A lo largo de los últimos 12 años, la zona sureste del país, que abarca Veracruz, Oaxaca, Campeche, Quintana Roo y Yucatán, cuenta con insuficiente gas natural , cuya situación se va a prolongar hasta 2023, cuando termine la construcción de dos estaciones de compresión.

La escasez se debe a la falta de presión en el gasoducto de 48 pulgadas de diámetro conocido como Cactus-San Fernando para aumentar el volumen de transporte, lo que ha provocado problemas de suministro para, al menos, cinco centrales de generación de electricidad.

Las centrales de ciclo combinado que tienen problemas son: Mérida II, Mérida III, Campeche ciclo combinado, Valladolid y Valladolid III, mismas que requieren, en promedio, 310 millones de pies cúbicos diarios, pero sólo se les suministra 52 millones de pies cúbicos, es decir, 17% de sus requerimientos totales, reveló el Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas).

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La industria de esa zona presenta problemas por la falta del energético, como apagones y mayores costos, porque se ven obligadas a consumir combustibles alternos más caros, como el gas licuado, combustóleo o diesel.

El Cenagas, organismo público descentralizado encargado de la gestión, administración y operación del sistema de transporte y almacenamiento de gas natural, calcula que para destrabar el “cuello de botella” se requiere una inversión cercana a 9 mil millones de pesos.

Inversión necesaria

Estos recursos estarían destinados a la construcción de dos estaciones de compresión en puntos diferentes del gasoducto Cactus-San Fernando.

Sin embargo, la estrategia depende de que el gobierno federal apruebe la inversión en las dos estaciones de compresión de ese ducto: Lerdo y Tecolutla.

Se estima que, en ambos casos, los proyectos ejecutivos estén listos durante los primeros dos meses de 2022, y que su construcción inicie entre marzo y abril del mismo año.

La conclusión de las dos estaciones está prevista para 2023, entre julio y septiembre.

El primero de los proyectos consiste en la construcción e integración de la estación de compresión Lerdo, en el gasoducto de 48” (pulgadas) Cactus-San Fernando, que requiere una inversión por 4 mil millones de pesos.

Para la estación Tecolutla, a desarrollar en el mismo gasoducto, se requieren recursos por casi 5 mil 53 millones de pesos.

El problema, detalló un alto funcionario de la Secretaría de Energía (Sener) , es que actualmente el flujo de transporte con el que cuenta el Cenagas en ese gasoducto es de mil 139 millones de pies cúbicos diarios y 61 kg/cm2 de presión.

Sin embargo, para cumplir con las condiciones proporcionadas por la Dirección Ejecutiva de Operación del propio centro nacional, se requiere incrementar el flujo a mil 420 millones de pies cúbicos por día y 69 kg/cm2 de presión.

El funcionario mencionó que incluso la falta de presión para elevar el volumen de transporte de gas ha provocado que la generación de energía eléctrica, que cuenta con una capacidad promedio de mil 261 megawatts (MW), “tenga una degradación de 400 MW en tres ciclos combinados de la zona”.

Por ejemplo, cuando se registró una demanda máxima en agosto de 2018, la afectación fue de hasta 774 MW (61%) que quedaron fuera de operación.

El suministro de gas natural al sureste del país se lleva a cabo mediante el gasoducto Mayakán, cuyo diámetro es de 30” y cuenta con una capacidad para transportar 250 millones de pies cúbicos diarios, el cual inicia en el Complejo Procesador de Gas de Nuevo Pemex y termina en la península de Yucatán, aunque resulta insuficiente para atender la demanda de la zona.

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Problemas de suministro

La fuente consultada advirtió que, “en caso de que no se pudiera atender la demanda de gas natural requerida en la zona sureste del país, continuarían con la indisponibilidad en el suministro de gas natural, originando problemas de suministro de energía eléctrica a las centrales de ciclo combinado mencionadas, ya que, hasta el momento, sólo hay capacidad para suministrarles 17% del total que requieren”.

Es un hecho, subrayó, que “dadas las condiciones y el equipamiento actual por la falta de presión, no es posible transportar mayores volúmenes de gas natural y atender la demanda de las empresas en la zona de influencia del centro y sureste del país, ya que se requieren mejoras operativas para incrementar la presión”.

Los análisis sobre el costo y beneficio de la construcción de las dos estaciones de compresión, a los cuales tuvo acceso EL UNIVERSAL, señalan que “esta nueva infraestructura permitiría incrementar la capacidad del sistema de transporte de gas natural para abastecer a la zona sureste del país, aumentando el transporte a mil 420 millones de pies cúbicos diarios de gas natural a través de este gasoducto y cumplir con la capacidad de transporte establecida en la solicitud de demanda de la CFE, según el oficio DG/236/2020 CFE con fecha de 8 de octubre de 2020”.

Citan que el problema del déficit en el suministro sigue vigente, a pesar de que en junio de 2019 se dejó empacado el gasoducto marino de Texas-Tuxpan, iniciando su inyección en septiembre de ese año, con una capacidad máxima de 2 mil 600 millones de pies cúbicos diarios de gas natural al gasoducto de 48” Cactus-San Fernando, con el objetivo de cubrir la demanda creciente del hidrocarburo por parte de la CFE y la industria en las regiones centro y sureste del país.

“Es evidente que no se va a poder atender dicha demanda por las limitantes en el equipamiento actual”, comentó un alto funcionario del Cenagas que pidió no ser citado.

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