Boko Haram existe mucho antes y mucho después de que el terrible secuestro de casi 300 niñas conmocionara al mundo y produjera un gran activismo en las redes sociales a través del Hashtag #BringBackOurGirls. Un reporte de la UNICEF publicado la semana pasada, indica que el uso de niños para cometer atentados por parte de esta agrupación ha subido 10 veces en solo un año. Cuarenta y cuatro infantes fueron empleados el año pasado por la organización para cometer ataques suicidas. Según el índice global de terrorismo Boko Haram, no ISIS, fue el grupo más violento durante 2014, y según la UNICEF, el número de ataques suicidas del grupo siguió creciendo durante el 2015. Tras dos años de la captura de las casi trescientas niñas, Boko Haram publicó un nuevo video que le recuerda al mundo que al menos algunas de estas niñas siguen cautivas. Pero lamentablemente, el tema va mucho más allá de ellas. Miles de personas mueren al año a manos de esta organización islámica actualmente afiliada a ISIS. Para esos miles, no hay Trending Topics. Tampoco los hay para los cientos de niñas y mujeres secuestradas antes de las 276 de la escuela de Chibok, o las capturadas posteriormente.  Los más de 200 ataques terroristas cometidos por esta organización mucho antes del secuestro de las 276 niñas, o los cientos de ataques cometidos después, no parecen haber sido suficientes para encender el activismo en las redes sociales que sí logró el plagio de esas pequeñas. En otras palabras, pareciera que algunas cosas en las redes sociales, por así decirlo, “pegan” más que otras, lo que quizás nos habla de una especie de agenda que podría responder a una conducta masiva que no necesariamente funciona en paralelo con la de los medios de comunicación tradicionales, una conducta que no hemos siquiera comenzado a entender. El ciberactivismo, o lo que algunos han llamado, la diplomacia tuitera, no son parejos. Por lo pronto, es necesario nuevamente alzar la voz. Las niñas secuestradas de la escuela de Chibok siguen en las manos de esa organización, aunque hoy su drama no produzca la actividad en Twitter que produjo hace dos años. Muchas más niñas y niños siguen siendo capturados continuamente por ese grupo y luego son preparados y drogados para perpetrar atentados en contra de otros miles de personas inocentes. El problema es que a esa tragedia que se vive en Nigeria, luego sigue otra, la indiferencia del mundo. Esta última, es la que está en nuestras manos evitar. Hoy en el blog, algunos detalles al respecto.

Boko Haram el grupo terrorista más sanguinario del planeta

Para contextualizar, recordamos algunos datos que ya hemos revisado en este espacio, y añadimos otros que han sido publicados recientemente:

  • Boko Haram es una organización islámica extremista nigeriana que surge en 2002 con la consigna indicada en su nombre: “La educación occidental es pecado”. Sin embargo, en sus primeros años, el grupo no empleaba la violencia. Sus primeros atentados son cometidos hacia 2009. Boko Haram se conoce por atacar principalmente a cristianos y por acciones como quemar iglesias, pero sus actos se dirigen también contra musulmanes, sobre todo aquellos que percibe como "laicos" u "occidentalizados". Las escuelas son uno de sus blancos principales.
  • Antes del secuestro de las 276 niñas en la escuela de Chibok (secuestro que se hizo famoso por la campaña de #BringBackOurGirls en la que participaron personalidades como Michelle Obama, entre otras), se calculaba que este grupo había ya cometido unos 200 atentados terroristas y secuestrado a cientos de mujeres y niños más. En su última publicación, el Índice Global de terrorismo calificó a este y no a ISIS como el grupo más sangriento del 2014. De acuerdo con la UNICEF, en 2015 el grupo fue incluso más violento que el año anterior.
  • Según Amnistía Internacional, esta organización ha capturado alrededor de 2000 niñas y niños para ser utilizados como esclavos, como combatientes o como atacantes suicidas, sumando 44 atentados de esta naturaleza solo en Nigeria (y otro tanto en países vecinos). En el 75% de estos ataques, el grupo utiliza niñas. La UNICEF califica a estos infantes como “víctimas”, no como perpetradores, puesto que son drogados y forzados a cometer los ataques.
  • Hasta hace unos 14 meses, Boko Haram controlaba largas porciones de territorio en el noreste de Nigeria. Antes de que el actual presidente, Buhari, asumiera el mando, y ante la debilidad de su gobierno para contener la expansión del grupo, el presidente Goodluck Jonathan había solicitado apoyo tanto de países vecinos, como de mercenarios procedentes de otras partes de África.
  • Entre otros efectos, esto último ha ocasionado que Boko Haram expanda su esfera de acción, perpetrando un gran número de atentados en países como Chad, Camerún y Níger como respuesta.
  • Una vez que Buhari toma el poder, su gobierno se va de lleno contra el grupo islámico –pidiendo a los países vecinos que no intervengan, aunque estos sí se han mantenido combatiendo al grupo- y consigue arrebatarle la mayor parte del territorio nigeriano que controlaba.
  • Esto, como sabemos, no solo no termina con la organización, sino que le orilla a devolver golpes del modo que conoce: empleando las tácticas terroristas más sanguinarias existentes. De ahí que el 2015 fuese un año tan violento, y que el uso de niños en ataques suicidas se hubiese incrementado en semejante proporción.

Boko Haram se afilia a ISIS

  • El año pasado, Boko Haram anunció su afiliación a la red de ISIS o “Estado Islámico”. De manera consistente con el discurso de esta organización, el grupo nigeriano cambió su nombre al de “Provincia de África Occidental del Estado Islámico”.
  • Esto no significa que existan lazos operativos, o siquiera financiamiento o traslado de armamento entre la matriz de ISIS en Irak y Siria, y Boko Haram en Nigeria. Significa simplemente que el grupo ha adoptado la bandera de moda para poder dar un mayor peso simbólico, político y psicológico a sus actos.
  • Y, por supuesto, también ha significado otro tipo de alianza. ISIS ha exportado esencialmente, un amplio conocimiento a Boko Haram en materia de comunicación y manipulación psicológica de la violencia. Los videos del grupo nigeriano son ahora mucho más sofisticados, y son empleados de formas muy similares a las que utiliza ISIS.

El mensaje del nuevo video de las niñas de Chibok

  • Es en ese contexto que hay que analizar el último video de Boko Haram. En él, se puede apreciar a varias de las niñas secuestradas hace dos años en Chibok. Las niñas dicen que no han sido maltratadas, pero piden a sus padres y a las autoridades nigerianas negociar con el grupo pues desean regresar a sus casas.
  • El primer mensaje del video, evidentemente, es que el grupo sigue teniendo capacidad de dañar. A pesar de haber perdido la mayoría del territorio que dominaba, el grupo comunica que sigue teniendo en su poder a estas y a muchas otras niñas y rehenes más.
  • El grupo comunica también, que sigue conservando zonas “seguras” desde donde puede mantenerse atacando como lo ha hecho los últimos meses.
  • Por último, el grupo envía el mensaje de que está dispuesto a negociar, pero que los términos que piensa aceptar, no son de sumisión, y que, de no acceder a sus condiciones, cuenta con armas para seguir golpeando a la sociedad nigeriana y a las de países vecinos. Un video como este puede representar un terremoto político para el gobierno de Buhari, el cual se jacta de estar terminando con esta agrupación, puesto que psicológicamente transmite la noción de que el grupo se mantiene con fuerza.

La diplomacia tuitera

Ahora bien, fuera del análisis del estado actual de Boko Haram, su relación con ISIS, su capacidad de daño y la manera como el grupo ha respondido ante el asedio que experimenta, hay otra serie de cuestiones interesantes a considerar que penetran más en el campo de la comunicación, por lo que solo ofrezco acá un par de reflexiones:

  • Hay determinados fenómenos que consiguen jalar la atención de manera muy especial en las redes sociales. Algunos de estos fenómenos se convierten en tendencias o Trending Topics durante cierto tiempo.
  • Al margen de esas tendencias, algunos de estos fenómenos parecen provocar una especie de activismo, lo que algunos han denominado diplomacia tuitera. Así, cuando el usuario de redes sociales participa en la conversación relativa al tema, o comparte ciertas demandas o reivindicaciones, actúa en favor de determinada causa. Esto, al reproducirse, genera una dinámica masiva que pudiera compartir algunas características del empoderamiento que se produce en manifestaciones presenciales (hace aún falta investigación al respecto).
  • Sobra decir que no todos los temas generan la misma atención ni mucho menos el mismo comportamiento de activismo. Dos cosas, sin embargo, resaltan:
  • Cuando eventos similares o a veces casi idénticos, producen conductas diferentes entre los usuarios de estas redes. Por ejemplo, dos ataques terroristas o dos secuestros a blancos similares o idénticos, perpetrados por exactamente la misma organización.
  • Cuando el evento o la causa que produjo el activismo poco tiempo atrás sigue sin ser resuelta o atendida, y, sin embargo, el activismo parece completamente apagado.

Como dije, se trata de conductas que apenas hemos comenzado a entender, pero aventuro las siguientes hipótesis para ser discutidas por expertos en la materia:

  • Parece que con redes o sin ellas, con Big Data o sin Big Data, seguimos siendo los mismos seres humanos de siempre, los seres humanos que necesitamos historias que nos conecten y nos enciendan. Algo sucedió con el secuestro de las 276 niñas, que no había sucedido antes con otros secuestros de ese mismo grupo, que orilló a determinados personajes a contribuir con una narrativa que prendió en cientos de miles de usuarios de redes.
  • Sin embargo, el cansancio o habituación que normalmente se aprecia en distintos temas de la agenda mediática, parece operar de manera mucho más veloz en redes sociales. La dispersión de nuestra atención, la cantidad de información o incluso la cantidad de causas por las cuales “activar”, podrían ocasionar que los usuarios nos cansemos más rápido de los temas hoy que en el pasado, cuando no había redes sociales.
  • Queda por supuesto ahí el dilema: por un lado, esos hashtags de hecho contribuyen a transmitir el mensaje que la organización terrorista busca transmitir, pero, por otro lado, ayudan en la concientización de temas y eventos que ocurren lejos de nosotros. Nuestra ignorancia o indiferencia es lo peor que puede pasar a las víctimas de grupos como Boko Haram.

¿Usted cómo lo ve?

Twitter: @maurimm

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