Trece años después de llegar al poder en 2002, el partido islamista de Justicia y Desarrollo (AKP), fundado por el presidente Recep Tayyip Erdogan, perdió la mayoría absoluta en las elecciones parlamentarias celebradas ayer en Turquía.

Con 40.8 % de los votos, el AKP seguirá siendo el partido más fuerte del país, pero ya no contará con el poder absoluto de los últimos años, cuando disponía casi del 60% de los escaños.

El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, reconoció los resultados, pero subrayó que su formación sigue siendo la más votada del país eurasiático. Davutoglu salió al balcón de la sede del AKP en Ankara para felicitar a la nación por “unas elecciones pacíficas” y expresar su respeto a “la decisión del pueblo, por encima de todo”.

“Esta noche es un nuevo comienzo y nos esperan mayores logros. Todos deben ver que el AKP ha ganado estas elecciones y es el número uno”, dijo el premier a sus seguidores. Varios medios turcos recordaron sus palabras de mayo pasado: “Si no somos el partido más votado, si no podemos formar gobierno solos, voy a dimitir”, había dicho el premier.

El AKP bajó más de ocho puntos porcentuales en los comicios de ayer; la sangría de escaños se explica en parte por el éxito del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), izquierdista y prokurdo, que al superar el umbral electoral del 10% entra por primera vez en el Parlamento como partido con lista única. Hasta ahora, solo tenía representación parlamentaria a través de candidatos independientes.

Con 99.4% de los votos contados, el segundo más votado es el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP), con 25.2%, delante del partido de Acción Nacional (MHP), con 16.4 %. El HDP logró un histórico 12.8%, gracias no sólo al voto kurdo del sureste sino también al apoyo de un importante sector de la izquierda en toda Turquía.

El segundo gran perdedor de la noche, es sin duda el CHP al bajar 0.8 puntos porcentuales, perdiendo votos en prácticamente todas las provincias del país. Mientras tanto, el MHP subió 3.5 puntos porcentuales y el HDP logró incluso 6.2 puntos más que la suma de sus candidatos independientes que se presentaron en los comicios de 2011.

La participación electoral llegó al 86.3%, muy cerca de la tasa registrada en las elecciones de 2011.

Así, el AKP se hace con 258 escaños, mientras el CHP tendrá en la nueva cámara 132 diputados, el MHP 82 y el HDP 78, según calcula la agencia semipública Anadolu. Este resultado deja al AKP a 18 escaños de la mayoría absoluta y es considerado por los analistas y la prensa local como un gran fracaso para este partido y también para Erdogan, quien esperaba incluso obtener más de 330 diputados.

Un resultado por encima de 60% le habría permitido al AKP someter a referéndum una reforma constitucional para ampliar los poderes del presidente, pero ahora “Erdogan debe olvidarse del sistema presidencialista”, dijo el conocido analista político Seyfettin Gürsel a la emisora CNNTürk.

Aunque el AKP sigue superando con gran distancia a sus rivales, un gobierno en minoría se antoja difícil y una coalición más complicada aún.

Los tres partidos opositores podrían formar una mayoría, pero la enemistad abierta entre el prokurdo HDP y los nacionalistas del MHP hace improbable una cooperación tripartita.

Algunos analistas prevén ya que el AKP vaya a apostar por un gobierno en minoría para convocar elecciones anticipadas en cuanto le resulte conveniente.

En todo caso, las urnas elevan a estrella nacional a Selahattin Demirtas, el joven y carismático líder del HDP, quien ha sabido sacar este partido de sus tradicionales feudos kurdos y convertirlo en una opción aceptable para gran parte de la izquierda kurda.

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