Ryan Reynolds reconoce que su carrera ha estado plagada de comedias románticas, filmes de acción y algunos independientes de mediano éxito.

Pero explica que será con La dama de oro que el público descubra que también es un actor serio que puede hacer dramas importantes.

“Si hablas con alguien en la calle te dirán que soy el tipo de actor que hace filmes de acción, Chick-flick o películas raras que nadie ve”, señaló.

Reynolds lleva 24 años como actor y durante ese tiempo ha tenido altibajos y descalabros, por eso ahora opta por buscar proyectos en los que lo que importante sea la historia y la gente con la que pueda compartir cuadro.

Así, el actor de 38 años regresa a la cartelera de cine con La dama de oro, película en la que comparte créditos con Hellen Mirren, la cual es dirigida por el británico Simon Curtis.

En el largometraje basado en hechos reales, Ryan da vida a Randol Schoenberg, un abogado que pone en riesgo su carrera con tal de defender el caso de Maria Altmann (interpretada por Mirren), una inmigrante austríaca que huyó a California desde Viena cuando inició la Segunda Guerra Mundial.

La película se centra en su batalla legal para recuperar una serie de pinturas de Gustav Klimt robadas de su familia por los nazis y que desde entonces estaban retenidas en Austria.

“He estado buscando trabajar con grandes cineastas, porque me he dado cuenta que en el cine el director es Dios. en el teatro es un actor, y en la tv es el escritor. Con esta cinta me he propuesto empezar de nuevo y cambiar un poco la dirección de mi carrrera”, dijo.

Consecuencia de esta evolución, es su papel en esta cinta que estrena este fin de semana en la cartelera nacional al que él mismo califica de “inusual”.

Para el actor canadiense decidirse a realizar esta nueva producción fue sencillo, pues aseguró que el filme no sólo habla de la lucha por regresarle a una mujer “indefensa” lo que le pertenece y le ha sido arrebatado, sino que trata además de las relaciones que se pueden forjar cuando dos personas tiene un fin común.

“Me encantó la historia y de lo que se trata, me encantó la relación interpersonal en la historia. Es un poco de una historia de amor entre mi personaje y el de Helen (Mirren)”, afirmó.

Con este personaje, reconoce, ha podido explotar otras facetas como actor y aprender de grandes histriones como Mirren, a quien dijo admirar.

“Randy es un personaje interesante, es una miope cuya vida personal es increíblemente disfuncional, pero él tiene una gran esposa, hijos y un hogar feliz, por eso es interesante ver en la película como por querer ayudar a esta mujer pone en riego su carrera y casi pierde todo”, expresó.

Aunque su personaje existe en la realidad, Reynolds explicó que decidió imprimirle algunos toques distintos al personaje de carne y hueso. Para ello se ayudo del director del filme.

“Simon y yo decíamos cómo tenía que lucir; queríamos que pareciera una estrella de cine, creo que al final todos terminamos complacidos con el resultado”, detalló.

La película hizo que Ryan tuviera un nuevo enfoque de su carrera y le ha dado la oportunidad —como él explicó— de demostrarse que no sólo sabe hacer reír, sino también llorar y más importante para él, inspirar.

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