Como en final de un reality show, Donald Trump anunció ayer a su elegido para ocupar la vacante en el Tribunal Supremo: Neil Gorsuch, juez de distinguida educación y defensor de la lectura literal de la interpretación de la Constitución, el mismo día en que los demócratas optaron por boicotear algunos de los nombramientos del presidente de Estados Unidos.

Tras tuitear una y otra vez que se acercaba la hora del anuncio, finalmente Trump presentó a Gorsuch como “el mejor juez de EU y dijo admirar sus “extraordinarios conocimientos legales, su mente brillante y su tremenda disciplina”. Gorsuch, de 49 años, se someterá ahora a la ratificación del Senado para ocupar este cargo vitalicio.

El mandatario se mostró orgulloso de una decisión que definió como la “más importante de un presidente”: su candidato puede determinar el equilibrio de la balanza judicial en el Alto Tribunal del país. Gorsuch, de 49 años, es un conservador clásico de buena reputación, considerado el mejor reemplazo para la vacante dejada por Antonin Scalia, fallecido hace casi un año y para quien el Congreso impidió a la administración de Barack Obama, vía bloqueo, nombrar antes un sustituto. El deceso dejó la corte dividida entre cuatro jueces conservadores y cuatro progresistas. Anoche mismo comenzaron las protestas contra Gorsuch.

“Prometo que si me confirman haré todo lo que está en mi poder para ser un fiel servidor de la Constitución y de las leyes de este gran país”, afirmó Gorsuch en el anuncio de su nominación. Los demócratas de la Cámara Alta ya habían advertido que bloquearán la confirmación y llegarán hasta el límite permitido para no dejar que integre el alto tribunal. Gorsuch tendrá que convencer a ocho demócratas para que voten por él.

Trump inició la presión: “Mi única esperanza es que los demócratas y los republicanos puedan unirse, por una vez, por el bien del país”, aludiendo a la dificultad que tiene para confirmar a sus elegidos para integrar su gabinete.

Justo ayer en el Senado los demócratas boicotearon con su inasistencia la votación en comité de tres nominados: Jeff Sessions (fiscal general), Steve Mnuchin (Tesoro) y Tom Price (Salud y Servicios Humanos). Otro que está sufriendo un retraso considerable es Rex Tillerson para la Secretaría de Estado. En el caso de Sessions, la votación fue aplazada para hoy, pero se desconoce cuándo se retomaría la votación sobre Mnuchin y Price.

La maniobra —se requiere de la presencia de al menos un demócrata para que proceda la votación— es sólo una manera de mostrar la desaprobación por unos candidatos que, en su opinión, están poco cualificados, no cumplen los estándares necesarios o sobre los que hay serias dudas por los conflictos de interés que puedan esconder. Los republicanos tienen la mayoría suficiente en el Senado para la aprobación de los aspirantes, y sólo tienen que esperar que los demócratas agoten sus estrategias para confirmarlos.

En contraste, el Senado avanzó con el nombramiento de Eliane Chao, esposa del líder republicano en el Senado,
Mitch McConnell, como nueva secretaria de Transporte, cargo por el que estará al mando de las infraestructuras del país. Chao es apenas la quinta confirmación que consigue Trump para los principales cargos de su gabinete.

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