Con la desaparición de más de 269 jóvenes entre 2014 y 2015, el asesinato de más de 150 mujeres desde el 2012 y ninguna averiguación previa, ni procesado por el delito de Feminicidio, Quintana Roo, que ocupa el primer lugar en violencia sexual, se aproxima a conmemorar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

El diagnóstico fue presentado hoy por organizaciones civiles que trabajan en la visibilización de la condición de las mujeres y la prevención y erradicación de la violencia de Género, en el marco de una mesa de trabajo para el seguimiento de la solicitud de declaratoria de la Alerta de Violencia de Género (AVG) en la entidad.

Previo al arranque de los trabajos, las y los asistentes guardaron un minuto de silencio por las mujeres víctimas de feminicidio en Quintana Roo.

La necesidad de decretar dicha alerta se debe a la magnitud de la violencia feminicida que padece el estado, sumada a la violencia estructural e institucional, agravada por la “negligencia” y omisión de las autoridades locales para castigar el delito de Feminicidio, tipificado como tal desde el 2013, coincidieron las agrupaciones asistentes.

El gobierno estatal sigue sin elaborar el protocolo de investigación con perspectiva de Género, indispensable para realizar las indagatorias sobre los crímenes de mujeres y evade consignar expedientes por el delito de Feminicidio, castigado con 50 años de cárcel, optando por levantar cargos por homicidio calificado, penado con 25 años de prisión.

ALTO PORCENTAJE DE FEMINICIDIOS

El Consejo Estatal de Mujeres de Quintana Roo –que solicitó la Alerta de Género junto con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF)- dio un extracto de los argumentos para hacer la petición a la Secretaría de Gobernación (Segob).

Eva Aguilar indicó que en el estado se ejerce de forma cotidiana la violencia de pareja, la violencia sexual, la explotación sexual, la Trata de Personas, especialmente de mujeres y el feminicidio “un fenómeno a la alza, sin una política pública que se le compare en magnitud”.

Por ejemplo, entre el 2012 y el 2013 se registraron 80 asesinatos de mujeres en la entidad; en 2014, otros 51. En 2015, sólo en Cancún, fueron 14 los crímenes en contra de adolescentes y mujeres adultas, incluida una mujer de 50 años. También mataron a una mujer en Chetumal y en Playa del Carmen.

En lo que va del 2016, asesinaron a una joven en Tulum, violaron y mataron a otra, en Cancún y a una más en Playa del Carmen.

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero de 2014 a octubre de 2015 se denunciaron oficialmente 903 casos de violación sexual en contra de mujeres en Quintana Roo.

En 2013 la Secretaría de Salud atendió a tres mil 683 víctimas de violencia sexual. En el mismo periodo los Servicios Especializados para la Atención a Víctimas de Violencia Familiar, reportaron mil 894 casos.

La entidad lidera, desde el 2010, el listado de violaciones sexuales en agravio de mujeres en todo México. La Procuraduría de Justicia carece de un laboratorio habilitado para conformar o desechar pruebas utilizando técnicas de biología molecular basadas en el ADN.

La violencia no creció sola; ha sido alimentada por omisión

De enero del 2014 a agosto del 2015, desaparecieron en la entidad 269 jóvenes. “¿En dónde están?, ¿a dónde se las llevaron?, ¿están vivas?, alguna autoridad las está buscando?”, cuestionó la criminóloga, Mónica Franco.

La especialista subrayó que detrás de las cifras hay historias de mujeres y familias agraviadas, destrozadas, que padecen de violencia feminicida, como se conoce al espectro que engloba los diferentes tipos de violencia que se ejercen en contra de las mujeres y que pueden culminar con sus vidas.

“En un acto de solidaridad, indignación y urgencia de justicia, manifestamos que estas condiciones no son producto solamente del Machismo, ni de elucubraciones de hombres violentos que actúan en solitario, sino que existen fuertes responsabilidades, negligencias y omisiones de funcionarios y funcionarias, y legisladores o legisladoras, que incurren en omisiones de carácter grave (…)

“Declaramos que la violencia no creció por sí sola, sino porque se le ha permitido e incluso, nutrido; porque los recursos se han destinado hacia otros asuntos; porque hay negligencia, desinterés y discriminación. Todo ello, hay que decirlo, constituye una innegable manifestación de violencia institucional”, enunció Franco Muñoz, al dar lectura a la propuesta de posicionamiento sobre la situación de la violencia de Género en la entidad.

El documento será enriquecido con las observaciones y sugerencias aportadas por las organizaciones, como un piso mínimo de lo que debe integrar el Informe elaborado por el grupo de trabajo encabezado por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), respecto a las investigaciones hechas aquí, en seguimiento a la solicitud de Alerta de Género.

PROPONEN NUEVAS PENAS

La mesa fue convocada y respaldada por el colectivo “Ni una Menos”, el Consejo Estatal de Mujeres de Quintana Roo, el Observatorio de la Gobernanza para la Cooperación y el Desarrollo y el capítulo Cancún de la Red de los Derechos Sexuales y Reproductivos en México (ddeser).

También por el Centro Integral de Atención a la Mujer Cancún (CIAM), la asociación por la Superación Ciudadana de Quintana Roo (Suciqroo), Mujeres de Quintana Roo, el Centro de Apoyo a Indígenas Migrantes, Seedssa, la Red Positiva, Huellas de Pan, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), Ciudadanos por la Transparencia, entre otras.

Durante su intervención, Franco Muñoz propuso la tipificación de tres nuevos tipos penales, vinculados con el Feminicidio, figuras que –explicó- no existen aún en el marco legal mexicano, pero que deben contemplarse pues en los hechos, son fenómenos estudiados, recurrentes y graves para la vida e integridad de las mujeres.

Se trata del Suicidio Feminicida, que ocurre cuando una mujer se mata, orillada por alguno o todos los tipos y modalidades de violencia que sufre.

El otro tipo penal es la Tentativa de Feminicidio, que se presenta en casos en que la mujer ha estado a punto de ser asesinada, pero salva la vida porque alguien interviene y logra ayudarla o “porque se arrastra, porque se defiende, porque su agresor se detiene”.

La especialista ejemplificó con los testimonios de mujeres que han declarado “me quiso estrangular en cuatro ocasiones, pero sobreviví”.

El tercer tipo penal son las Lesiones Feminicidas, hechas a la víctima como un mensaje del agresor para dejar por sentado su poder y control del cuerpo de la mujer. Se dañan zonas específicas, principalmente los órganos sexuales.

“Morder el clítoris o los pezones hasta arrancarlos; arrojar ácido en el rostro de las mujeres, son este tipo de lesiones feminicidas que buscan enviar un mensaje. No te hieren cualquier zona del cuerpo… sino sitios muy específicos que son los que te dan identidad como mujer”, explicó.

ahd

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