En lugar de Marx Arriaga, ahora lo llaman Marx Ptolomeo

No hay duda de que Marx Arriaga, el flamante director General de Bibliotecas que echó de la Vasconcelos a Daniel Goldin, se siente un forjador de maravillas. Ayer, durante la inauguración del Congreso de Retórica Aplicada a la Literatura, celebrado en la Biblioteca de México —que nos cuentan “se organizó de manera muy improvisada”—, sentenció: “Para algunos, el que yo esté aquí es una molestia porque quieren un bibliotecólogo. Olvidan que Ptolomeo era comandante y al fundar la Biblioteca de Alejandría llamó a filólogos como Zenódoto de Éfeso, Alejandro de Etolia, Licofrón de Calcis”. El novel funcionario cultural dijo que ese Congreso, que continúa hoy y mañana, es “ejemplo de la función que debe cumplir una biblioteca pública”, y aclaró que quiere recuperar la tradición clásica de las bibliotecas.

Ni en ventanillas ni en correos electrónicos se reciben quejas

Los creadores escénicos se toparon con pared, o mejor dicho con la ventanilla de Oficialía de Partes cerrada cuando intentaron entregar, en distintos días y horarios, dos cartas, una en la que repudian la actuación de Mario Bellatin, director del Fonca, por retrasar más de un mes los resultados del programa México en Escena; y otra misiva firmada por 335 cómicos de 30 estados. Nos cuentan que los creadores no sólo repudian la burocracia de la administración, pues “después de las 18:00 horas no reciben correspondencia” ni en la Secretaría de Cultura ni en Palacio Nacional —donde incluso dan fichas a las 5 am—, les parece más indignante que ninguno de los altos mandos de Cultura incluyan en el directorio su correo electrónico, y lo califican como una negativa a recibir cualquier queja de la comunidad cultural.

Pa qué dar la cara si se puede despedir por WhatsApp

Los funcionarios culturales de Quintana Roo se han volado la barda. Nos cuentan que el director jurídico del Instituto de la Cultura y las Artes (ICA), Jorge Vega, y las directoras del Instituto quintanarroense de Cultura, Jaqueline Estrada Peña, y de la Compañía de Danza Clásica de Quintana Roo, Patricia Pérez Mendoza, informaron y dieron por terminada la relación laboral con los 13 bailarines de la compañía dancística a través de un mensaje grupal por WhattsApp. Los bailarines —varios de los cuales tenían tres años trabajando— han manifestado su incredulidad por la forma del despido y la desaparición de la compañía, pero también su preocupación, pues los dejan sin trabajo aunque les habían prometido que para marzo volverían a los ensayos.

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