Antes se les llamaba vagabundos, pordioseros, mendigos... Hoy se les conoce como , indigentes o “sin techo”. Ocupan el lugar más bajo en la escala social. Sobreviven, deambulan, duermen en las calles de las ciudades… Son los marginados, los olvidados, los invisibles del mundo, el “producto” más “acabado” del capitalismo salvaje.

Con la clara intención de volverlos un poco —o un mucho— visibles se montó, en la Unidad de Vinculación Artística del (CCUT), de la UNAM, la exposición fotográfica Si me despiertan bruscamente, me han robado mi fortuna, de Eliseo González García.

Ahora bien, Eliseo González García no es un fotógrafo profesional ni mucho menos, sino un integrante más de la comunidad de personas en situación de calle que malviven, abandonados de la mano de todos nosotros, en la zona centro de la Ciudad de México.

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Fotos de celular

Un día de 2023, a decir de Mateo Rivera —quien con Cristina Pérez y Arturo Soto coordinó esta exposición fotográfica que estará abierta al público hasta el próximo 11 de octubre, de lunes a viernes, de 10 a 18 horas, y los sábados, de 10 a 16 horas—, Eliseo se encontró un celular en la basura y, sin un objetivo bien definido, comenzó a tomarles fotos a sus compañeros mientras dormían en las escaleras de una estación del Metro, en una jardinera, junto a la cortina de un local cerrado, en una banca de un parque, afuera de un Starbucks, un Toks, un Burger King…

Cabe señalar que Eliseo y Mateo se conocieron en 2018, cuando este último llevaba a cabo un proyecto de la Facultad de Psicología de la UNAM sobre la recuperación de espacios públicos en la Plaza de la Concepción, uno de los puntos de reunión más frecuentados por las personas en situación de calle en la capital del país, la cual se localiza en la calle Belisario Domínguez, justo detrás del Convento de la Concepción, el primer convento construido en América en el siglo XVI.

Posteriormente, Mateo entró a trabajar en la revista cultural callejera Mi Valedor como coordinador de trabajo en campo. Ambos siguieron en contacto. De esta manera, cuando Eliseo se familiarizó con lo que se hacía en Mi Valedor, empezó a enviarle sus fotos a Mateo, para ver si se publicaban o se montaba una exposición con ellas.

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Finalmente, con el apoyo del CCUT, la revista cultural callejera Mi Valedor y el colectivo ciudadano El Otro Lado de la Calle, Si me despiertan bruscamente, me han robado mi fortuna se montó con sobriedad en el vestíbulo de la Unidad de Vinculación Artística del CCUT y se inauguró el pasado 19 de agosto…, sin la presencia de Eliseo.

Esta exposición está conformada por 144 fotografías en formato pequeño y otras (alrededor de una docena) en un formato más grande, pero, de acuerdo con información que brinda Mateo en un texto escrito especialmente para ella, la colección completa de Eliseo consta de unas 400 imágenes.

Laboratorios de Paz

El montaje de Si me despiertan bruscamente, me han robado mi fortuna forma parte de las actividades de los Laboratorios de Paz de la Unidad de Vinculación Artística del CCUT, los cuales tienen como objetivo construir, a partir de un diálogo horizontal y el intercambio de saberes, vínculos entre la UNAM y las comunidades para generar factores de protección mediante el arte y disminuir los riesgos de la delincuencia; en pocas palabras, buscan responder a la violencia por medio de las prácticas artísticas y la cultura para la paz.

El trabajo en estos laboratorios se divide en cuatro líneas de acción: exposiciones, trabajo territorial, programa público y publicaciones.

“Desde hace seis años, los Laboratorios de Paz colaboran con organizaciones y colectivos que ya se han acercado a ciertas comunidades vulnerables y realizado un trabajo en territorio. Así, basados en esta alianza, podemos traer a nuestros espacios el fruto de ese trabajo, porque aquí creemos que los espacios del CCUT son para todos y que cualquier persona es un artista por el simple hecho de que se puede expresar”, indica Diana Reséndiz, coordinadora de la Unidad de Vinculación Artística.

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¿Será él?

Eliseo no asistió a la inauguración de su exposición fotográfica, pero ¿en los días subsecuentes se dio una vuelta por ella?, ¿ya ha visitado el vestíbulo de la Unidad de Vinculación Artística del CCUT siquiera para echarle una ojeada, como se dice?

Reséndiz responde: “Precisamente, Arturo Soto recién me comentó que desde hace tiempo no tiene noticias de él, que de seguro está vagando por la ciudad. Entonces no sabemos si se enteró de que ya se abrió su exposición o si alguien le platicó de ella o si ya vino de incógnito.”

Mateo Rivera cuenta que alguna vez quedó de verse con Eliseo en el antiguo cine Mariscala, ubicado en el actual Eje Central Lázaro Cárdenas, entre las calles Donceles y República de Cuba, pero al llegar lo encontró dormido, por lo que decidió tomarle una foto.

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Al día siguiente, Mateo le dijo que él también se había encontrado un borrachito y se la mostró. Eliseo sonrió y luego le dijo que quería que esa foto se sumara a la exposición que ya se estaba preparando.

Hay una foto en un formato grande, en la que aparece un hombre con un sombrero azul marino que le cubre los ojos, largo cabello negro y bigote también negro, dormido sobre el piso, junto a una pared con grafitis. Utiliza una mochila negra a modo de almohada, viste una camisa azul claro y unos pants negros con franjas rosas, y calza unos tenis negros.

Es posible que la imagen de ese hombre corresponda a la de Eliseo, el improvisado fotógrafo de celular que, con su buen ojo, ha visibilizado un poco —o un mucho— la vida que llevan él y sus compañeros de infortunio en las calles del centro de la Ciudad de México. Es posible…

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