A nivel mundial, cada año mueren más de ocho millones de personas a consecuencia del tabaco, así lo señala la . Sin duda, fumar es perjudicial para la salud, sin embargo, casi siempre se asocia con enfermedades respiratorias y la presencia de diferentes tipos de cáncer, pero la realidad es que también daña al cerebro, la nicotina modifica el funcionamiento de éste, ocasionando diversas complicaciones que muchos desconocen.

Cuando fumas, la nicotina actúa en el cerebro, a través de la estimulación de glándulas que liberan la hormona epinefrina, mejor conocida como dopamina, la que en automático te brinda una sensación de placer, por ello relacionamos el fumar con un estado de felicidad.

“Los neurotransmisores llevan la información entre las neuronas, se comunican entre sí, mandan señales y activan al cerebro. Al fumar se liberan diversas sustancias, una de ellas la nicotina; cuando el fumador inhala el humo la nicotina llega a los pulmones, entra al torrente sanguíneo y sube al cerebro, atravesando la barrera hematoencefálica, que es un sistema de protección contra la presencia de sustancias extrañas.

“De esta forma es como la nicotina logra entrar al cerebro. La nicotina se vuelve adictiva porque utiliza el sistema de comunicación entre neuronas, estimula zonas del cerebro que reconoce como placer y recompensa, además de que asocia el fumar con tener “beneficios”, por ejemplo, una mejor concentración y disminución de niveles de estrés, entre otros”, indicó la doctora Miriam Jiménez, neuróloga pediatra y miembro de la Sociedad Mexicana de Neurología Pediátrica.

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GENERA MAYOR ADICCIÓN

Al fumar se aumenta la presión sanguínea, el ritmo cardiaco y la respiración. La nicotina actúa de manera similar a otras drogas, ya que activa los circuitos de recompensa en el cerebro, recibiendo esa sensación de placer cada que se consume, por lo mismo, la dependencia que genera es cada vez mayor y, por lo tanto, conduce a mayor adicción.

“Cuando la nicotina estimula el sistema de noradrenalina la persona se siente más relajada, segura y cómoda, pero tan pronto disminuye la nicotina, el sistema pide más y si no cuenta con niveles altos de ella, se presenta un desequilibrio y diversas alteraciones.

“Los fumadores que tienen un alto consumo de nicotina, por ejemplo, aquellos que fuman una cajetilla al día o más, máximo pueden estar dos horas sin ella y de pronto sentirán la necesidad desbordada por fumar. Quienes intentan dejar de fumar o tienen un tiempo prolongado sin el cigarro, pronto presentan ansiedad, depresión, angustia, irritabilidad, trastornos del sueño, aumento de apetito y falta de concentración, por mencionar algunos síntomas”, agregó Jiménez.

De acuerdo con el libro Dependencia de drogas y alcohol, de Kandel D , los fumadores constantes tienen un 20 por ciento de dependencia al tabaco , mientras que los que consumen alcohol un 5.2 por ciento, los de cannabis 8.2 por ciento y los de cocaína un 11.6 por ciento.

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Incluso, estudios señalan que aquellas personas que tuvieron un episodio grave relacionado con el tabaquismo , por ejemplo, padecer cáncer y estar al borde de la muerte, al cabo de un par de días o semanas vuelven a fumar.

“La persona convierte el fumar en parte de sus rutinas, se vuelve un hábito cotidiano, fundamental en su vida social. Habrá quien pase por diversos intentos para dejarlo, pero son pocos los que lo consiguen, sin embargo, no es imposible.

“Habrá quien lo pueda hacer solo, pero lo ideal es buscar ayudar de un especialista, ir a un centro profesional donde no solo te den un tratamiento farmacológico, sino más métodos de ayuda”, afirmó.

CUIDA TU CEREBRO

El consumo de cigarro no solo te afecta física y mentalmente, las repercusiones que provoca a tu salud son bastantes, siendo el cerebro uno de los más afectados y poco conocido.

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“Al fumar disminuye el volumen cerebral frontal, su grosor se reduce, el cual nos permite tener un mejor juicio y razonamiento, entre otros; además, también disminuye el cerebelo, que está en la parte posterior del cerebro y es donde podemos desarrollar la parte del calculo”, agregó la especialista.

Mientras tanto, el neuropsiquiatra Ángel Alberto Ruiz Chow menciona que así como se ha comprobado mediante resonancias y demás estudios que el volumen cerebral se encoge, también el fumar provoca demencia vascular, perdiendo parte del funcionamiento cerebral, dañando la memoria, lenguaje y comportamiento, entre otros.

“En México, una de dos causas de demencia está asociada a fumar, solo superada por el Alzheimer. Existe mucha información sobre el daño a los pulmones cuando se fuma, pero un porcentaje bajo de la población conoce de los daños cerebrales que provoca. Existe mucha investigación, estudios y demás sobre el tema, pero aún falta que la sociedad sepa que el cerebro también queda vulnerable al tabaco.

“Al dañar al cerebro se desencadenan infinidad de padecimientos, por ejemplo, se presenta apnea del sueño, incrementa el riesgo de infartos, el oxígeno disminuye, hay fatiga constante, lo que puede ocasionar accidentes y, por supuesto, el cerebro se deteriora rápidamente”, reconoció Ruiz Chow, quien labora en el Centro Médico ABC.

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El especialista también añadió que “a nivel mundial, las sustancias legales y no legales incrementa el consumo per cápita. Vivimos en una sociedad que busca inmediatez, sentir el momento y la nicotina tiene un efecto demasiado rápido en nuestro cerebro”.

¿FUNCIONAN LAS TERAPIAS DE REEMPLAZO?

Desde hace unos años existe infinidad de terapias de reemplazo para dejar de fumar, ya sea gomas de mascar, parches, medicamentos o, incluso, habrá quien diga que los cigarros electrónicos también lo son.

“En el mercado tenemos varias opciones para diversos gustos y presupuestos, las cuales aseguran ayudarte a dejar de fumar, sin embargo, la realidad es que al final la sustancia que desencadena la adicción también está presente, pero en menos dosis, es decir, la nicotina.

“Por ejemplo, los cigarros electrónicos tienen un líquido que va a la combustión y tiene nicotina; pueden llegar a tener entre 30 y 50 miligramos de nicotina. Hay algunos con saborizantes, los cuales causan otros daños, si bien reducen las sustancias cancerígenas, la nicotina permanece”, reconoció la neuróloga pediatra.

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Asimismo, Jiménez aconseja que se busque ayuda de un profesional, ya que al entrar la nicotina al cerebro desencadena una sensación de placer, por ello se debe buscar romper ese ciclo, bloquear los receptores de nicotina, que el cuerpo no pida más y eso, requiere de la intervención farmacológica administrada por especialistas.

PLACER EN LA BOCA

“El hábito de fumar produce cierto placer oral, específicamente en la boca, quizá puede remitir al momento de ser alimentados por la madre, cuando dan pecho a los recién nacidos. Se puede asociar ese amor, tranquilidad y protección, la parte emocional queda grabado en la boca. Tal vez, el fumador tiene una fijación materna con el cigarro, no desarrolló ciertas habilidades de separación, aclaro, esto puede ser para algunos casos.

“No vamos a generalizar, pero puede existir un conflicto inconsciente que hace que el fumador necesite tener algo en su boca para estar calmado, seguro o para recibir placer, que en muchas ocasiones no está resuelto el originen y solo a través del psicoanálisis se puede develar”, aseguró Jaime Ortiz Ruiz, psicoterapeuta de práctica privada.

También afirmó que el fumar tiene mucha connotación psicosocial, ya que pueden asociar diversas experiencias alrededor del cigarro, por ejemplo, pertenencia a un grupo, ya sea en la oficina, universidad o fiestas; lo relacionan con buena plática, relajación, esparcimiento y alegría.

“Se ha demostrado que la adicción al tabaco está relacionado a patologías, ya sea depresión, trastornos de ansiedad o alcoholismo. El fumar, desde el punto de vista interior, mueve muchas emociones, por ello hay que identificar qué representa el cigarro, con qué lo asociamos.

“Es así que se recomienda que, además de intervención farmacológica, también visitemos a un psicoterapeuta para trabajar esta adicción y descubrir por qué somos tan dependientes al cigarro, qué significa en nuestra vida”, mencionó Ortiz Ruiz, quien también es docente en reconocidas universidades en Ciudad de México.

Es importante que si se desea dejar de fumar se realice de manera concreta y no solo se desplace el síntoma o se reemplace el placer en la boca, es decir, que del tabaco pasemos al cigarro electrónico, a la goma de mascar o, incluso, al alcohol.

“Puede existir una necesidad no consciente, la persona no está satisfecha y siempre requiere tener algo en la boca, ya sea cigarro, pluma, dedo, se muerde las uñas, el chicle o constantemente toma agua, busca gratificaciones y placer oral”, señaló.

Por su parte, Ruiz Chow indica que el ser humano está inmerso en un circuito de recompensas, donde se presenta el placer y displacer. El tener la sensación de algo en la boca retroalimenta el cerebro, satisfaces el paladar, pero es momentáneo.

Finalmente, Ortiz Ruiz, manifestó que vivimos en una sociedad marcada por el consumismo, busca constantemente novedades, cada seis meses la mayoría de las cosas son desechable, por lo tanto, carecemos de vínculos afectivos, queremos aparentar y pertenecer, aspectos que pueden favorecer el caer en adicciones.

La nicotina puede ser tan adictiva como la heroína

- “Se sabe que la nicotina puede llegar a ser tan adictiva como la heroína o cocaína. Cuando el fumador presenta cierta abstinencia sentirá la necesidad urgente de un cigarro en las próximas horas o semanas”: Miriam Jiménez, neuróloga pediatra y miembro de la Sociedad Mexicana de Neurología Pediátrica.

- La nicotina baja los niveles de ansiedad y de apetito, si la eliminas, a las pocas horas esos síntomas se presentarán.

- El tabaco contiene más de 5,000 sustancias químicas.

- “Cuando inhalas el humo, la nicotina tarda aproximadamente 10 segundos en llegar al cerebro, tiene una gran rapidez en el efecto. Corre más rápido que se inyectara vía intravenosa”: Jiménez.

- No solo la nicotina estimula la secreción de dopamina, estudios han señalado que también lo provoca diversas drogas, el sexo y la comida, lo que provoca esa gran sensación de placer.

- De acuerdo con estudios diversos, las personas que fuman una cajetilla de 20 cigarros al día estimulan su cerebro con nicotina unas 200 veces diariamente.

- “El cigarro electrónico también causa dependencia, porque contienen nicotina en menor dosis que un cigarro tradicional, pero contiene. Sí disminuyes riesgos porque eliminar sustancias extra, pero lo ideal es tampoco consumirlo o utilizarlo como reemplazo”: Ángel Alberto Ruiz Chow, neurosiquiatra.

cev/acmr