Taiwán y China se preparaban el jueves para hacer frente a la llegada del supertifón Nepartak, el primero del año, mientras se expandía en Pekín el miedo a que la tormenta pueda empeorar las graves inundaciones que afectan al este del gigante asiático.

Está previsto que el tifón toque tierra en una región montañosa escasamente poblada sobre la costa este de Taiwán en las primeras horas del viernes, donde perderá gran parte de su fuerza, antes de avanzar hacia China el sábado.

El tifón está clasificado como una tormenta de categoría 5 en una escala del 1 al 5, lo que lo convierte en un supertifón, aunque se debilitaría a tormenta tropical al momento de llegar a China.

En Taiwán, las autoridades anunciaron que los mercados financieros no operarán el viernes, mientras que ciudades al otro lado de la isla, entre ellas Taipéi, decidieron el cierre de escuelas y oficinas. Las aerolíneas comenzaron a cancelar vuelos y se suspendió el servicio del tren bala.

Los funcionarios del área climática de la isla estimaron que los vientos cerca del centro del tifónNepartak alcanzaban al menos los 200 kilómetros por hora.

Inundaciones generalizadas en el centro y sur de China la semana pasada han matado a cerca de 130 personas, dañado más de 1,9 millones de hectáreas de cultivos y provocaron pérdidas económicas de más de 38.000 millones de yuanes (5.700 millones de dólares).

Los tifones son comunes en esta época del año en el Mar de China Meridional, donde cobran fuerza sobre aguas cálidas y se disipan en tierra.

Los tifones solían provocar la muerte de muchas personas en China, pero el Gobierno obliga ahora a realizar evacuaciones y se prepara con mucha antelación, lo que ha reducido mucho la cifra de víctimas fatales en los últimos años.En 2009, el tifón Morakot dejó un amplio camino de destrucción en el sur de Taiwán, donde provocó la muerte de unas 700 personas y daños por unos 3.000 millones de dólares.

ae

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