A finales de junio de 1997, se perdió el rastro de un equipo de arqueólogos y trabajadores que estaban trabajando cerca del , en . El grupo conformado por cinco personas era liderado por el arqueólogo australiano .

Los expertos se encontrabam en el área porque querían trasladar un altar de 800 kilos -descubierto en 1993- a un sitio seguro, con el permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH ). Sin embargo, esta idea no agradó en lo absoluto a los habitantes originarios de la zona.

Mathews y su equipo fue secuestrado por un grupo de indígenas que se oponían al traslado.

De acuerdo al testimonio que compartió el arqueólogo a EL UNIVERSAL en 2011, los habitantes choles discutieron con el grupo y los despojaron de sus pertenencias (vestimenta, dinero y equipo de trabajo).

“Una parte del problema tuvo que ver con el asunto de las tierras. En esa región había gente que no tenía papeles de sus tierras, eran invasores. Cuando comenzamos el proyecto tenían miedo, pero les dijimos que no teníamos nada que ver con eso, que estábamos ahí para trabajar en la arqueología. Con el tiempo, la gente de la comunidad cercana a El Cayo se convirtió en nuestra amiga, pero a otras comunidades al parecer aún les causaba problemas nuestra presencia”, declaró Mathews en 2011.

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Mathews explica que poco después los dejaron libres, pero ahí la historia no había terminado, pues antes de que llegaran al río Usumacinta, los habitantes comenzaron a disparar, “temí lo peor. Fueron las horas más peligrosas”, agregó.

La noticia inicial que se publicó en EL UNIVERSAL fue el 1 de julio, pero en la sección en inglés. El seguimiento ya fue publicado en español el 4 de julio.

Rescatan a los arqueólogos agredidos en Chiapas

4 de julio de 1997

Fueron localizados en la frontera con Guatemala

Los cinco integrantes del proyecto arqueológico El Cayo, Chiapas, que se encontraba desparecidos desde el sábado 28 de junio, fueron localizados y rescatados en las inmediaciones de la localidad de Frontera y de Corozal, Guatemala, por autoridades federales y estatales.

Se trata de los arqueólogos Peter Mathews, Mario M. Aliphat Fernández y Armando Anaya, y de sus colaboradores Nazario Magaña Totosaur y Martín Arcos, quienes al realizar el rescate de una pieza en el sitio prehispánico de El Cayo, ubicado en la margen izquierda del río Usumacinta, fueron agredidos violentamente.

De acuerdo con los hechos denunciados por la Coordinación Nacional de Asuntos Jurídicos del INAH ante el Ministerio Público Federal, las cinco personas lograron escapar de sus agresores arrojándose a las aguas del afluente. Luego de encontrar un cayuco, llegaron a territorio guatemalteco, en donde recibieron ayuda para dirigirse hasta Corozal, donde fueron rescatados por autoridades que ya habían emprendido su búsqueda.

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Río Usumacinta. Foto: Dominio Público

La pieza que el equipo de Peter Mathews pretendía poner en resguardo, fue localizada en agosto de 1993 durante trabajos de investigación auspiciados por la Universidad de Calgary, Canadá. Se trata de un altar circular de aproximadamente 800 kilos de peso y 1.21 metros de diámetro, en cuya cara superior se encuentra labrada la imagen de un Sahai o gobernador de segunda importancia, subordinado al Ahau o gobernante de Piedras Negras, sitio maya cuya influencia política y religiosa se encontraba en El Cayo.

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El monolito, que ostenta la fecha del año 731 d.C. con caracteres jeroglíficos, había sido protegido con una cubierta de mampostería por los integrantes del proyecto para evitar su deterioro a causa de fenómenos naturales y posibles actos de vandalismo o saqueo; sin embargo, ante la evidencia de que se había intentado remover la cubierta que lo protegía, se procedió a retirarlo del lugar con la autorización del INAH, para llevarlo a Frontera de Corozal, donde quedaría bajo resguardo temporal de la comunidad en tanto se presentaban las condiciones adecuadas para reanudar los trabajos de exploración en El Cayo y la posible apertura al público de ese sitio (MEM).

¿Qué pasó con los arqueólogos después del secuestro y su trabajo en El Cayo?

En la entrevista que Peter Mathews ofreció a esta casa editorial en 2011 explica cuál fue el desenlace de su historia en Chiapas.

El arqueólogo dijo que después del incidente, dejó trunca su investigación “que apuntaba a entender las interacciones entre la ciudad de Piedras Negras y Yaxchilán”.

Mathews confesó que nunca más volvió a El Cayo, una zona no explorada.

“Tengo otros amigos arqueólogos con historias parecidas en Guatemala o en cualquier parte del mundo. Es una parte que hubiera preferido que no ocurriera, pero así fue”, concluyó.

fjb