El jueves acompañé a Claudia, una amiga y clienta, a grabar unos videos a la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer , fundada por Guadalupe Alejandre luego de que a Pablito, su hijo, le diagnosticaran leucemia.

Guadalupe

nos contó cómo durante el ir y venir de Pablito por el Instituto Nacional de Pediatría, se dio cuenta de las dificultades que debían enfrentar muchos pequeños con cáncer y sus familias cuando venían de otros estados a tratarse a la Ciudad de México : dormir en la intemperie a la espera de sus quimioterapias o comer en la calle en condiciones insalubres cuando están especialmente vulnerables.

Pablito murió, pero, simultáneamente, en su mamá nació el deseo de ayudar. Hoy, AMANC es un hogar temporal para que tengan comida caliente, camas, regaderas y mucho cariño, mientras reciben sus tratamientos.

“Así encontré mi caminito. Renuncié a la aerolínea donde trabajaba, pues ya tenía claro a qué había venido al mundo, y cuando alguien encuentra su caminito no tiene otra alternativa que seguirlo”.

La gente la cuestionaba: “¡Pero sabes la cantidad de dinero que vas a necesitar! ¡Es muy difícil!”, y ella pensaba: “No me hablen de eso ahorita, no me quiten la ilusión. No sé cómo, pero voy a lograrlo. Y no quiero saber de números, esos llegarán, esos ya existen, lo que yo voy a hacer aún no”.

Encontrar tu caminito es una suerte de milagro. Y eso es lo que ocurre en AMANC cada que Guadalupe ayuda a un niño. Es como cuando un joven descubre que quiere ser atleta y años más tarde cruza la meta con los brazos en alto, o como cuando un pintor acaba un cuadro o un músico una canción.

Quienes quieran apoyar a AMANC , pueden hacerlo precisamente corriendo por ellos el maratón y el medio maratón de la CDMX.

Inscripciones en amanc.org/maraton. Mientras, yo, como dice la canción de San Pascualito Rey, voy por el caminito, liberando gritos, haciendo lo mío.

Estoy en Twitter, FB e IG como @FJKoloffon

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