La policía dispersó ayer a miles de manifestantes con gases lacrimógenos, balas de goma y chorros de agua que eran lanzados desde dos camiones cisternas. Las protestas callejeras dejaron 42 heridos, uno de ellos de bala, según la oposición.

Quienes marchaban en Caracas protestaban por la tensión política desatada por la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), luego revertida, de asumir los poderes del Congreso y limitar la inmunidad de los legisladores.

La céntrica Plaza Venezuela, punto de partida de la marcha, había sido tomada desde la madrugada por cientos de guardias nacionales y policías que bloquearon los accesos e instalaron cinco tanquetas y cuatro camiones cisternas para impedir la manifestación, que no posee permiso de las autoridades.

Los manifestantes marcharon entonces por las calles aledañas a la plaza al grito de "¡Elecciones ya!", pero su paso fue interrumpido por las fuerzas de seguridad, que trataron de dispersarlos.

Por más de una hora, centenares de personas, algunas de ellas con los rostros cubiertos, resistieron la acción de los cuerpos de seguridad y les respondieron lanzándoles piedras y otros objetos. Algunos opositores se enfrentaron a gol pes con policías y les arrancaron los escudos de protección. De acuerdo con el periódico El Nacional, hubo al menos 13 personas detenidas en varios puntos de la avenida Libertador.

“En qué país del mundo se ha visto que uno va un mercado a comprar papel higiénico y no hay. Estamos cansados de pasarla tan mal. Queremos que se cumpla con la Constitución, que vayamos a elecciones y se respete la separación de poderes”, afirmó Jorge Colmenares, un administrador de 52 años, mientras caminaba en la marcha y levantaba una bandera venezolana.

Durante la protesta, el presidente de la Asamblea Nacional, diputado Julio Borges, fue agredido por los cuerpos de seguridad que le rociaron gas pimienta en el rostro. El propio Borges informó del saldo de la protesta: “Un herido por arma de fuego, de 39 años, una joven con traumatismo en diferentes partes del cuerpo que fue atropellada por la Guardia Nacional, 8 personas fracturadas y más de 32 heridos con contusiones y sutura”. Según el alcalde opositor del municipio de Chacao, Ramón Muchacho, el herido de bala se desplazaba por la avenida Libertador y observó que algunos policías comenzaron a lanzar disparos al aire. Poco después sintió la herida.

Cientos de opositores bloquearon por más de una hora la principal autopista, que enlaza el este y oeste de la capital venezolana, generando caos vehicular. Varias decenas de guardias nacionales utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.

En respuesta a la marcha opositora, varios centenares de seguidores del gobierno, miembros de las milicias y empleados públicos vestidos con sus características camisas rojas, salieron a marchar en el centro de la capital en apoyo al presidente Nicolás Maduro. El mandatario aseguró que “desde el norte han dado una orden a la derecha fascista, derrotada de Venezuela, de llenar las calles de Venezuela de violencia y de sangre” y que ayer hubo un nuevo intento.

Por su parte, el diputado y dirigente oficialista Diosdado Cabello denunció que la oposición buscaba generar un escenario de violencia al convocar a a la marcha. “La presencia del pueblo chavista en la calle no es más que una demostración de eso, si esa Asamblea Nacional insiste en dar un golpe de Estado, pues vaya preparándose Asamblea Nacional porque nos va a encontrar de frente y se lo vamos a asegurar: ni uno solo de ustedes va a pisar el Palacio (presidencial) de Miraflores”.

Luego de que la policía reprimiera la marcha opositora, la Asamblea (Parlamento) postergó para hoy una sesión especial que realizaría ayer para debatir la remoción de los siete magistrados de la Sala Constitucional, a quienes señalan de haber violado la Constitución al emitir la semana pasada dos sentencias en las que asumían las competencias legislativas y limitaban la inmunidad de los diputados.

Es poco probable que prospere el proceso contra los miembros del Tribunal Supremo, vinculados al oficialismo, ya que la única instancia que puede abrirles una investigación es el Poder Ciudadano que integran la Fiscalía General, la Contraloría General y la Defensoría del Pueblo, organismos también señalados de estar controlados por el gobierno.

Maikel Moreno, presidente del TSJ, señaló que “en los actuales momentos la Asamblea en desacato carece de legalidad y legitimidad para remover a magistrados”. En un comunicado, el TSJ acusó a la mayoría opositora de la Asamblea de querer “erosionar la estabilidad política, democrática y el orden constitucional del país”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses