Al cubano Arnaldo Rodríguez del Río, de 27 años, le acosa un cruce de sentimientos, mientras desde mediados de noviembre pasa las horas en un albergue con otros 450 compatriotas suyos en un colegio de esta ciudad del noroccidente de Costa Rica y fronteriza con Nicaragua.

Está triste porque, al emigrar el pasado 22 de octubre de Cuba a Ecuador para emprender una riesgosa travesía que pretendía completar desde suelo ecuatoriano hacia Estados Unidos sin visas por Colombia, Centroamérica y México, dejó en Cotorro, en el sureste de La Habana, a su hijo, a su esposa, a un hermano y a su abuela.

Pero está feliz porque integrará el primer grupo de 180 cubanos que viajará mañana por la noche en avión del aeropuerto de Liberia —principal ciudad del noroccidente de Costa Rica y a unos 80 kilómetros al sur de La Cruz— a El Salvador y, en las primeras horas del miércoles, en autobús a Guatemala y México para continuar a EU, en el inicio del plan piloto para resolver la crisis de los migrantes irregulares cubanos que estalló el pasado 13 de noviembre, cuando Nicaragua les cerró sus fronteras.

Rodríguez, quien llegó el 6 de noviembre a Costa Rica, contó a EL UNIVERSAL que sueña reencontrarse con su madre, en Miami, Florida.

¿Por qué salió de Cuba?

—Buscando mejora económica y reunificación familiar. Mi mamá, mis tíos, casi toda mi familia está en Miami. Dejé en Cuba a mi abuela, a un hermano, a mi hijo de tres años y a mi esposa.

¿Salió por motivos económicos más que políticos?

—Por supuesto que no estoy de acuerdo tampoco con la forma de gobierno de Cuba, ni con los salarios ni muchas otras cosas. Es imposible mantener a la familia con esos salarios y uno no tiene libertad de expresión para decir lo que piensa y siente.

Pero así están los cubanos hace más de 57 años…

—No nos queda de otra. ¿Qué íbamos a hacer? A la calle no nos podemos tirar, porque nos matan a golpes. ¿Y para dónde íbamos a viajar, si hasta hace un tiempo no se podía salir de Cuba? Pudimos salir porque Ecuador dio libre visado. En Miami quiero reencontrarme con mi madre y empezar una vida nueva, luchar por mi hijo y mi mujer que dejé en Cuba.

¿Completó los trámites?

—Pagué 555 dólares, que incluyen 10 que cobra Guatemala por visa, 60 de impuestos de El Salvador y 29 de Costa Rica, vuelo especial de Avianca, autobuses, comidas, servicios médicos. El dinero me lo envió mi mamá.

¿Cómo viajarán por México a EU?

—De eso desconocemos. Nos contaron cómo será hasta Tapachula. De allí hacia allá (EU) no sabemos.

¿Cómo fue la vida en La Cruz?

—Humilde y tranquila. Estamos agradecidos con el pueblo de La Cruz y el gobierno de Costa Rica; gracias a ellos este sueño se ha hecho posible.

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