El plan para reforzar la Terminal 2 (T2) del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México () es una de varias malas noticias sobre el espacio aéreo en el Valle de México, donde se ha creado “un callejón sin salida”, dijo Juan Carlos Machorro, socio experto en derecho aeroportuario y aeronáutico de Santamarina y Steta.

Destacó que, aun con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) operando a máxima capacidad, con 20 millones de pasajeros al año, no se cubre ni la mitad del AICM, que recibió a 50.3 millones en 2019.

“Estamos en un embudo derivado de haber cancelado el proyecto de Texcoco y obligar a seguir la operación del AICM”, dijo.

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“El AICM estaba destinado a cerrar definitivamente y ahora está sin recursos, con un deterioro operativo muy considerable y sin saber a dónde crecer”.

Machorro consideró que los 600 millones de pesos anunciados por el gobierno para reforzar la T2 son suficientes, pero se debe sumar lo que costó la cancelación del aeropuerto de Texcoco y la construcción del AIFA.

“Son millones de pesos tirados a la basura. Se llama dinero a fondo hundido, están hundiendo los fondos porque es dinero irrecuperable”, apuntó Machorro.

Ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció en su conferencia un plan de reforzamiento de la Terminal 2 (T2) del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

Para ello, se transferirán alrededor de 600 millones de pesos al Gobierno de la CDMX, que se encargará de realizar los trabajos, mientras que las obras previstas para iniciar este año tendrán una duración de 13 meses.

López Obrador también dijo que se van a limitar los vuelos en el aeropuerto capitalino.

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“La T2 se había construido con una vida útil de 15 o máximo 20 años, porque era un paliativo mientras se construía un nuevo aeropuerto en la CDMX, pero ahora [el Presidente] la vuelve a echar a andar de forma indefinida”, señaló Machorro.

“Desde hace 30 años se diagnosticó que la solución más versátil y viable de un aeropuerto estaba ubicada en Texcoco”.

La T2 se construyó después del intento frustrado de tener un nuevo aeropuerto en Atenco, Estado de México, durante el gobierno de Vicente Fox, y pese a las advertencias sobre el hundimiento, se inauguró en 2008, en el sexenio de Felipe Calderón.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) y la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) están realizando un estudio sobre el nivel de capacidad del AICM para determinar cuánto pueden disminuir las operaciones aéreas.

El estudio no se da a conocer, “pero no tenía contemplado la remodelación de la T2, lo cual tendrá un impacto adicional en las operaciones aéreas”, indicó una fuente con conocimiento del tema.

La IATA y Canaero tienen una reunión hoy con la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes en la cual se analizará el impacto de las obras en la T2.

El pasado 27 de julio, López Obrador dijo que se analizaba demoler y volver a construir la T2, o apuntalarla para que futuros gobiernos tomen una decisión de fondo.

Con información de Alberto Morales, Pedro Villa y Caña y Salvador Corona

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