El populismo no sirve y Venezuela es la mejor muestra de ello. El país está hundido en una crisis no sólo politica sino especialmente económica y social provocada por la caída en los precios del petróleo, principal y casi único ingreso de divisas de Venezuela. Parece que la última moda por allá es el anuncio de más y más medidas tan impensables como bizarras. 

En principio los apagones de luz programados hasta por 4 horas al día que sufren diversas partes de la región, aunados al conocido desabasto de alimentos, medicamentos y prácticamente cualquier insumo que deba ser importado

Apenas ayer Aristóbulo Istúriz, vicepresidente del país, informaba la decisión de prácticamente detener por entero al sector público a través de una medida completamente inesperada: una semana laboral de tan sólo dos días. Así como lo lee estimado lector, los funcionarios públicos venezolanos sólo asistirán a trabajar los días lunes y martes descansando el resto de la semana ¿a qué se debe tan exótica decisión? 

Por mucho interés que pudiera causarnos la idea de trabajar dos días y descansar cinco, en realidad poco tenemos que envidiarle al país sudamericano. La tremenda sequía, ocasionada por el fenómeno de El Niño, por la que atraviesan ha provocado niveles bajísimos de agua en la principal central hidroeléctrica que es la que proporciona el 70% de la energía que requiere el país. 

A esto se suma que desde hace casi diez años, la inversión en el sector ha sido inexistente y los planes de sustituir la energía hidroeléctrica por termoeléctrica iniciados desde tiempos de Chávez fracasaron estrepitosamente debido a la tremenda corrupción con que fueron operados, beneficiando a unos cuantos y dañando al país. 

A la velocidad en el que ha venido bajando el nivel del agua en la hidroeléctrica ésta llegaría a un punto crítico en unos 15 días. La obscuridad alcanzaría al sucesor de Chávez. Al mismo tiempo que se dan estas crisis, se ha comenzado una campaña para recabar las firmas suficientes para revocar el mandato del presidente. 

Maduro seguramente reza diariamente para que llueva y con eso evitar un apagón general que podría sumir a Venezuela en una terrible oscuridad en medio de la crisis económica y de seguridad que de por si enfrentan lo que podría tener consecuencias desastrosas. 

 

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