Damasco.— Un convoy de autobuses llegó ayer a las afueras de dos localidades chiítas en el noroeste de Siria, asediadas por las fuerzas rebeldes, para evacuar a sus habitantes, en el marco del acuerdo alcanzado para desalojar a quienes permanecen atrapados en el reducto rebelde en el este de Aleppo.

Miles de personas esperaban bajo temperaturas invernales, que se reanuden las evacuaciones del este de la ciudad, el devastado enclave sirio bajo control rebelde, interrumpidas el viernes después de que se desataran nuevos enfrentamientos. Fuentes del gobierno sirio aseguraron que se alcanzó un nuevo acuerdo con los rebeldes opositores, que incluye también la evacuación de otros lugares asediados.

Un convoy de autobuses llegó ayer a las afueras de las localidades chiítas en el noroeste de Siria, leales al gobierno de Bashar al-Assad y asediadas por las fuerzas rebeldes, para evacuar a sus habitantes. Unos 25 autobuses llegaron hasta las barreras instaladas en dos pueblos vecinos, Fua y Kafraya, desde donde trasladarán a unos mil 500 heridos, mujeres y niños, informó una fuente militar siria.

Además de la misión de evacuación en el este de Aleppo y en las dos localidades chiítas, también se espera que se ponga fin al asedio de otras dos ciudades cerca de la frontera con Líbano —Madaya y Al Zabadani—, donde unas 25 mil personas han vivido bajo el cerco de los aliados del régimen, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

Para la población de la destruida ciudad la situación humanitaria es catastrófica. Muchos que ya fueron sacados de la zona oriental están alojados en refugios provisionales en almacenes. Además de la situación higiénica, las frías temperaturas son un peligro.

En tanto, el Ministerio de Defensa ruso aseguró ayer que la evacuación segura de combatientes del este de Ale-
ppo abre nuevas posibilidades de lograr un alto el fuego en otras zonas del país, pero matizó que para hacer avances todas las partes deben manifestar su voluntad de diálogo conjunto.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) llamó a las partes en conflicto a poner fin a la situación de incertidumbre. “La población ha sufrido bastante”, dijo la directora de la misión del CICR en Siria, Marianne Gasser.

Las quejas por los ataques persisten en el mundo. Ayer unos 3 mil manifestantes salieron a las calles en Berlín en protesta contra la guerra de Siria y para exigir de la comunidad internacional acciones más decididas para proteger a la población civil de Aleppo, mientras que en Hamburgo la protesta tuvo unos 800 participantes.

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