politica@eluniversal.com.mx

La llegada del aspirante a la candidatura presidencial de Estados Unidos por el Partido Republicano, Donald Trump, a la Casa Blanca es perfectamente posible. Pensar lo contrario, ver a Trump como un “payaso” o un fenómeno mediático es muy peligroso, considera el periodista Jorge Ramos Ávalos.

Calificado como una de las voces más influyentes del mundo hispano en Estados Unidos, Jorge Ramos se considera con autoridad para cuestionar a los poderosos, exigir cuentas y defender a los débiles.

Con la bandera promigrante, Ramos advierte en entrevista con EL UNIVERSAL que es una realidad el que Donald Trump pueda llegar a la presidencia de Estados Unidos, hecho que califica como un peligro para México, no sólo por la cantidad de migrantes que serían deportados, sino por la guerra comercial de la Unión Americana contra México y la desaparición del Tratado de Libre Comercio, entre otros temas.

Es necesario, advierte, levantar la voz no sólo desde el gobierno, todos los mexicanos dentro y fuera de Estados Unidos tienen que hacer saber su rechazo a Trump.

Jorge Ramos estrena libro: Sin miedo, lecciones de rebeldes y poderosos, de la editorial Penguin Random House, en el que expone que hasta los periodistas pueden tomar partido, pero siempre debe ser del lado del débil.

Al hablar sobre el periodismo en México, Ramos, quien emigró a Estados Unidos cuando tenía 24 años, lamentó que en dos décadas se contabilicen más de 80 comunicadores muertos en una nación que no está en guerra.

¿De qué lado está Jorge Ramos?

—Ante los abusos de los poderosos, nos toca ser contrapoder; el lugar del periodista es ser contrapoder, y los periodistas que se acercan mucho al poder, que cenan con secretarios y con funcionarios y con el Presidente, que se van de vacaciones con ellos, están demasiado cerca del círculo rojo y así no se puede hacer periodismo independiente. Nuestra posición es ser siempre contrapoder, y si bien hay que escoger entre ser amigo o enemigo de los poderosos, siempre es preferible ser su enemigo, ser su opositor.

¿Es enemigo de los poderosos?

—No, hay momentos en que tienes que escoger y siempre tenemos razón si escogemos estar del otro lado de los que tienen el poder, creo que estar cerca del poder no es nuestro lugar.

¿Cuándo está del lado de los poderosos y cuándo reconoce que hacen algo bien?

—No hay confusión. Hablamos de dos niveles, estoy convencido de que tenemos que cubrir las cosas básicas del periodismo, es decir, describir la realidad tal como es y no como nos gustaría que fuera. Eso es lo básico del periodismo: si hay cinco muertos, decimos cinco, y si es rojo, pues es rojo. Pero una vez que cubrimos lo básico del periodismo, y que aquí entraría lo que ha hecho y no ha hecho un cierto gobierno, el segundo nivel es nuestra principal responsabilidad social, que es cuestionar a los que tienen el poder. Para eso somos periodistas, si no seríamos simples grabadoras que repiten lo que dicen los que tienen el poder.

¿Cómo percibe el periodismo en México?

—Es gravísimo que en las últimas dos décadas hayan matado a más de 80 periodistas en México. Yo creo que México sigue siendo uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo. Hay zonas de México donde han muerto más periodistas que en zonas de guerra y me parece que a pesar de los grandes avances, de que se pueden tener conversaciones libres, a pesar de todo sigue habiendo censura directa por parte de Los Pinos.

¿Cree que Donald Trump llegará a la presidencia de Estados Unidos?

—Es posible, es muy peligroso pensar que se trata de un payaso o de un fenómeno mediático, es peligrosísimo y el gobierno de México cometió un error muy grave cuando dejó pasar tanto tiempo sin responderle, no digo que responda el Presidente directamente, pero, ¿dónde están los embajadores?, ¿dónde están los voceros que hablan en medios de comunicación en inglés en Estados Unidos? Nadie está dando la cara por México, salvo los mexicanos en Estados Unidos que se encuentran totalmente desprotegidos frente a los ataques de Trump, y claro que es posible que Donald Trump llegue a la presidencia, claro que sí. Pensar lo contrario es un gravísimo error político.

¿Fue rebeldía enfrentar a Donald Trump?

—Fue un acto de periodismo. Cuando él dice el 15 de junio que los mexicanos somos criminales, narcotraficantes, violadores, sabemos que no es cierto, así que le envié una carta manuscrita con mi número de celular y él, en lugar de contestarme, publica en internet la carta con mi teléfono celular, el cual tuve que cambiar. A partir de ahí lo estuve buscando, lo estuve cazando hasta que finalmente di con él en Iowa y ahí le hice las preguntas que había que hacerle y antes me expulsó y luego, por presión de otros periodistas, lo obligaron a que me dejara en paz.

¿Tomó partido como periodista, como migrante?

—Claro. En las escuelas de periodismo nos enseñan que hay que ser objetivos y creo que hay que serlo. Si mataron a cinco, decimos cinco, perfecto, pero hay otro nivel y en ese, cuando hay casos de racismo y discriminación y corrupción, hay que tomar partido. No me refiero a ser priísta, panista o perredista, no, hay que tomar posiciones éticas y morales todo el tiempo como periodista.

¿Tomar partido es ir al Río Bravo a echarse a nadar, sentir lo que un migrante siente al querer cruzar a Estados Unidos?

—Al final de cuentas, de lo que se trata como periodistas no es nada más reportar, sino lograr llamar la atención de un país o de un público sobre ciertos temas. Yo soy inmigrante mexicano igual que muchos, la única diferencia es que tengo un papelito que dice que estoy legalmente en Estados Unidos y ahí de lo que se trataba era de llamar la atención ante los millones de mexicanos que han tenido que cruzar ilegalmente la frontera de México hacia Estados Unidos y demostrar el enorme peligro que enfrentaron, luego tratar de buscar una solución para su situación en Estados Unidos.

El pecado final del periodismo es ser aburrido, nos equivocamos si somos aburridos porque nadie nos lee, entonces no nada más hay que reportar, sino que hay que hacerlo de una forma interesante para que la gente nos lea.

¿Cómo percibe la relación de México y EU en el futuro inmediato?

—Lo que Trump nos propone es el horror. Imaginen lo que sería deportar a 6 millones de mexicanos en dos años. Si Trump llega a la presidencia es posible que haya una guerra comercial entre ambos países; el Tratado de Libre Comercio (TLC) podría ser denegado, implicaría la pérdida de cientos de miles de empleos en México.

A Donald Trump hay que empezarlo a enfrentar desde ahora, sería un error gravísimo empezar a enfrentarlo a partir de las elecciones del 8 de noviembre [próximo].

Hay muchos estadounidenses que piensan como Trump...

—Ese es el peligro, el fenómeno Trump se explica porque hay millones de estadounidenses que piensan exactamente como él, pero creo que corresponde al gobierno de México y le corresponde a los mexicanos demostrar de distintas formas que no somos como Trump nos pinta. Me parece terrible que Peña Nieto se haya tardado 265 días en responder a Donald Trump.

Con este nuevo libro, ¿qué le deja al lector?

—La lección la aprendí de los Dreamers, esos estudiantes indocumentados dicen que el primer paso de cualquier cosa importante en la vida es perder el miedo. La lección es que hay que perder el miedo, es importante entender que todos necesitamos algo de rebeldía para hacer finalmente lo que nos estamos proponiendo.

Google News

Noticias según tus intereses