Nuestra era se caracteriza por la incertidumbre económica y laboral mientras el uso de las redes sociales se populariza para encontrar empleo, reactivar la vida laboral o localizar posibles clientes y nuevas oportunidades, así aumenta en intensidad y calidad.

Sin embargo, el verdadero cambio en la gestión del itinerario profesional y del currículum laboral se realiza en el networking. El principal valor no es ya estrictamente la bolsa de empleo sino la “red” profesional y personal que se crea, mantiene y gestiona online.

Los especialistas en selección de personal reconocen que la red se convierte en una aliada a la hora de buscar y seleccionar profesionales. Así, no sólo supone una gran base de datos donde encontrar con facilidad currículums y perfiles profesionales, sino por las posibilidades que ofrece para conocer y analizar a los futuros candidatos a través de sus perfiles, opiniones, conductas y habilidades sociales en la red.

Reclutadores de talento ahora evalúan actitudes y aptitudes con una hojeada a las redes sociales. Son los escaparates no sólo del expertise laboral sino que a través de las interacciones sociales permiten develar contactos, aportaciones e influencias.

Muchos profesionales ya saben que las redes sociales generan la identidad profesional. El tiempo del currículum vitae estático, como una foto fija, se acabó. El mercado se ha convertido en una conversación exigente y así debe ser la respuesta de la empresa.

Ahora, cualquier firma debe plantear de forma global y coherente su identidad digital que incluye el naming, reputación y posicionamiento. Debe cuidar su estrategia online que engloba la marca social y el mercado como comunidad. También es prioritario fortalecer sus habilidades digitales como el aprendizaje continuo, los contenidos digitales donde son cruciales el factor de diferenciación, personalización y adaptación.

En las empresas se rescata el nuevo modelo de cultura digital y la importancia de los líderes y los stakeholders en las organizaciones). Solo así, la empresa dejará de ser 1.0 y podrá competir en un mercado que va por delante hace demasiado tiempo.

Las redes sociales y sus usuarios se convirtien rápidamente en una fuente de información sobre los posibles simpatizantes y consumidores, más allá de los CRM. Los nuevos sistemas CRM deberán incorporar funcionalidades sociales y especialmente deberán segmentar, por localización, por ideología, por intereses… Sólo así se podrá lograr llegar a maximizar comunicaciones, relaciones y ventas. No todo el mundo estará de acuerdo en todo, pero si se segmenta correctamente, si la organización está preparada, se podrá conectar con mucha gente y en aquellos temas por los que realmente muestran interés.

En el futuro, el contenido irá a los consumidores, en lugar de ser ellos quienes tengan que ir a buscarlo a las webs corporativas de las empresas. Éstas deben prepararse para desmembrar su web corporativa y distribuir el contenido a través de las redes sociales, dejando que la información más importante se extienda por las diferentes comunidades virtuales.

Las empresas confiarán cada vez más en sus consumidores y en sus aliados en las diferentes comunidades virtuales, solicitando ideas y apoyos para llevar a cabo sus campañas. Estos e-consumidores verán reconocido su trabajo por parte de la empresa y, lo más importante, se sentirán partícipes de lo que la empresa haga, lo que puede aumentar el sentimiento de comunidad y de relación con ella.

Rector del Colegio Jurista

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