, quien fue uno de los fotoperiodistas de nota roja más importantes de México , falleció la mañana de ayer, 10 de mayo, a los 88 años de edad, dejando una obra fotográfica construida a lo largo de 50 años dedicados a capturar las tragedias humanas.
El fotógrafo nacido en 1934, hijo de inmigrantes griegos propietarios de un negocio de fotografía instalado junto al extinto Hotel Regis, es recordado, en especial, por su trabajo para el periódico La Prensa, medio en el que empezó su trayectoria, así como su colaboración con la Cruz Roja , donde, además de fotografiar accidentes y heridos, creó el sistema de claves radiales que hasta la fecha usa la institución.
Debido a su trayectoria precoz se le apodó El Niño; tuvo su primera cámara a los nueve años y publicó su primera foto en La Prensa a los 11. Su época más activa abarcó tres décadas, de 1949 a 1979, cuando registró accidentes viales, asesinatos, suicidios y desastres; sin embargo, su carrera abarcó casi medio siglo.
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Registró algunos de los acontecimientos más relevantes del México contemporáneo, entre ellos, el enfrentamiento entre priistas y manifestantes de la Federación de los Partidos del Pueblo Mexicano (FPPM), en el marco de las elecciones del expresidente Adolfo Ruiz Cortines, y el terremoto de 1985.
Quizás su fotografía más famosa es Adela Legarreta Rivas atropellada por un Datsun, en la que se puede ver el cadáver de la periodista, después de un accidente en Avenida Chapultepec, en 1979, cuando se dirigía a la presentación de su último libro.
La concepción estética que hizo de la nota roja lo llevó a exponer en recintos internacionales como la sede del consorcio Casa de América en Madrid; The Photographers' Gallery en Reino Unido, y la Anton Kern Gallery de Nueva York. Entre las exposiciones recientes que Metinides tuvo en México destacan Una crónica de la nota roja en México: De Posada a Metinides y del Tigre de Santa Julia al crimen organizado, montada en 2017 en el Museo del Estanquillo, y El hombre que vio demasiado: Enrique Metinides (1946-2016). 70 años de trayectoria, con curaduría de la cineasta ganadora de la beca Guggenheim, Trisha Ziff, en colaboración con Isabel del Río, en el Foto Museo Cuatro Caminos, en 2016.
Un año antes, en octubre de 2015, Ziff estrenó el documental homónimo El hombre que vio demasiado, el cual ganó dos premios Ariel (Mejor Largometraje Documental y Mejor Música Original), además de los premios Especial Ambulante y Guerrero de la Prensa del Festival Internacional de Cine de Morelia.
Enrique Metinides también captó accidentes ferroviarios, como este, entre un tren y un camión en Santa Cecilia y Tenayuca, en 1966.
FOTO: archivo el universal
Trisha Ziff aseguró en entrevista que Metinides siempre fue un periodista a quien la entrada en el mundo del arte lo tomó por sorpresa. “Pero él es un artista, ve las cosas más difíciles que ocurren en la calle y, aunque al final sus imágenes son informativas, de eventos, él encontró una humanidad, un punto de vista de la gente para ver las cosas. Él es muy importante en la historia de la fotografía mexicana, al mismo tiempo está la influencia en su trabajo del cine de la década del 40 en México y el cine internacional”.
A Metinides se le ha comparado con el polémico fotógrafo estadounidense Joel-Peter Witkin. En 2016, el Foto Museo Cuatro Caminos montó, a la par de la exposición curada por Trisha, la muestra sobre los gemelos Witkin & Witkin. Joel-Peter Witkin y Jerome Witkin.
Ziff señaló al respecto: “Dicen que Metinides es el Witkin de México, pero él fue mucho más que Witkin. Él fue él mismo, su propia persona. En muchos países hay fotógrafos que toman fotos de nota roja, fotógrafos sensacionalistas, pero con Metinides fue diferente. Su obra es un arte y al mismo tiempo él tomó fotos de la vulnerabilidad del mundo, de la vulnerabilidad de las personas, de los ciudadanos, él fue más que un fotógrafo de la nota roja”.
Sobre la concepción estética del fotoperiodista, la cineasta puntualizó que no sabe si se trata de una poética de la violencia. “Él tomó fotos como información, no buscó en sus imágenes cosas poéticas, no buscó la belleza, no pensó esas cosas. Tomó lo que pasó frente a sus ojos, él fue un periodista, un fotógrafo. Somos nosotros quienes ponemos a sus fotografías las interpretaciones. Nunca en la vida Enrique pensó que era un artista, nunca, y para él siempre fue una sorpresa que la gente admirara su trabajo y comprara sus fotografías, porque él decía que era un hombre simple, un periodista”.
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Ziff, quien vio por última vez a Metinides en 2021, recordó que en sus últimos años, el fotógrafo se sentía muy vulnerable ante la violencia, quizá por todo lo que registró en su carrera.
“Él nunca usaba taxi, siempre iba a mi casa en Metro o caminaba porque creía que, contra los accidentes, el Metro era más seguro que un coche”, dijo la cineasta, quien apuntó que su muerte “es una noticia muy triste para la fotografía mexicana”.
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