El miedo que nos tenemos unos a otros en el presente y la incapacidad de hablar de ciertas situaciones, son dos de las reflexiones que se encuentran en el centro de "Furor", obra de teatro de Lutz Hübner y Sarah Nemitz.
"Furor", cuenta, en entrevista, la actriz y traductora de la pieza Stefanie Weiss, es una obra vigente en Alemania, ya que sus autores son dramaturgos con un enfoque social, a quienes les interesa señalar los conflictos y problemas de su sociedad. Lo interesante es que en la pieza convergen conflictos latentes no sólo en lo local, sino a nivel global: "Es una obra absolutamente actual sobre la incapacidad de ponernos de acuerdo en medio de una tragedia y encontrar esa parte humana, confiar en ella. Pienso que es una obra que trata sobre cómo los seres humanos estamos trabados en la incapacidad de resolver los conflictos a los que nos enfrentamos".
Weiss detalla con las ideas del filósofo francés Jacques Rancière sobre el significado de las obras, incompleto sin el pensamiento de alguien que atestigua el hecho escénico, lo cual hace fundamental la vivencia del espectador. La trama de la pieza es sencilla: un accidente en el que se ve envuelto un político desata el conflicto entre clases sociales y exhibe que vivimos en la era de la posverdad.
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"Estaba leyendo recientemente a un sociólogo italiano que habla de cómo hemos ido cambiando, a nivel generacional, la manera de conocer el mundo a partir de los celulares, las pantallas, el internet. ´Furor´ revela que confiamos más en lo que pueda decir la prensa, el troll del internet o el blog de alguien, que en la capacidad humana de hablar y ponernos unos al servicio de otros", cuenta.

El personaje que interpreta Weiss, la enfermera geriátrica, Nele Siebold, es doloroso. Una madre soltera que crió sola a Enno, su hijo, en una situación de trabajo extremo; todo el día lo dedica en lo que da el sustento para mantener a su hijo, quien, desde los 15 años, está sumergido en las adicciones. La culpa y la desigualdad que han padecido ambos se agudizan cuando Enno es atropellado por Heiko Braubach, funcionario público y candidato a alcalde. Tras el accidente, a Enno le amputan una pierna en la terapia intensiva y queda con un omóplato destrozado.
Nele no sabe qué sigue en la vida después de un suceso así, además de compartir el dolor de su hijo, explica Weiss, hay miedo y culpa a causa de las adicciones que él padece. Un día, Heiko toca la puerta de la casa y "ella siente su presencia como una amenaza terrible. Pero en la conversión se da cuenta que la intención del político es ayudar, algo que la sorprende. En medio de esto, ella tiene un sobrino, Jerome, quien cataliza la situación al plantearle a Heiko su ruta. El joven está indignado ante una sociedad de oportunidades tan distintas entre clases, pero utiliza el chantaje y la amenaza para que el político pague lo que ya había prometido".
En otras palabras, el político ofrece la ayuda de los programas sociales que ya existen, lo cual enciende las alertas de Jerome: usted nos pagará una cantidad mensual para la recuperación de Enno o, de lo contrario, se enfrentará a un escándalo en redes sociales, amenaza el sobrino.
La discusión entre el joven y Heiko es entrañable, detalla Weiss. Sobre la mesa se plantea una pregunta: ¿Qué se siente tener al objeto del odio frente a uno mismo? "La intención de Jerome ni siquiera es el chantaje, sino las ganas de tener delante de sí al político y cuestionar si se da cuenta de lo que le está pasando a la sociedad. Aunque lo hace desde una zona de terror tremenda, no deja de tener una parte de la razón".
Estos niveles de lectura llevan al espectador a entender que a ratos, en diferentes niveles, cada personaje tiene la verdad en sus manos; eso le da forma "al triángulo de vértigo que mantiene el furor de la obra".
Nadie tiene, abunda Weiss, la verdad absoluta y en este tiempo de redes sociales, en el que lo escrito en un tuit o un post se vuelve verdadero, habría que darle tres vueltas y media a lo expuesto: "Hay desconfianza, hay paranoia porque cualquier error puede convertirse en un escándalo público. Hemos perdido la capacidad de la palabra y la confianza en la mirada del otro".
La posverdad también se muestra cuando Heiko dice que fue exonerado y no es culpable; que Enno se atravesó corriendo y no vio si había carros en camino. Pero el sobrino lo reta: hay testigos que dicen que usted no estaba sobrio y manejaba a exceso de velocidad, le dice. ¿Usted es un político? ¿Usted tapó las cosas? ¿Usted compró a la prensa?, continúa Weiss.
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Nele —explica— es una mujer profundamente deprimida en la sobrevivencia, sin perspectiva real del futuro, salvo seguir en el día a día. "Aunque haya gente que no lo crea, hay mucha pobreza en Alemania. Todas esas personas marginadas que viven con un apoyo social que, en realidad, equivale a poco y forma una bola de nieve. Se trata de una madre sola que no puede estar con su hijo y de un hijo que, viviendo en esa zona, se mete, de alguna manera, en la drogadicción y el crimen".
Si las cosas fueran distintas, habríamos alcanzado un grado de humanidad que nos devolviera a lo colectivo y la confianza en la palabra, concluye Weiss.
"Furor" es dirigida por Luis de Tavira. En el elenco también están Rodrigo Virago , Juan Carlos Vives y Cecilia Sordo Morán. Se podrá ver del 13 de abril al 14 de mayo en el Teatro del Bosque Julio Castillo (Paseo de la Reforma s/n, Chapultepec Polanco).
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