Tenemos enormes deficiencias en los sistemas de predicción, lo cual dificulta la elaboración de modelos climáticos más detallados que permitan prever el impacto del cambio climático en los ecosistemas, advirtió José Sarukhán Kermez, Coordinador Nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).

Al participar en el Encuentro Nacional de Respuestas al Cambio Climático, Sarukhán Kermez comentó que en México se tiene una red meteorológica "realmente pobre", y aunque se está haciendo un esfuerzo para mejorarlas, tienen que pasar al menos 10 años para que una estación meteorológica dé información de una zona determinada.

“No tenemos una buena predicción, de qué es lo que nos va a pasar, los modelos climáticos en México son verdaderamente, me recuerdan los rompecabezas para niños muy chiquitos, en el que hay nadamás cuatro piezas y hay que armarlos, no hay manera de tener detalle de lo que está pasando. Tenemos desafortunadamente un sistema de red meteorológica realmente pobre, se está haciendo un esfuerzo en ello pero ustedes sabrán que una estación meteorológica no empieza a ser útil al día siguiente que la abren.

Tiene que pasar 10 años para tener una tendencia y dar una idea de lo que está pasando en la localidad donde está la estación”, afirmó.

El también ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) comentó que estas "deficiencias" en la red meteorológica no ayudan para tener buenos modelos, por lo que resulta difícil predecir los efectos del cambio climático sobre diversidad biológica.

Explicó que los ecosistemas que serán más vulnerables a los efectos del cambio climático son los que se ubican en las partes altas de las montañas así como los lagos; indicó que alrededor del 90% de las especies de los lagos del país son endémicas, por lo que si desaparecen dejarán de existir en todo el planeta.

“Entre el cambio climático, el calentamiento  de estos lugares, la contaminación que hay sobre estos cuerpos de agua, están dando un efecto verdaderamente severísimo en estos cuerpos de agua. El arrecife del Caribe va a sufrir el mismo efecto que los  otros arrecifes del mundo, encima de toda la afectación que el desarrollo turístico ha tenido en Quintana Roo, en asolvamientos, en agroquímicos, contaminación química. Esto realmente no se ve nada bien ya no digamos para fines del siglo, para dentro de unas cuantas décadas”, alertó.

En su participación, María Amparo Martínez Arroyo, directora general del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), comentó que está en construcción la Red de Monitoreo Atmosférico Nacional, que contará con la participación de 98 ciudades del país para medir la calidad del aire de otras metrópolis en tiempo real; previó que esta red sea presentada en unos meses, ya que aún se realizan pruebas de su funcionamiento.

“El INECC es el que está coordinando esta red para que esté en tiempo real en computadora y que podamos tener  98 ciudades en línea el monitoreo. Ha sido un gran trabajo de calibrar instrumentos, de revisarlos, de ver que tengan los sistemas adecuados para poder concentrarse en una sola plataforma y esperemos  que eso dé un impulso muy fuerte a la observación por parte de  todos los ciudadanos y de todas las entidades de la calidad del aire. Cada vez está más claro y, sobre todo, con este tipo de redes que es un problema nacional que debemos impulsar desde todas las instancias”, apuntó.

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