Los reyes de Pemex

Además de los líderes sindicales encabezados por Carlos Romero Deschamps, hay directivos en Pemex que también ganan y viven como reyes con sueldos de hasta 500 mil pesos al mes. Los altos funcionarios de la petrolera viajan en primera clase o en aviones privados y se transportan en camionetas con choferes a cuenta de la empresa productiva del Estado.

Como botón de muestra está la subsidiaria PMI Comercio Internacional de la petrolera mexicana, y específicamente la unidad llamada Services North America, con sede en Houston, Texas, cuyas percepciones oficiales están muy por encima de la burocracia en México, incluyendo al Presidente de la República.

El flamante presidente de dicha oficina es Ignacio Arroyo Kuribreña, primo del ahora ex candidato por el PRI a la presidencia de la República, José Antonio Meade, quien tiene un salario de 302 mil dólares anuales, lo que se traduce en pesos mexicanos en una cifra cercana a los 500 mil pesos al mes.

De acuerdo con información oficial, el salario más bajo de los directivos de dicha oficina asciende a los 140 mil dólares anuales, unos 230 mil pesos mensuales más prestaciones, entre las cuales se encuentran un vehículo y chofer particular.

El virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ha propuesto un plan de austeridad que plantea bajar los salarios a los funcionarios de la nueva administración federal. La intención es recortar a la mitad las percepciones de los altos funcionarios públicos y retirarles las prestaciones, como seguros médicos privados y el uso de vehículos y choferes.

Otros casos de sueldos muy por encima del Presidente de la República son los del ex gerente de estrategias y nuevas alianzas de Pemex, Mario López de Escalera, quien ahora funge como vicepresidente de Finanzas, con un salario de 220 mil dólares anuales, cifra cercana a los 350 mil pesos mensuales.

Asimismo, el encargado de comercialización de Crudo, Benjamin Peña de la Peña, y Alejandra Fernandez, gerente de Administración y Finanzas, integran un grupo de directivos que incluye a unas 12 personas que generan un gasto anual de salarios cercanos a los 2 millones de dólares.

De ahí que las percepciones de los empleados de la subsidiaria internacional de Pemex y otras más sean prácticamente insostenibles. Según fuentes de la empresa productiva del Estado lo más probable es que la unidad de negocio con sede Houston, Texas, desaparezca con la nueva administración.

Otros de los pendientes con los que habrá de lidiar el nuevo director de Pemex, son las investigaciones que, según la futura secretaria de Energía, Rocío Nahle, se emprenderán en contra de altos directivos de la empresa productiva del Estado relacionados con los proyectos de remodelación de las refinerías y los involucrados con el escándalo de Odebrecht.

Por cierto, quien sí se perfila para ocupar la dirección general de Pemex es Octavio Romero Oropeza, quien fuera Oficial Mayor durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México. Fluvio Ruíz, ex consejero de Pemex; Mario Delgado, senador por Morena; y el propio Cuauhtémoc Cárdenas tendrían también un rol importante en la empresa, de forma directa o indirecta.

Sordo Madaleno y Riobóo.

El desplome de la plaza comercial Artz Pedregal sugiere que sigue sin respetarse la ley y se siguen otorgando permisos que probablemente no deberían concederse, pues el de ayer no fue el primer accidente que se registra en el terreno ubicado al sur de la ciudad.

En 2016 tuvo lugar un desgajamiento en el terreno que rebasa los 130 mil metros cuadrados en donde se ubica el inmueble afectado.

Aun con las dificultades que presentaba la zona para edificar la obra, Grupo Sordo Madaleno, de Javier Sordo Madaleno Bringas, continuó con el proyecto que requirió una inversión de casi 5 mil millones de pesos.

El responsable de la estructura de la plaza derrumbada es el Grupo Riobóo, del empresario José María Riobóo, cercano a Andrés Manuel López Obrador y a Marcelo Ebrard.

La firma de Riobóo Martín ha estado también a cargo de la ingeniería del Centro Comercial Coyoacán y el Centro Comercial Santa Fe, además de los estudios de mecánica del suelo para determinar el tipo de estructura que se puede desarrollar en cada uno de los terrenos.

***Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL

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