El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos rindió cuentas ayer de las polémicas redadas antiinmigrantes que llevó a cabo la semana pasada. Según el secretario de esta cartera, John Kelly, las acciones terminaron con un balance de 680 personas arrestadas, 75% “criminales”.

Si bien en un comunicado indicó que sólo se realizaron en cinco áreas del país (Los Ángeles, Chicago, Atlanta, San Antonio y Nueva York), en un estudio de los informes de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) se detalló que en realidad fueron en 12 estados.

“El presidente Trump ha sido muy claro en afirmar la misión crítica de proteger a la nación, de concentrarnos en la retirada de los inmigrantes indocumentados que han violado nuestras leyes”, apuntó Kelly.

La criminalización de la inmigración de la administración Trump se demuestra por los delitos que habrían cometido los arrestados: si bien había acusados de asesinato o violación, también había quienes tenían en su expediente cargos menores.

Trump dijo: “Estamos arrestando a gente que son criminales. Eso es lo que prometí”.

Las acciones despertaron la alarma en el país. El cónsul mexicano en Austin, Texas, Carlos González, aseguró que los detenidos en su área “no son criminales”. La falta de transparencia ha llevado al líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, y a la presidenta del caucus hispano, Michelle Lujan-Grisham, a exigir a ICE detalles de todos los detenidos. Sin embargo, según Trump, ICE sólo está agarrando “a los realmente malos”.

Ayunan para evitar deportación. Un grupo de 11 inmigrantes del sur de Florida inició un ayuno para suplicar a las autoridades del condado de Miami Dade que los protejan y eviten las deportaciones. Con el ayuno, los inmigrantes esperan que el alcalde Carlos Giménez reconsidere apoyar los decretos de inmigración de Trump. Con información de agencias

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