Nadie esperaba lo contrario: el veredicto estaba cantado desde hace seis meses, cuando se designó a Virgilio Andrade, juez y parte, para que esclareciera si en la adquisición de la mansión blanca y demás residencias había habido conflicto de interés.

Y nos llenaron de fechas y comprobantes porque, tal y como se recomienda desde tiempos ancestrales, a falta de credibilidad y de argumentos y cuando el público se muestra adverso y suspicaz, quedan las evidencias, las cuales, por más tangibles y medibles, igualmente se pueden manipular (y, para beneplácito de las contrapartes, confrontar).

También queda intentar resarcir la imagen (de corrupción, prepotencia, privilegio, abuso de poder, enriquecimiento inexplicable, lo que ocupe) con gestos de arrepentimiento, comprensión y toma de conciencia, disculpas y más disculpas para quienes se lastimaron e indignaron al ''interpretar'' la serie de acontecimientos’ por todos conocida.

¿A ustedes los dejan tranquilos las disculpas? A mí, no tanto. Pueden frustrar más que aliviar: son como la respuesta del gerente de la tienda que, por más que diga que nos entiende, no nos hará válido el descuento o la cancelación de un producto que no satisface los criterios de calidad: Te entiendo y estoy contigo, pero esto es lo que hay.

Ya no sé si es una coincidencia o una perversidad que la información filtrada de casos devastadores e indignantes, como los asesinatos de Rubén, Nadia, Yesenia, Alejandra y Mile, en la Colonia Narvarte, revele parcialidades y detalles que son explotados y usados fuera de contexto, según el tratamiento que le han dado algunos comunicadores y medios de información: desde cómo han cabeceado la nota (Fuimos por sexo a la Narvarte) hasta aventurarse a criminalizar a las propias víctimas.

A raíz de este y otros casos, abogados y defensores de derechos humanos han insistido en la importancia del enfoque victimológico La organización Artículo 19 ha llamado a las autoridades a adoptar un protocolo de víctimas. En palabras del abogado Iván Báez:

‘’Además de los enfoques delictivo y criminológico, existe el victimológico. Es decir, si algo en el comportamiento del periodista pudo llamar la atención del agresor: qué hacía el periodista, qué temas cubría, qué rumores despertaba, quién se molestaba por las notas que publicaba. . . ‘’

Según Báez, cada caso requiere un approach diferente: sea asesinato, desaparición y/o cuando se desconoce al agresor:

''¿La víctima estaba o no amenazada? ¿Cómo se puede comprobar que fue por su trabajo?, ¿quiénes están involucrados?, si es el crimen organizado, ¿el tipo de agresión corresponde al modus operandi del grupo criminal cuyas acciones el periodista cubría?, si es el gobierno, ¿cómo se comporta la autoridad ante las acciones liberales?, ¿reacciona con actos amenazantes?, ¿cómo actúa tradicionalmente?''.

No nos distraigamos. Quizá la información que realmente desvele los móviles del multihomicidio permanezca guardada durante un tiempo más, pero lo que no es un secreto es que los cinco asesinados el 31 de julio eran, por algunas u otras razones, vulnerables.

Y, por algunas u otras razones, todos podemos serlo.

Google News

Noticias según tus intereses