecto Chapultepec: “Aunque el diputado (Mayer) buscó una reasignación y se opuso a su bancada, finalmente hubo una imposición del Ejecutivo y de la secretaria Alejandra Frausto”.

El segundo caso: no hubo buenos resultados con la Ley de Cinematografía: “Todo lo que se trabajó se tuvo que abandonar y nos tuvimos que ir al Senado, para que se impulsara; al final, está ahí detenido. Creo que Mayer, o toda la Comisión o una gran parte de ella abandonaron esta propuesta de que nos escucharan, sobre todo a las otras instancias de la cadena de creación y producción… como quizás atendiendo al veto de los exhibidores. Ahí no estamos muy contentos”.

Su balance es agridulce. “Si disminuye la aplanadora de Morena en las Cámaras podremos tener otros aliados en los partidos para que lo que acordemos en los parlamentos abiertos no sea una simulación, y para que ya no recibamos la respuesta de ‘es que mi bancada no puede’.”

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Defraudar expectativas

Aunque Bolfy Cottom reconoce que en los últimos años las comisiones han cobrado mayor relevancia, en estos años se generó una alta expectativa que desafortunadamente se defraudó y no duda que “lo que alcanzan a hacer los legisladores no sólo es muy poco sino muy pobre”.

“Esta expectativa ha ido recibiendo cada vez golpes más duros, sobre todo en dos cosas torales: la vertiente de los derechos culturales que me parece que no termina de entenderse, y el tema de los presupuestos: en lugar de intentar crecer se ha ido retrocediendo, y ahí la Comisión de Cultura no se ha posicionado como una comisión que haga entender al Congreso no sólo la importancia, sino la necesidad crucial de fortalecer el presupuesto para Cultura”.

Bolfy Cottom advierte que el problema no son las personas sino las estructuras, “creo que no son las personas las que pueden llegar a transformar la política legislativa de la cultura, sino las estructuras. Mientras no pensemos en las estructuras, y que detrás de cada legislador tiene que haber un soporte de la comunidad cultural, esto va a ser lo mismo: un discurso superficial, barato y de muy mala calidad. Muchas de esas personas vienen a promover lo que les interesa, y tienen un enorme desconocimiento del espectro, entonces terminan rebasadas, cuando trabajan lo que les interesa son muy excluyentes y selectivas, y forman equipos que caen en la adulación. Es un grave problema de las comisiones”, termina el investigador del INAH.

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30% MENOS DEL PRESUPUESTO de antes tiene ahora el sector Cultura; de ese 70% que tiene, 25% está comprometido sólo para el proyecto Chapultepec, acusa Villaseñor.

Frases

"Lejos de haber mejorado, hoy nos encontramos en peores condiciones de las que estábamos al inicio de la administración”. Carlos Villaseñor. Abogado y especialista en políticas culturales.

"No son las personas las que pueden llegar a transformar la política legislativa de la cultura, sino las estructuras”. Bolfy Cottom. Investigador del INAH.