"¡Está amaneciendo en un Reino Unido independiente!", dijo el líder del Partido Independencia de Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, ante los vítores de sus seguidores en la fiesta de campaña del bando partidario de salir del bloque.

"¡Que el 23 de junio pase a la historia como nuestro nuevo día de independencia!", exclamó.

Los resultados parciales mostraban la imagen de un país profundamente dividido: buenos resultados a favor de la UE en Londres, el motor económico y cultural británico y en la semiautónoma Escocia contrastaban con el abrumado sentimiento anti UE y a favor de salir del bloque en el resto de Inglaterra, desde las localidades costeras del sur al cinturón industrial del norte.

"Se están viendo las quejas de mucha gente, y tenemos que empezar a escuchar", dijo el número dos del Partido Laborista, John McDonnell.

Con el resultado a favor de una salida de la UE, conocida como "brexit", Gran Bretaña se convierte en el primer país importante que decide abandonar el grupo, que evolucionó de las cenizas de la guerra cuando los líderes europeos trataban de establecer lazos y evitar hostilidades en el futuro. Las autoridades de instituciones como el Fondo Monetario Internacional, la Reserva Federal estadounidense y el Banco de Inglaterra advirtieron de que la salida de la UE tendría consecuencias en la economía mundial, que se está recuperando despacio de la crisis económica global.

La libra británica cayó el viernes al mínimo en 31 años ante los primeros resultados parciales del referéndum del país sobre la Unión Europea, que mostraban una pequeña pero creciente ventaja del bando partidario de abandonar el bloque.

Las cifras asestaron un golpe a los mercados financieros, contradiciendo las previsiones anteriores de una estrecha victoria a favor de la permanencia.

La libra había subido en un principio cuando los sondeos de salida y dos encuestas de opinión situaron a la permanencia como ganadora y dos destacados partidarios de abandonar la UE dijeron que el bando proeuropeo parecía haber ganado. Sin embargo, la divisa británica sufrió entonces una de las mayores caídas de su historia en un sólo día, perdiendo más de un 10% en seis horas, desde aproximadamente 1,50 dólares, para quedar por debajo de 1,35 dólares, cuando los resultados iniciales apuntaron a una sólida posibilidad de que Gran Bretaña abandone la UE.

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