“El grueso de la colección se compone de obras de carácter literario, mayoritariamente de poesía, muchos libros dedicados tanto a Thelma Nava como a Raquel Huerta-Nava y hay muchos otros de historia”, dice Emiliano Delgadillo, experto en la obra de y escritor, que estuvo a cargo de la selección y el embalaje.

Se encuentran, entre otras colecciones, las obras completas de Ignacio Manuel Altamirano, las obras completas de y las obras completas de Ignacio Ramírez, cuenta Delgadillo, quien asegura que también está completa la colección del Fondo Editorial Tierra Adentro, un archivo que cuenta con “primeras ediciones de poetas latinoamericanos sobre todo vinculados a la izquierda latinoamericana, puesto que Thelma Nava fue promotora por muchos años de la Revolución Sandinista y también de la fallida revolución de El Salvador. Hay también muchos libros de literatura y de poesía mexicana”, agrega Delgadillo.

Imagen ilustrativa de la biblioteca de Efraín Huerta y Thelma Nava y Raquel Huerta Nava.Fotos: Gabriel Pano/ El Universal, Archivo.
Imagen ilustrativa de la biblioteca de Efraín Huerta y Thelma Nava y Raquel Huerta Nava.Fotos: Gabriel Pano/ El Universal, Archivo.

La biblioteca fue donada a la Universidad de Guanajuato por la heredera de la familia, Thelma Huerta-Nava —también hija de los poetas y hermana de Raquel—, quien el pasado domingo 19 de marzo firmó el convenio de donación con la Universidad de Guanajuato y entregó 206 cajas con los libros de su familia, así como la “egoteca” del poeta Efraín Huerta, que contiene diplomas, caricaturas, fotografías y los certificados del Premio Nacional de Artes y Literatura y el Premio Nacional de Periodismo.

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Emiliano Delgadillo cuenta que la mayor parte de la biblioteca de Efraín Huerta forma parte del acervo de la Casa del Poeta Ramón López Velarde, sin embargo, con las hijas que tuvo con Thelma Nava, se quedaron varios de sus libros en la casa de Acapulco. “Aunque no son la mayoría, si es una biblioteca compartida”, agrega.

“Me da alegría porque pienso que los tres estarían contentos de que se fuera todo hacia Guanajuato, que no se pierda, que no se disperse, que esté vivo, que la gente pueda ir a consultarlo, ir a verlo. Es una biblioteca riquísima. Sí es muy emotivo, y luego ver la casa vacía también me genera muchas emociones”, declara Thelma Huerta-Nava, quien vive desde hace casi 30 años en Castlegar, Columbia Británica, Canadá.

Tras la muerte de su hermana Raquel, el 22 de diciembre de 2018, Thelmita se llevó a su madre, la poeta Thelma Nava, a Canadá, donde falleció nueve meses después. Tras los años de la pandemia, el pasado febrero Huerta-Nava comenzó la gestión, asesorada por Emiliano Delgadillo, para la donación de la biblioteca familiar; para ella era imposible mantener la biblioteca y los dos departamentos. La búsqueda encontró respuesta en la Universidad de Guanajuato.

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Además de libros, también se donaron dos decoraciones de la casa de los poetas: una figura de un cocodrilo que se usaba como centro de mesa —Huerta era apodado “El gran cocodrilo”— y una foto de Tongolele, por Yolanda Montes.

“Esa foto de Tongolele era una imagen que mi padre adoraba, desde que tengo uso de memoria estaba en su estudio y era importante para él. Esa foto se va a Guanajuato”, afirma Huerta-Nava.

Hay otro lazo que une al acervo bibliográfico con Guanajuato, pues Raquel Huerta-Nava escribió novelas históricas que estaban relacionadas con la independencia y con Guanajuato.

“Mi papá tenía mucho interés en la historia, de ahí, creo, estaba el interés de mi hermana por la historia. Ella se centró en la Independencia y en las mujeres de la Independencia. Hay mucho material de eso y mucho material en general de la historia de México, que era un interés compartido con mi papá desde que era ella chica”, detalla Thelma Huerta-Nava.

Todo el acervo será inventariado y catalogado por la Universidad de Guanajuato, mientras que se prepara el espacio donde el fondo quedará instalado en su Biblioteca Central. Será un acervo abierto al público sin restricciones.

“Es necesario que esto no quede inaccesible para la gente porque es una biblioteca muy rica en ediciones que ya no se consiguen, en libros raros, ediciones de hace muchos años o de autores de otros países. Son libros para quien tenga interés en la poesía y en la historia”, asegura Huerta-Nava.

La petición de Thelma fue que no se desintegrara la biblioteca: “No se pueden separar porque ahí se traslapan los intereses. Es una biblioteca de la familia”.

Sobre cómo Thelma Nava-Huerta lo contactó para hacer la donación del acervo, Ulises Mata recuerda:

“Thelmita comentó con Emiliano que tenía urgencia de que los libros de sus padres, Efraín y Thelma, y de su hermana Raquel tuvieran un destino para consulta pública. Ella, viviendo en Canadá, se dio cuenta de que no podría hacerse cargo del legado material de sus padres y empezó a sondear a través Emiliano y en cuanto nos lo propusieron, nosotros dijimos que sí”, cuenta el investigador.

El acervo donado a Guanajuato no era el único en la casa de la calle Acapulco. Emiliano Delgadillo tiene en su poder un archivo con papeles personales de Efraín Huerta que podrían sumarse al Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional de México. “No hay fecha de entrega ni un convenio, porque yo quiero que Emiliano haga una primera clasificación para ver quizás algunas cosas que se vayan a Guanajuato y otras a la UNAM”, dice Huerta-Nava.

En este archivo hay materiales que son muy importantes, afirma la heredera:

“Se va a ir lo que mi padre llamaba ‘Las damas negras’, que son sus libretas manuscritas, y también algunos materiales del archivo fotográfico y otros escritos. Se va a ir al Fondo Reservado lo que vaya de acuerdo a lo que ya está ahí, que fue donado por mis hermanos”.

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