El encuentro entre Andrés Manuel López Obrador y el Consejo Mexicano de Negocios es mucho más que el buen ambiente en que se llevó a cabo. Podría iniciar un vuelco histórico en el que izquierda y derecha, si triunfa el candidato de Morena, trabajarían juntas por México, como lo han ofrecido. La ganancia derivada sería para todos.
Antagónicos ideológicos históricamente, esos dos extremos se tocan por primera vez después de muchos años de estar en choque; inicialmente, lo hacen en el plano dialógico. Con la razón y la política, y unidos, son capaces de dar respuesta a los grandes problemas que nos agobian.
Sobre esa base, llegado el caso, pueden armar un proyecto conjunto susceptible de ser llevado a la práctica. Con acuerdos, armonía y colaboración, serían las piedras angulares, junto con la sociedad, del cambio real y urgente que es clamor nacional.
La demostración que AMLO y los hombres más ricos del país han dado al reconocerse mutuamente, expresar y escuchar su sentir respecto del otro y mostrar tolerancia y disposición a trabajar juntos por el país es un giro de 360 grados en la vida de México.
Que los integrantes del CMN y el adelantado candidato presidencial hayan sido capaces de verse cara la cara, a los ojos, sin temor; saludarse, abrazarse, exponer su visión particular sobre el Proyecto de Nación que cada uno quiere continuar y/o construir es algo extraordinariamente positivo que le está pasando a México. Sobre todo puesto en perspectiva.
Haber hecho eso implica que, en el caso de López Obrador, ha entendido que sin el capital es imposible resolver los problemas de la gente, y que lo necesita. No hay un solo gobierno que pueda hacer eso solo. El capital es absolutamente imprescindible para el desarrollo. Es “perfecto” cuando abona al progreso. Pero en su visión, ha reiterado la necesidad de que modere sus ganancias y que las instituciones sirvan a todos.
El 1% de los mexicanos que detentan la mitad de la riqueza, quieren y deben seguir ganando. Desean que sus inversiones estén seguras para continuar abriendo fuentes de empleo, incrementar su producción, sus ventas y pagar impuestos. Si AMLO les garantiza eso, como lo ha considerado, pueden estar tranquilos y mantener y aún incrementar sus actividades. Todos ganaríamos bastante.
Lo más importante que tienden a generar es la cohesión, la armonía, la concordia, la paz, el avance que todos anhelamos. De ese tamaño es lo que han hecho AMLO-CMN superando desencuentros y rencores; hablando, entendiéndose y mostrarse dispuestos a buscar en unidad los mismos propósitos.
He ahí el verdadero significado del encuentro que han tenido. Ese podría ser el alcance y trascendencia reales de que hayan limado asperezas, como dijeron, y que, en principio, empezaran a poner en el horizonte un acuerdo amplio en el que la construcción del nuevo aeropuerto, motivo de tantos desencuentros, ya no sea centro de pugna.
En sí misma, esa posibilidad constituye una excelente expectativa si el candidato de Morena llega a Palacio Nacional (no a Los Pinos). En ese supuesto, habría que verlo actuar investido con el máximo poder político, como dijo Claudio X. González. Es correcto. Pero, insoslayablemente, su conciliación con el empresariado es un digno punto de partida y de reconocimiento.
Eso tiene ahora mismo un resultado positivo porque apunta a cerrar un ciclo de ataques mutuos que por años han enrarecido el ambiente social, político, electoral y económico, lo cual ha impactado a todos en distinto grado y dimensiones.
Si el cambio que empezó a gestarse permite que los días que faltan para la elección transcurran sin contratiempos; si el último debate se da en un clima diferente y si la ciudadanía sale a votar y confirma las previsiones demoscópicas de tan larga data, se habrá puesto la base de una nueva convivencia entre actores y factores de poder.
Armonizadas y unidas en la procuración de las mismas metas, la izquierda (socialismo) y la derecha (capitalismo) mexicanas habrían hecho lo que ninguna, o muy pocas, se han atrevido.
SOTTO VOCE… Como Claudio X. Gonzales y AMLO se han abrazado, quizá falta el abrazo del candidato presidencial con dos de sus acérrimos enemigos (Diego y Carlos). Si eso ocurriera, terminaría una etapa que ha sido altamente lesiva y costosa para México. Por eso, se asegura en círculos cercanos a ambas partes, ya se trabaja en un acercamiento. ¿Será?... Repudiable, el ataque de que fueron víctimas un grupo de marinos en Ciudad Guzmán, Jalisco; exhibe un total descontrol del gobierno estatal ante la criminalidad. ¿O será que Aristóteles Sandoval tiró ya la toalla por ineptitud y negligencia?... Igualmente reprobable y absurdo, que un Tribunal Colegiado Federal de Tamaulipas ordene reiniciar la investigación sobre el Caso Ayotzinapa y formar una Comisión de la Verdad. Las organizaciones defensoras de los derechos humanos, que apoyan esa infundada disposición, no hacen más que el triste y deleznable papel de comparsas… Miguel Ángel Mancera no sólo se perfila como seguro senador de la República por la vía plurinominal; seguirá figurando como posible fiscal general de la República en su momento. Tiene las credenciales más que suficientes para ocupar ese puesto.
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