Hoy día nadie puede negar, y la evidencia así lo indica, que las naciones más prosperas y competitivas son aquellas que han basado su estrategia de crecimiento en el impulso al desarrollo científico, tecnológico y de innovación. Ninguna economía en el mundo puede aspirar a elevar sus índices de competitividad y productividad si no basa la misma en acciones que fomenten la innovación.

Por diversas razones nuestro país no ha logrado alcanzar los estadios de desarrollo e inversión en ciencia, tecnología e innovación (CTI) requeridos. Pese a los esfuerzos de esta administración aún estamos lejos de alcanzar el anhelado uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de inversión en estos rubros, y más lejos aún de lograr un equilibrio entre la inversión privada y pública. Actualmente la inversión nacional en ciencia, tecnología e innovación es preponderantemente pública, lo cual es contrario a lo que sucede en los países más desarrollados, donde es la inversión del sector privado la que detona las actividades científicas e innovadoras.

Con estos antecedentes la Comisión de Ciencia y Tecnología ha presentado una iniciativa de reforma a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, para establecer en Ley la figura de “compras públicas de innovación”. La iniciativa es el resultado de un trabajo conjunto con los principales representantes del sector privado del país, como lo son la Concamin, Consejo Coordinador Empresarial y Canacintra, con el apoyo del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

El objetivo es promover el desarrollo de innovación nacional, aprovechando la capacidad de compras públicas del gobierno. En México, las compras públicas representan alrededor del cinco por ciento del PIB, equivalente a más de 800 mil millones de pesos al año, aproximadamente 35 por ciento del presupuesto. La reforma propone que un porcentaje de los presupuestos de las dependencias destinados para la adquisición de bienes o servicios sean ejercidos mediante la modalidad de compras públicas de innovación.

Con este mecanismo, los innovadores, científicos y tecnólogos del país podrán presentar a las dependencias federales ideas y proyectos para mejorar la eficiencia de alguna actividad o programa y, a la vez, disminuir el costo al erario público; asimismo, la demanda puede venir del lado de las dependencias hacia la comunidad innovadora nacional, para la mejora de un programa o actividad gubernamental específica, ejemplo de ello pueden ser un sistema que mejore la eficiencia energética en los hospitales o soluciones para llevar agua potable a bajo costo a los planteles educativos, en general hacer frente a problemas que día a día enfrentan las dependencias públicas y cuya solución puede estar en manos de innovadores mexicanos.

En la actualidad, diversos países están usando contrataciones públicas para fomentar la innovación, por ejemplo, Finlandia, Noruega, Alemania, Corea del Sur, Reino Unido, entre otras, han fijado entre el 2 y 5 por ciento de su presupuesto para compras públicas de innovación.

Las circunstancias actuales que nuestro país vive con sus principales socios comerciales del norte nos convocan a reforzar los mecanismos y motores internos que eleven la productividad y competitividad de nuestro país, y sin duda hoy en día uno de los más importantes es o debería ser el fomento a la innovación.

Secretario técnico de la Comisión
de Ciencia y Tecnología del Senado
de la República

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