Existe una gran diferencia entre el “encanto” y el no poder dejar de hacer cualquier actividad.  En la última década ha aumentado de manera exponencial el número de personas que sufren de Ludopatía,  un trastorno de la conducta que se caracteriza  por jugar y apostar en juegos legales e ilegales, deportes, etc…  a través de cualquier medio que lo permita. Este trastorno se  va ocupando de las distintas áreas de la vida del individuo afectado a cada una muchas veces hasta llevarlo a la quiebra, tanto monetaria como emocional y por supuesto también a los que lo rodean.

El diagnóstico de éste trastorno puede parecer engañoso, ya que los excesos en el juego pueden ser relativos, quizá habrá  personas que jueguen y apuesten mucho pero existe un control absoluto para poder parar (se gane o se pierda) y habrán otras personas que  no apuesten tanto y estén menos tiempo en los casinos pero que  hayan perdido el autocontrol suficiente para saber retirarse a tiempo (se gane o se pierda). No es suficiente indicador el que el individuo tenga grandes riquezas o no para determinar la pérdida de control,  se piensa que si no ha perdido todo o no se encuentra en la cárcel por fraude es que no sufre de ludopatía, “no ha tocado fondo” sin embargo es muy importante estar alerta y tomar acción antes de que sea demasiado tarde y el problema se convierta en irreversible.

Desde luego existen criterios que pueden ayudar a los especialistas o incluso al propio ludópata o sus familiares a identificar si hay o no una pérdida de control, signos que pueden ir evidenciando poco a poco o a veces de manera vertiginosa la presencia de este trastorno, sin embargo la negación del individuo como de las personas que lo rodean impiden verlo.  Primero habría que descartar que la adicción al juego es un vicio, como  se le denomina comúnmente.  El hecho de que la gente nombre como vicioso al ludópata o a cualquier persona que sufra adicción  a lo que sea le da una connotación moralista más que lo que realmente es, un trastorno que debe controlarse con la ayuda de un especialista o grupo de autoayuda, es decir no es cuestión de debilidad de carácter sino, como ya lo dije de un trastorno, algo más fuerte que la voluntad.

Los signos que pueden ayudar a identificar el problema son cambios en el comportamiento del individuo, se puede mostrar desesperado, con insomnio, constantemente estresad. Comienzan a esconderse, a mentir y manipular en consecuencia a robar, falsificar  y cometer fraudes que los pueden llevar a tener problemas legales.  

Twitter @reginakuri

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