En 2024, el Tren Maya, Mexicana de Aviación, el Grupo Aeroportuario Ferroviario Olmeca-Maya-Mexica y el Corredor Interoceánico, , recibirán subsidios y apoyos fiscales equivalentes al doble de lo que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) otorgará a tarifas eléctricas, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos aprobado.

Según los flujos de efectivo para cada uno de estos proyectos creados en esta administración, todos en operación, las Fuerzas Armadas van a recibir este año un total de 163 mil 789 millones de pesos como subsidios o apoyos fiscales para operar estas empresas públicas.

En tanto, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) contará con 81 mil 581 millones de pesos como transferencias y apoyos fiscales, recursos usados principalmente para subsidiar las tarifas residenciales.

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Según especialistas, esta situación se generó debido a que las empresas que van a operar las Fuerzas Armadas no son rentables y requieren recursos públicos para la continuidad de sus operaciones.

Ingresos limitados

De acuerdo con las proyecciones presupuestales, los montos de subsidios que requieren estas empresas operadas por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina Armada (Semar) contrastan con una expectativa de ingresos de todas ellas de apenas 15 mil 660 millones de pesos, es decir, una décima parte del importe de los apoyos fiscales.

“Son proyectos de dudosa rentabilidad que se llevaron a cabo por la caprichosa voluntad del Presidente. Una vez que se instruyó su realización, se elaboraron estudios a modo para justificarlos”, dijo Miguel González, catedrático de la UNAM.

“Adicionalmente, el AIFA está en la misma situación, y también está el pago de financiamientos que se habían obtenido para el aeropuerto de Texcoco, el NAIM. Son decisiones que acotarán a la próxima administración”, agregó.

Para los expertos, estos subsidios para servicios de transportación tienen como objetivo apoyar a la población con dificultades para cubrir los precios, por ejemplo, de vacaciones en avión a un destino de playa en el país. Sin embargo, son recursos que se dejan de invertir en salud, educación y seguridad.

Además, subsidiar esos servicios de transportación no garantiza que los recursos públicos sean aprovechados por poblaciones vulnerables, pues incluso dan facilidades a personas de mayor poder adquisitivo y desvirtúan el mercado de transportación aérea, como es con el caso de los aeropuertos y la aerolínea Mexicana de Aviación.

El gobierno federal también busca hacer lo mismo con los servicios de transportación terrestre, con el Tren Maya y el Corredor Interoceánico, y seguramente se verá en el proyecto de los trenes de pasajeros, lo que además puede afectar el servicio de carga, a falta de la infraestructura necesaria.

Fuente: Hacienda
Fuente: Hacienda

Urge inaugurar obras

Manuel Valencia, catedrático del Tec de Monterrey, dijo que al final del sexenio, al gobierno le urge demostrar antes de la veda electoral que cumplió con la totalidad de sus promesas de campaña.

“En específico, las obras de infraestructura serán clave para esta estrategia. Por lo que se ha visto en las últimas semanas, que aún incompletos o con operaciones parciales, la Megafarmacia y el Tren Maya, por ejemplo, ya fueron puestos en operación”, alertó.

“Activar y echar a andar estas obras demanda parte importante de presupuesto que se destinará como apoyos fiscales o subsidios. Estamos conscientes de que varias de estas obras no serán rentables y, las que logren utilidades, lo harán después de varios años”, recalcó.

Así, el siguiente gobierno deberá prever que requerirá contemplar esas partidas presupuestarias para mantener la operación, pero primero para terminar correcta y completamente esos proyectos.

Los expertos coincidieron en que el ciudadano promedio seguramente premiará en urnas y apreciará que las obras, aunque incompletas, estén entregadas.

De esa manera, anticiparon que el análisis respecto al monto de subsidios necesarios para operar estas obras no será parte de una reflexión en el voto popular.

En tanto, los subsidios a CFE, mucho menores a los necesarios para apoyar las tarifas residenciales y pequeños en comparación a los que reciben las nuevas obras, benefician a más personas que los estímulos a las nuevas empresas de transporte.

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