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Joaquín Cosío y José María de Tavira protagonizan un doble enfrentamiento en el escenario, al desarrollar la trama de la obra La desobediencia de Marte, que aborda la historia de cuatro personajes, dos astrónomos que en el año 1600 se reúnen para estudiar a las estrellas, y dos actores que viven una rivalidad en un salón de ensayo; este montaje llegará al Teatro Helénico este 4 de agosto.

“Algo que me pareció interesante de la obra y que tiene que ver con la identidad masculina es que la cartelera está repleta de obras que hablan sobre la sexualidad femenina, sobre los universos de las mujeres, y ésta, de una forma muy original, habla de distintos paradigmas de masculinidad, no sólo en la tensión que existe en los astrónomos, sino también entre el actor joven que defiende la pureza de la actuación y el maduro, quien ya ha pasado por todos los fangos. La tensión de estos personajes explora dos ideas muy distintas sobre lo que significa ser un hombre”, señaló el director Antonio Castro.

Esta obra de teatro es creación del dramaturgo Juan Villoro, que a su vez se inspiró en el libro de Arthur Koestler Los sonámbulos, que abordaba la historia de la conquista del cielo, donde aparece el encuentro entre los astrónomos Tycho Brahe y Johanes Kepler en 1600, el primero sabía como interpretarlas y el segundo las conocía a la perfección, habilidades que los complementaban pero al mismo tiempo los enfrentaba; así que de inmediato lo hizo pensar que tenía mucho potencial para convertirse en una obra de teatro y así lo hizo.

“La obra trata de ese plano de lo que está más lejos de nosotros, los confines del universo, pero también tiene un giro y trata de los actores que representan a los astrónomos. Hay un cambio y en la obra y se mueve en estos dos planos, de lo más lejano los confines de la galaxia pasamos a lo más próximo, la rivalidad de dos actores que han tenido trayectorias distintas, que pertenecen a generaciones distintas, pero que de alguna manera en escena establecen una relación padre e hijo”, dijo Villoro.

Villoro se ha declarado satisfecho con el trabajo que han realizado Cosío y de Tavira. “Tiene mucho que ver con mi propia biografía, es muy bonito poder conjugar la vida de un científico con la vida de un actor. Para mí es un privilegio trabajar con (Joaquín Cosío) tremendo actor y persona”, declaró José María de Tavira.

Pero Cosío protestó cuando Antonio Castro explicó que él era el astrónomo viejo, pero al final lo tomó con buen humor. “No me siento mayor, siempre he tenido contacto con los jóvenes, fui maestro universitario”, dijo Cosío

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