México es un gigante en el comercio global. Por el peso que tiene el intercambio con el exterior —más de 50% del PIB— es necesaria una reinvención de los pilares y estrategias que soportan las actividades económicas con el mundo.

Haciendo un recuento del desenvolvimiento comercial de México en estos últimos seis años, datos del INEGI reportan que en 2012 las exportaciones de mercancías de nuestro país ascendían a más de 370 mil 769 millones de dólares (mdd). Asimismo, el registro de servicios exportados alcanzó 16 mil 145 millones de dólares. Ambas cifras llevan a un monto de 387 mil mdd. Un récord impresionante para la décimo cuarta economía más grande del mundo.

Ahora bien, al concluir 2017, y en concordancia con datos del Banco de México, las exportaciones del país sumaron 409 mil 494 mdd (un crecimiento de 10% frente a lo registrado en 2012). Esto se ha logrado gracias a las industrias de los ramos automotriz, aeronáutico, manufacturero, aeroespacial y otros más que corresponden a empresas transnacionales que realizan operaciones intra-firma y que desde nuestro territorio mueven hacia sus países de origen.

Por lo que respecta a las importaciones de mercancías, el año pasado se registraron compras por 429 mil 329 mdd. El saldo que se registra es negativo y de casi 20 mil millones de dólares.

Estos resultados se deben al incremento constante de la capacidad productiva de las industrias integradas en la economía mexicana y la orientación que tienen hacia los mercados internacionales.

Casi en la mitad de 2018 y frente a una dinámica de incertidumbre económica internacional, México concluyó recientemente las negociaciones de actualización comercial frente a la Unión Europea y al tiempo ratificó su participación en el nuevo esquema del Acuerdo Transpacífico. Sólo quedan pendientes los resultados ante Estados Unidos y Canadá ya que los acuerdos que se han tratado de definir se han prolongado y han abierto ventanas de especulaciones.

Para que México gane y se escriban nuevas historias de éxito, estas circunstancias proponen voltear hacia las actuales condiciones de la economía nacional. La reiteración de fortalecer a los sectores productivos, innovar, crear y fomentar la internacionalización de las empresas del país para lograr una mayor presencia global son parte de una agenda permanente que tiene que emplazarse de inmediato.

Analizando la situación que se desarrolla frente estos compromisos comerciales y enfocando hacia al mercado europeo (en donde Alemania es nuestro principal socio comercial), la lectura que se hace de las circunstancias es, o se aprovecha la oportunidad de impulsar una mayor presencia y participación en este espacio o la tendencia al déficit persistirá.

Para ilustrar esta parte, es pertinente señalar los datos de la Secretaría de Economía en la materia. En 2017, las exportaciones cuantificaron poco más de 23 mil 211 mdd. En contraparte, las importaciones alcanzaron 48 mil 890 mdd. El saldo deficitario es por cerca de 25 mil mdd.

Además de la fuerte interdependencia entre ambas partes, esta es una oportunidad para estar conscientes de que ante una actualización del tratado, las empresas
de nuestro país deben redoblar esfuerzos para aprovechar las
nuevas condiciones para la operación comercial.

Ahora bien, en lo que respecta al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico y considerando la relación comercial con las naciones de la región asiática y de Oceanía, la participación de México es aún muy simbólica (apenas el 2% del comercio exterior total).

Ante una verdadera intención de diversificar las relaciones económicas internacionales de nuestro país, esta zona requiere de la estructuración de una estrategia apropiada que permita aprovechar las eventuales oportunidades, las cuales se han centrado en la proveeduría, el sector alimentario, así como las preferencias arancelarias para acceder a mercados.

Para concluir, la visualización de estos ángulos de la economía global son una muestra de que los retos que nuestro país debe asumir en el corto plazo deberán ser aprovechados al máximo en la visión y estrategia económica global del próximo Presidente de la República y al mismo tiempo motivo del fortalecimiento de la competitividad de las industrias del país.

Académico de la Universidad del Valle
de México, Campus Querétaro

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