El gobierno actual aceptó hacer cambios al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que no fueron positivos, dijo el exsecretario de Economía y negociador del acuerdo, Ildefonso Guajardo Villareal.
Puso como ejemplo el haber cedido en los planteamientos estadounidenses para resolver con toda rapidez o en fast-track las consultas laborales, que ahora se usan contra México como “medidas proteccionistas ocultas”.
La administración del presidente Andrés Manuel López Obrador ahora “juega trucos” de tratar de hacer que no se comprometió en ciertas cosas y viola el tratado, lo que “debilita la estructura del mismo, su credibilidad y el tratado como instrumento de largo plazo”.
Una vez firmado el T-MEC, Estados Unidos pidió hacer cambios y el entonces subsecretario de Relaciones Exteriores de México, Jesús Seade, no se opuso a las peticiones estadounidenses en el tema del acero, laboral y farmacéutico, explicó en entrevista el ahora diputado federal en “Las Piezas del Rompecabezas” de EL UNIVERSAL.
Guajardo Villareal dijo que el entonces representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, ”no tuvo resistencia de parte de Seade para poner en la mesa lo que él necesitaba para poder presentar el acuerdo ante el Congreso norteamericano”.
El estilo de Seade fue ir solo, ni siquiera con la embajadora, cuando en la negociación “yo llegaba con los expertos en cada tema, yo conducía la negociación y si había que hacer una reunión de tres expertos nos retiramos a una oficina... porque es una negociación de altísima responsabilidad como para no tener testigos de lo que estás haciendo”.
Por ejemplo, meses después de que se firmó el T-MEC, el 30 de noviembre de 2019, se firmaron unos protocolos modificatorios en los que “algunos fueron positivos, como el caso de patentes (de medicamentos) y acero mexicano, pero otros no fueron tan positivos, por ejemplo, la negociación para el super fast-track de consultas laborales”.
“Se aceptaron mecanismos de solución de controversias de cualquier negociación comercial y la administración actual fue más papista que el Papa, les aceptaron (a Estados Unidos) un fast-track del proceso de consultas a la mitad del tiempo que lleva una controversia comercial, de 45 días, por eso... ya llegamos a 11 denuncias... y ninguna ha llegado a panel porque estamos flojitos y cooperando”, expuso.
Errores en la implementación
La negociación laboral tiene su lado favorable por la transparencia que se da a los contratos colectivos y a la democracia sindical, “pero tiene un defecto y es que se han utilizado estos instrumentos como medidas proteccionistas ocultas, por ejemplo, en industrias donde México gana gran posicionamiento, te pueden generar una consulta superflua para acusarte de temas laborales, para evitar la competencia”.
Alertó que “cuando nosotros hicimos la negociación, le dejamos alfileres muy bien puestos a que tu denuncia tenía que ser sobre un sector donde se presentara recurrentemente una violación y que la violación fuera significativamente para el comercio y la inversión bilateral y ahora no. Ahora denuncian un tema laboral para una mina (de Grupo México) que no exporta vía T-MEC. Ahora les abriste la puerta para denunciarte en cualquier sector”.
El problema está en que pueden abrirse casos contra, por ejemplo, productores de hortalizas como jitomate, por violaciones. El problema es que no importa que en todos los sectores pueden iniciarnos en Estados Unidos consultas contra México.
El gobierno mexicano comete el error de intercambiar barajitas. Mezcla temas comerciales y laborales... no es estricto con los mecanismos de solución de controversias del T-MEC, apuntó Guajardo.
México le hace el trabajo sucio a Estados Unidos de contener a los migrantes en la frontera “a cambio de que no nos disparen la pistolita del panel de energía eléctrica”.