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San José del Cabo, BCS. — La falta de embarcaciones mexicanas en tráficos internacionales de mercancía está provocando una fuga de divisas de más de 10 mil millones de dólares anuales, por fletes pagados por el transporte de productos que llegan y salen de puertos del país en barcos de distintas nacionalidades.

Juan Carlos Merodio López, presidente de la Fundación México País Marítimo y senior-partner de M&L Estudio Legal, indicó que esta fuga de recurso “sin duda es un monto muy importante de transferencia de divisas al extranjero”.

Durante el XXIV Congreso Anual de Agentes Navieros, comentó que, de acuerdo con el Reporte Marítimo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las embarcaciones que componen la flota mundial suman alrededor de mil 860 millones de toneladas de registro bruto, y dan servicio en las distintas modalidades de contenedores, buques tanque, gaseros, graneleros y de automóviles, entre otros.

“Tristemente, la flota mexicana no llega siquiera a figurar en dicho reporte, pues el tonelaje registrado bajo pabellón nacional se sitúa en alrededor de 4 millones de toneladas de registro bruto”, afirmó Merodio López.

A la fecha, las pocas embarcaciones con bandera mexicana se encuentran concentradas principalmente en actividades pesqueras y de off-shore, como apoyo a la industria petrolera nacional.

Este vacío en el número de embarcaciones mexicanas tiene un alto costo para el país, afirmó Merodio López, y constituye “una importante fuga de divisas”.

Cuestiona diversificación. Además, cuestionó a los funcionarios y especialistas que afirman que ante una cancelación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México va a diversificar los intercambios o intensificar los ya existentes con otros países.

Pero la pregunta es, subrayó, “¿con qué barcos lo haríamos?

De acuerdo con Merodio López, “dependemos de los grandes consorcios marítimos internacionales, y de los servicios y rutas que ellos determinen y establezcan”.

Detalló que para fomentar la marina mercante mexicana no se necesita inventar el hilo negro, ni subsidios especiales, sino retomar algunas medidas que años atrás estuvieron vigentes de manera exitosa en el país, además de incorporar políticas públicas de largo plazo que ya se aplican en otras naciones.

Confió en que la próxima administración, a cargo del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, tome cartas en el asunto y dé una nueva oportunidad para contar con una marina mercante nacional.

Además de ser una herramienta estratégica de comercio exterior, la marina mercante es un gran detonador de progreso económico e importante fuente de empleo por todos los servicios auxiliares y conexos que le son inherentes, como una forma más de lograr el desarrollo sustentable de los mares del país, y de beneficio para todos los habitantes, agregó.

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