yanet.aguilar@eluniversal.com.mx

Si algo se exige a ultranza la editorial argentina Caja Negra, es confeccionar un catálogo con una personalidad estética única y con contenidos exquisitos. Todos y cada uno de los 50 libros publicados hasta el momento se rigen por una “suerte de obsesión con el diseño” y por una vocación de hacer libros que pronto se vuelvan imprescindibles. “Caja negra es una suerte de biblioteca personal que compartimos con todos los lectores”, afirmó convencido Diego Esteras.

El editor argentino que hace unos días estuvo en México para conocer la dinámica de las librerías mexicanas que desde hace un año exhiben los libros de Caja Negra distribuidos por Sexto Piso, aseguró que su estrategia es apostar por propuestas que sorprenden, que no son autores esperados pero cuando aparecen son toda una revelación.

Diego Esteras, quien junto con Ezequiel Fanego fundó y tienen la dirección editorial de Caja Negra, aseguró que está editorial creada a finales de 2015 tiene una fuerte impronta subjetiva. “A los dos editores nos gusta mucho el material que editamos y creemos en él, pero tuvimos también desde el comienzo muy clara la idea de que una de las características del mercado editorial en estos años es el exceso de oferta; se producen un montón de novedades por año en Argentina, en España, en México; tuvimos muy claro que en ese contexto era muy importante tener un perfil muy singular, una identidad muy clara, un diferencial respecto de todo este universo”.

Esa conciencia se ha convertido en virtud. Caja Negra se ha erigido en una editorial con un catálogo deseado y deseable, con una personalidad propia, con títulos sobre música, cine y literatura “extraños” y por eso harto atractivos. Con investigaciones novedosas sobre Internet y redes sociales, o incluso libros de literatos consagrados pero que son obras poco conocidas que en conjunto cobran una personalidad muy atractiva.

“Nos gusta pensar que un catálogo editorial es como un catálogo de descontextualización y de recontextualización, sacamos de los contextos de publicación original los materiales y los ubicamos en un nuevo contexto que es el catálogo de Caja Negra”, señaló Esteras y pone un ejemplo.

Tienen un libro que se llama Las cartas del mal, un intercambio epistolar entre Spinoza y un teólogo calvinista sobre la filosofía spinoziana del mal en el siglo XVII; tienen también allí el libro de William Burroughs Revolución electrónica que es como un manifiesto de contracultura en el siglo XX, sobre por qué el lenguaje es un virus, sobre cómo puede ser el lenguaje un arma de control pero también de sabotaje.

“A nosotros nos gusta que convivan en un mismo espacio editorial la filosofía del mal spinozana del siglo XVII con la contracultura burroghsiana del siglo XX; nos gustan los subtextos, la trama que se va tejiendo entre los distintos libros en nuestro catálogo, el modo en que uno llama al otro; el modo en que el libro de Black Music sobre el free jazz como expresión de la conciencia afroamericana en pleno debate por la lucha de derechos civiles en Estados Unidos, nos llevó a investigar y publicar La historia secreta del disco, por ejemplo”, señaló Diego Esteras.

Los editores de otros libros como Viajero solitario de Jack Kerouac, Relatos de un bebedor éter de Arthur Cravan y Generación Hip Hop de Jeff Chang, llevan una década tratando de proponer un camino que no es el camino que ya está instalado y circulando. Lo hacen a través de tres colecciones: Numancia, donde publican narrativa y ensayos; Synesthesia, donde proponen libros sobre música y cine; y Futuros próximos, con libros sobre el modo en que internet transformó el panorama de la producción cultural. “Estamos cumpliendo 10 años y acaba de salir nuestro libro número 50, estamos en un momento de proporciones casi perfectas y hace un año que estamos en México”, afirmó contento Diego Esteras.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses