¿Te imaginas ser diagnosticado con una enfermedad que en días puede terminar con tu vida y el tratamiento cuesta 1 millón de pesos en un hospital privado y hasta 600 mil pesos en una clínica pública? Esta enfermedad se llama sepsis y es el grado máximo de una infección, donde las bacterias se han esparcido por todo el cuerpo llevándolo al borde de la muerte.

Texto y fotografías: Blanca Ángeles Cruz

Elizabeth Martínez Sánchez, de Colima, creó un aparato médico que detecta a tiempo este padecimiento, por el cual, cada tres segundos muere una persona en el mundo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Sepsis.

Cuando a sus 25, Elizabeth fue despedida de su trabajo como doctora sintió que el mundo se le venía encima. A partir de eso decidió que ya no quería trabajar para alguien más, se interesó por el emprendimiento y creó Insight Alert, un instrumento con tiras que cambian de color al detectar bacterias.

Como doctora y paramédica, Elizabeth se dio cuenta que la sepsis era un problema porque los doctores intentaban curar a ciegas y contrarreloj, ya que sólo se detecta con estudios que indiquen la bacteria específica causante de la enfermedad, lo cual retrasa la administración de medicamentos adecuados.

“De niña le tenía miedo a la sangre”

“Nada más vi cómo llegó la ambulancia y se lo llevaron; en el hospital le hicieron estudios pero con 14 años yo no tenía ni idea de para qué servían”, cuenta Elizabeth. Cuando su padre tenía 40 años sufrió un infarto cerebral. De niña le tenía miedo a la sangre y a las enfermedades. Sin embargo, cuando su padre enfermó descubrió que lo que le causaba pánico era no saber qué hacer para ayudar a quien está sufriendo.

Al acabar la preparatoria, se armó de valor y dejó atrás su plan de ser psicóloga o maestra para comenzar la carrera de Técnicas en Emergencias Médicas. Entonces, su familia dudaba de su vocación debido a su miedo por los temas de la salud. Pero ella se propuso que si soportaba lo que veía, estudiaría Medicina.

“Cuando empecé a estudiar la carrera de Paramédico me decían ‘¿para qué vas?’ Siempre fui una niña muy protegida que iba de la escuela a su casa a hacer tarea, deporte y hasta ahí. Por ello había resistencia cuando le decía a mi mamá que entraba a donde balearon”, recuerda.

A la mitad de la carrera decidió que estaba lista para estudiar Medicina. “Durante tres años no tuve fines de semana por estudiar dos carreras y cuando me gradué de Técnicas en Emergencias Médicas tuve más tiempo, pero no sabía qué hacer con él y comencé a trabajar”.



Elizabeth comenzó a colaborar con la Cruz Roja a los 18 años, posteriormente se incorporó a los Bomberos y a Protección Civil. Debido a ello creció a muy temprana edad como persona y profesionista y su familia comprobó que sí tenía las aptitudes necesarias para ser doctora.

En 2016 Elizabeth le pidió a su jefe que le diera mantenimiento al equipo médico, que ella y sus colaboradores recibieran capacitaciones y prestaciones laborales básicas como vacaciones; esto no le agradó a su superior, por lo cual la despidió. “Pasé un mes de depresión porque yo sólo vivía para trabajar, hice diplomados y cursos de acreditación internacional para atención en urgencias, pero de pronto todo se fue al suelo”, confiesa.

“Tenía claro que no quería volverme a encontrar con jefes así, por lo que me interesé en el emprendimiento y busqué cursos para desarrollar un proyecto propio”, comenta. Por ello asistió al curso de innovación “Ilab”, donde enseñan a sus participantes a identificar problemas e idear productos para solucionarlos.

En agosto de 2016 Elizabeth viajó a Veracruz para tomar el taller de emprendimiento. Ahí conoció a Fernando Gallegos y Miguel Pérez, quienes la acompañaron en las primeras etapas de Insight Alert. “En el campamento cada quien postula sus ideas y los coordinadores las evalúan. Los que no tienen ideas aprobadas colaboran con quienes presentaron proyectos más viables”, explica.

Elizabeth terminó el curso de emprendimiento muy emocionada, “sentía que me iba a comer el mundo con un prototipo que podría salvar miles de vidas, sin embargo no encontré apoyo porque a los inversionistas no les interesa financiar el desarrollo, sólo quieren el producto ya terminado”, asegura.

Elizabeth admite que ella y sus compañeros tenían el apoyo económico de sus papás, pero se desanimaban porque “les molestaba que sólo gastábamos sin ningún avance y eso nos desmotivaba”.

“Este año empecé a trabajar sin Fernando ni Miguel, dejaron el proyecto debido a motivos económicos y escolares. Ahora, un profesor en Ciencias de la Universidad de Colima me ayuda a diseñar las tiras que detectan qué bacterias ocasionan la infección”, añade.

Sepsis, una enfermedad invisible

Mejorar una máquina de hemodiálisis, la cual sustituye la incapacidad del riñón de eliminar sustancias de desecho del cuerpo, fue la primera idea de Elizabeth. Sin embargo, recordó las complicaciones que pueden sufrir los pacientes que utilizan catéter venoso central; si estos padecimientos no se detectan a tiempo pueden producir la muerte.

El catéter es un tubo que se inserta en alguna vena para administrar medicamento. El catéter intravenoso se coloca en una vena superficial porque es utilizado para suministrar fármacos una sola vez, en cambio el catéter venoso central está directamente conectado a una vena del corazón y lo emplean personas que reciben tratamientos con frecuencia como hemodiálisis o quimioterapia.

La colocación debe ser realizada por un experto, pero cuando ésta no se lleva a cabo con limpieza, el paciente no se asea adecuadamente o las sustancias transfundidas están contaminadas, se puede desencadenar una infección.

De acuerdo con la Academia Nacional de Medicina, los pacientes sometidos a hemodiálisis presentan 46% más riesgo de contraer sepsis porque purifican su sangre con ayuda de catéter al menos tres veces por semana y su uso constante puede generar infecciones.

La enfermedad más peligrosa ocasionada por la complicación de una infección es la sepsis. El doctor Luis Antonio Gorordo Delsol, Director de la Fundación Sepsis México, explica que “es la respuesta inflamatoria descontrolada ante una infección, ocasionan fallas que ponen en peligro la vida”.

Es decir, la sepsis es un intento fallido de los anticuerpos por curarnos de una infección, ya que la respuesta inmunológica se sale de control, ocasionando el fallo de uno o más órganos.

De acuerdo al también Presidente del Comité "World Sepsis Day", en México no hay datos exactos de cuántas personas mueren por sepsis porque en el expediente médico se determina a la enfermedad misma como la causa de muerte y no a la sepsis; esto no es erróneo ya que la infección es el resultado del padecimiento, pero afecta al dimensionar su incidencia.

Estados Unidos, quien sí tiene una base de datos acerca de sepsis, ha detectado un incremento alarmante de hasta 13% de casos en su población, además médicos del país vecino encontraron que la raza blanca es menos propensa a desarrollar este padecimiento que la hispana y negra, por lo cual se puede estimar que las cifras son mayores en México.

La sepsis no distingue sexo, edad ni condición física, quien ingresa a cuidados intensivos tiene 27% de probabilidades de contraerla, de acuerdo con la Academia Nacional de Medicina.

“Vivir con un catéter, como lo hacen los pacientes de hemodiálisis, es muy difícil porque en ocasiones las personas no se asean debidamente para no mojar el parche ya que implica volver con el médico; y los traslados, tiempos y costos no les permiten recibir atención médica de calidad”, explica Elizabeth.

Colores que detectan bacterias

A pesar de que Elizabeth fue reconocida como Innovadora Menor de 35 años a nivel América Latina, por el MIT Technology Review de Massachusetts, nunca ha recibido apoyo gubernamental. Todo es financiado con sus ingresos y los de sus padres. Este año intentará conseguir fondos del Instituto Nacional del Emprendedor, “ahora por las campañas electorales no se dan tantos recursos para la innovación científica”, admite.

Insight Alert disminuye la irritación causada por la constante adhesión de la gasa a la piel, ya que el proyecto de Elizabeth consiste en una bolsa plástica desechable que cubre los tubos del catéter por los que circula la sangre y evita un contacto directo disminuyendo la posibilidad de infecciones. Además está desarrollando las tiras que cambian de color al detectar bacterias.

Las tiras se insertan dentro de la bolsa protectora y son sensibles a las sustancias químicas liberadas por el metabolismo de los organismos, por lo cual se pigmentan de diferentes tonalidades dependiendo del tipo de bacteria.

“Las tiras al cambiar de color indican que algo está sucediendo. De esa forma, sin ser especialistas, las personas sabrán que deben ir al médico porque tienen una infección y la coloración de las tiras hará más precisa la medicación y atención”.

Elizabeth quiere presentar Insight Alert ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). “Obtener una patente de un producto médico es más difícil que en otras industrias porque será usado por personas y el escrutinio es mayor.”

A Elizabeth le negaron el acceso a los laboratorios de la Universidad de Colima para desarrollar su prototipo; “me pedían hasta el número de serie de la prótesis de mi abuelita -bromea- pasaron seis meses y me buscaron porque le dieron mayor importancia a la innovación; ahora me apoyan sin necesidad de papeleo.”

“Ojalá las universidades públicas cambien el chip y apoyen a los emprendedores que tienen propuestas de alto impacto, hay muchas personas con ideas súper padres pero no se les impulsa para que las desarrollen”, concluye.

 

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