México se comprometió a reducir el déficit fiscal a partir de 2025, a fortalecer las reservas internacionales y a mantener una política monetaria restrictiva al renovar la línea de crédito flexible (LCF) del Fondo Monetario Internacional (FMI) por 35 mil millones de dólares dos años más.

Así lo manifestaron la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Banco de México (Banxico) en la solicitud que hicieron al FMI para volver a contar con este escudo financiero precautorio al que ha accedido el país desde 2009, cuya aprobación se informó el pasado 16 de noviembre.

En la carta enviada al organismo multilateral el 31 de octubre, la SHCP y Banxico argumentaron la importancia de los riesgos a los que estaría expuesta la economía mexicana, para lo cual era necesario contar nuevamente con la LCF, aunque por un monto menor en 15 mil millones de dólares al contrato anterior, de aproximadamente 50 mil millones.

Además, se reconoce el contexto de las elecciones en México y Estados Unidos en 2024, que podrían exacerbar la incertidumbre.

La línea de crédito flexible apoyaría la estrategia económica de las autoridades y, combinada con un nivel adecuado de reservas internacionales, proporciona un seguro contra riesgos de segundo orden, expusieron.

Los compromisos

De acuerdo con la carta firmada por el titular de la SHCP, Rogelio Ramírez de la O, y la gobernadora de Banxico, Victoria Rodríguez Ceja, si bien son inferiores a los del acuerdo firmado en 2021, los riesgos externos siguen elevados y en línea con los descritos en 2019.

Estos incluyen la renovada volatilidad en los mercados financieros, mayores primas de riesgo y una fuerte retirada de capitales de los mercados emergentes, así como un crecimiento más débil en Estados Unidos y una desaceleración global.

Señalan que México sigue beneficiándose de este apoyo como un importante instrumento para protegerse de riesgos externos y como señal de la calidad de sus políticas macroeconómicas.

De ahí que Ramírez de la O y Rodríguez Ceja aseguraron que las autoridades mantienen firme su compromiso a futuro de mantener las políticas macroeconómicas sólidas.

“Nuestras políticas económicas seguirán preservando la estabilidad macroeconómica y financiera, al tiempo que reforzaremos nuestras reservas”, afirmaron.

Además, sostuvieron que están firmemente comprometidos con una política fiscal sólida, ya que en 2023 el endeudamiento del sector público alcanzará un déficit de 3.9% sobre el producto interno bruto (PIB).

Establecieron que si bien se espera que el déficit del sector público aumente en 2024 a 5.4% del PIB debido a los compromisos de fin de sexenio, la relación deuda/PIB se mantendrá debajo de 50%, en línea con los objetivos fiscales.

“Para 2025, apuntamos a una consolidación que devolverá el déficit a nuestro objetivo de mediano plazo de 2.6% del PIB y mantendrá estable la relación deuda/PIB”, aseguraron.

Con respecto a la política monetaria, expusieron que para continuar anclando las expectativas a mediano plazo y converger hacia la meta de inflación de 3%, se tendrá que mantener la tasa de interés de referencia en su nivel actual durante un periodo prolongado.

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Se reduce el monto

Si bien México sigue contando con este escudo financiero para enfrentar shocks del exterior, es la primera vez que se pactó por una cantidad por debajo de la solicitada en gobiernos anteriores.

La LCF se contrató inicialmente en 2009, en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, por 47 mil millones de dólares, monto que fluctuó entre 45 mil y 50 mil millones de dólares hasta la anterior administración, encabezada por el entonces presidente Enrique Peña Nieto.

En año de elecciones presidenciales e inicio del próximo gobierno, la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador la renovó por dos años por 35 mil millones de dólares. Sin embargo, según analistas, no debe preocupar que es una cantidad menor.

El economista en jefe para América Latina en Barclays, Gabriel Casillas, dijo a que la reducción no tiene nada que ver respecto a si es bueno o malo.

En su opinión, para un año electoral, ese monto es adecuado y representa alrededor de 18% de las reservas internacionales, que rondan 200 mil millones de dólares.

Para la directora de Estrategias de Inversión en UBS, Gabriela Soni, los mercados no reaccionaron ante esta disminución.

“No preocupó, va en línea con la reducción en el programa de coberturas cambiarias”, dijo.

La especialista coincidió en que el FMI renovó la LCF porque está consignando que hay estabilidad macroeconómica, y más bien fue para dar espacio al fondo para prestar a otros países que sí necesitan esos recursos.

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