La pandemia y la falta de atención del gobierno llevaron a que en 2022, el mayor registro en la historia.

De ellos, 6.6 millones de niños y jóvenes de tres a 21 años reportaron no asistir a la escuela. Esta carencia limita las posibilidades de las nuevas generaciones de salir de la pobreza, dijeron expertos.

“La educación es una de las pocas herramientas con que se cuenta para promover la movilidad social. Es decir, que si los hijos de familias vulnerables cuentan con acceso a la educación, tienen mayor posibilidad de conseguir trabajos con mejores salarios y mejores condiciones de vida”, explicó Adriana García, coordinadora de análisis del colectivo México, ¿cómo vamos?

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El rezago educativo es uno de seis indicadores, además del ingreso, que considera el Coneval para medir la pobreza multidimensional.

Este es un indicador del futuro, es decir, una población que hoy debería estar estudiando y no lo hace, tendrá menores posibilidades a futuro de tener ingresos más altos, entonces es una forma de perpetuar la pobreza, opinó García. “Lo que hemos visto durante esta administración es que el tema de la educación no ha sido una prioridad y esto lo podemos ver con los últimos datos del Coneval”, dijo.

Política en educación

De 2018 a 2020, la población con rezago educativo pasó de 23.5 a 24.4 millones resultado del impacto de la pandemia porque muchos jóvenes tuvieron que abandonar sus estudios con el objetivo de conseguir un ingreso para su familia, comentó.

“Sin embargo, en 2022 esta cifra siguió aumentando hasta llegar a 25.1 millones, lo que es un reflejo de que no se atendió este problema. No tenemos un diagnóstico de parte de las autoridades educativas de cuál fue el impacto en la falta de conocimientos ni de cómo promover el regreso de estos estudiantes”, advirtió la investigadora.

En su opinión, el que todavía exista rezago mayor en 2022 que en 2020 nos deja ver que la política educativa no ha tenido éxito.

Para Rodolfo de la Torre, director de movilidad social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, el sistema educativo no ha respondido a las necesidades de la población que generalmente no encuentra los conocimientos para entrar al mercado laboral, pero también porque parte de la población abandona de manera temprana la escuela.

“Con la pandemia empezó a haber abandono escolar y para evitarlo, lo que se necesitaba era regularizar a los alumnos con tutorías o apoyos específicos para que se mantuvieran en la escuela y la pudieran terminar. Pero en lugar de eso, lo que se hizo fue cambiar los planes de estudio, cambiar los libros de texto y hacer mucho más difícil para los alumnos adaptarse a las nuevas condiciones educativas”, afirmó.

En su opinión, el gobierno actual y el anterior no dieron resultados en cuanto a los niveles educativos y la perspectiva no es muy favorable, pues esta problemática se va a prolongar, ya que las modificaciones que se puedan introducir no dan cambios inmediatos, por lo que habrá que esperar a la siguiente administración para ver qué se plantea.

Nuevas generaciones

El indicador de rezago educativo detecta principalmente lo que ocurre con las generaciones recientes, pues las que salieron de la escuela con más de 25 años de edad, en realidad ya no hay posibilidades de que cambien mucho su escolaridad. En cambio, los más jóvenes pueden abandonar la escuela, empezar a trabajar, perder años y rezagarse, lo que significa que este indicador es más sensible a las nuevas generaciones, explicó De La Torre.

El secretario ejecutivo del Coneval, José Nabor Cruz, reconoció que se esperaba que el rezago educativo tuviera una mayor disminución tras la pandemia. Sin embargo, explicó que incluso antes se tenía ya visualizado un gran número de jóvenes que al llegar a 14 o 15 años o en secundaria se insertaron al mercado laboral dados el requerimiento de aumentar los ingresos familiares.

De los 6.6 millones con rezago educativo, 4 millones de adolescentes y jóvenes de 16 a 21 años abandonaron sus estudios.

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Para reducir el número de jóvenes que no asisten a la escuela o no cuentan con la educación básica obligatoria es necesario mejorar las condiciones de los inmuebles en secundaria y en los niveles medio superior y superior, sobre todo en las zonas rurales, señaló Nabor Cruz.

“Ahí tenemos un reto importante en cuanto a dotar de mejores condiciones [a los colegios], no sólo con tecnología de la información, internet y computación, sino también en materia de infraestructura, es decir, agua y drenaje, así como otro tipo de instalaciones que permitan un mejor desarrollo de las cuestiones educativas para secundaria y educación media y superior”, precisó.

El consejo establece que hay 11.3 millones de mexicanos con 16 años o más que nacieron antes de 1982 y tienen primaria incompleta. También hay 4.8 millones con 16 años o más que nacieron de 1982 a 1992 sin secundaria completa.

En estos casos es necesario continuar con las estrategias de certificación que hace el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), sobre todo en las entidades federativas y en las zonas rurales, destacó el directivo del Coneval.

Círculo vicioso

Las entidades con más rezago educativo están en el sureste del país, pues Chiapas tiene 31.1% de su población en esta condición y le sigue Oaxaca, con 29.1%.

El impacto va en los dos sentidos, cuando hay una gran pobreza es mucho más difícil mantenerse dentro de la escuela y al no poder seguir estudiando y mejorando capacidades para alcanzar un mayor ingreso, entonces se mantiene la pobreza y se convierte en un círculo vicioso, expuso De la Torre.

“El rezago educativo es uno de los factores que contribuyen justamente a la pobreza, y eso hace que las personas no alcancen ingresos suficientes a través de su trabajo o por otros medios para que crucen la línea de su condición de marginación. De esta forma, la falta de educación es uno de los elementos que puede generar la permanencia de una situación de pobreza”, indicó.

“La carencia de una buena oferta educativa media superior puede ser un elemento que explique el por qué los estados del sureste tienen todavía 55% a 60% de su población en pobreza multidimensional”, agregó el secretario del Coneval.

“En las ciudades es más fácil que la población pueda contar con infraestructura educativa. Esto nos habla de la importancia de la brecha digital y la necesidad de que haya mayores oportunidades de acceso a las telecomunicaciones en zonas rurales, lo que permitiría que tuvieran acceso a proyectos de educación a distancia y no necesariamente que estuvieran limitados a contar con un plantel o una escuela física”, comentó Adriana García.

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Qué hacer

Para De la Torre, hay tres cosas fundamentales para reducir este rezago. La primera es dar más recursos a la educación, pues hay cada vez más necesidades en el nivel medio superior y superior, de modo que si no suben los presupuestos no se tendrá el resultado esperado.

Lo segundo es que en lugar de experimentar con nuevos modelos pedagógicos o enfoques, hay que centrarse en los esfuerzos del lenguaje, el español, la ciencia y las matemáticas para que se aproveche mejor el tiempo en la escuela.

Asimismo, se requiere elevar la calidad de la escuela pública. Necesita proporcionar mejores métodos, enfoques y posibilidades de aprendizaje para diagnosticar las formas para mejorar. Se requieren pruebas y exámenes de análisis de cómo están funcionando las escuelas.

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