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Aristóteles, uno de los filósofos más influyentes de la historia, desarrolló una visión política que sigue siendo relevante objeto de estudio. En su obra "Política", ofrece una exploración de la naturaleza humana, la organización social y las formas de gobierno. Argumenta que la política es una actividad esencialmente ética, orientada hacia el bien común y la realización de la virtud. Esta concepción de la política como una práctica moral, y no meramente técnica, distingue a Aristóteles, heredero de Platón, de otros pensadores.
Para el filósofo, el ser humano es un "animal político" por naturaleza, lo que significa que la vida en comunidad le es intrínseca a su condición; esta fue de alguna forma una de las lecciones que le dio a Alejandro Magno, según los biógrafos. La polis, o ciudad-estado, es el escenario donde los individuos pueden alcanzar su plenitud, en términos materiales y morales. A diferencia de otras formas de vida, como la familiar o la económica, la vida política es la más elevada: permite a los ciudadanos participar en la deliberación colectiva sobre los asuntos comunes y en la búsqueda del bien común. Este enfoque resalta la importancia de la participación activa y la responsabilidad cívica.
Aristóteles clasifica las formas de gobierno en función de quién gobierna y de si lo hace en beneficio de todos o solo en interés propio. Estas formas incluyen la monarquía, la aristocracia y la politeia, que son consideradas "correctas" porque persiguen el bien común, y la tiranía, la oligarquía y la democracia (en su sentido negativo), que son "desviaciones", porque buscan el beneficio de unos pocos. En este esquema, la politeia, o gobierno mixto, que combina elementos de democracia y aristocracia, es la forma más estable y deseable, ya que equilibra los intereses de diferentes clases sociales y promueve la justicia.
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La idea de la justicia es central. La justicia es una virtud que se manifiesta tanto en las leyes como en las relaciones entre los ciudadanos. Una polis justaes aquella donde las leyes son diseñadas para fomentar la virtud y garantizar la igualdad proporcional, es decir, tratar a las personas de acuerdo con su mérito y contribución. Esta visión, que combina la equidad con la excelencia moral, refleja la creencia de Aristóteles en que la política debe ser una extensión de la ética.
El concepto de ciudadanía es también crucial en esta teoría. Ser ciudadano no es solo un estatus legal, sino un rol que implica participar en la toma de decisiones y la administración de justicia. La buena vida solo es posible en una comunidad donde los ciudadanos están comprometidos con la virtud y el bien común. Esto contrasta con visiones modernas más individualistas, en que la política se ve como un medio para proteger los derechos individuales, en lugar de como un fin para la realización del ser humano.
El filósofo enfatiza la importancia de la educación cívica. Una buena polis no solo debe tener buenas leyes, sino también buenos ciudadanos, quienes pueden formarse a través de una educación que promueva la virtud y la responsabilidad. Esta educación no se limita a la instrucción formal; incluye la participación en la vida pública y el desarrollo de hábitos que refuercen el carácter moral. Así, la educación es un pilar para la estabilidad y el éxito de la polis.
En cuanto a la economía, Aristóteles sostiene que la riqueza debe ser un medio para un fin, no un fin en sí misma. Rechaza la idea de acumular riquezas sin límite, ya que esto puede corromper a los individuos y a la comunidad. Aboga por una economía moderada, donde los recursos se utilicen de manera que promuevan la autosuficiencia de la polis y el bienestar de los ciudadanos. Esta visión está alineada con su ética del justo medio, en que la moderación y el equilibrio son claves para una vida virtuosa.
También reflexiona sobre las causas de la inestabilidad política y la revolución. Argumenta que la desigualdad extrema y la injusticia son las fuentes de conflicto social. Cuando un grupo siente que sus derechos o necesidades no son respetados, es probable que surjan tensiones que lleven a la violencia o al colapso del gobierno. Aristóteles recomienda políticas que promuevan la equidad y la inclusión, asegurando que todas las clases tengan una voz en la política.
Una de las críticas modernas a la visión de Aristóteles es su exclusividad. Su concepto de ciudadanía se limitaba a los hombres libres de la polis, excluyendo a mujeres, esclavos y extranjeros. Esta restricción refleja las limitaciones de su tiempo, pero también subraya la importancia de cuestionar y ampliar los conceptos de ciudadanía e inclusión en nuestras sociedades. Sin embargo, la idea de que la política debe ser inclusiva y orientada hacia el bien común sigue siendo relevante.
A pesar de estas limitaciones, su visión ofrece lecciones para el mundo moderno. Su enfoque en la virtud, la justicia y el bien común contrasta con la política contemporánea, dominada por el interés propio, la polarización y la falta de compromiso cívico. Aristóteles nos recuerda que la política no es solo un juego de poder o una lucha por recursos, sino una actividad moral que debe orientarse hacia la creación de una comunidad justa y floreciente.
Ahora que la democracia enfrenta desafíos, desde la desinformación hasta la apatía, las apuestas del filósofo sobre la educación cívica y la participación activa son pertinentes. La idea de que la estabilidad política depende de la virtud y la justicia, más que de la mera fuerza o control, es una lección que las sociedades modernas harían bien en recordar.
Además, su enfoque en el gobierno mixto como la forma más estable de organización ofrece una alternativa a los extremos del autoritarismo y la democracia directa. Combinar elementos diferentes para crear un equilibrio de poderes y evitar la tiranía es un principio que ha influido en el desarrollo de constituciones modernas, como la de Estados Unidos.
Así, su filosofía política, aunque anclada en su contexto, continúa siendo una fuente de inspiración y un recordatorio de que la política, en su mejor expresión, es una práctica moral que busca el bienestar de todos.