La artista multidisciplinaria mexicana Arantxa Araujo montó hoy un performance en Nueva York, con el objetivo de exponer las duras condiciones en que trabajan los inmigrantes en las cocinas de los restaurantes de esta ciudad.

Presentada en las instalaciones de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY) en Manhattan, la pieza consistió en Araujo rallando durante tres horas rábanos picantes (horseradish) sobre una mesa en el vestíbulo de este recinto.

El rábano picante, utilizado en varias cocinas europeas, es una planta con un olor y un sabor extremadamente fuerte, que causa sofocos, mareos y lagrimeo constante a quien lo corta, lo ralla o manipula.

Ante la mirada estupefacta de las personas que pasaron por el vestíbulo de la universidad, Araujo se expuso a sí misma a una labor tortuosa y repetitiva, a fin de arrojar luz sobre un trabajo a menudo invisible para el comensal promedio.

“Con esta pieza estoy diciendo: tienes que ser consciente. Estoy tratando de hacer visible lo invisible. Quiero que la gente conozca el proceso de mano de obra intensiva que implica la salsa que come la gente con sus ostras”, expresó la artista.

En entrevista, Araujo manifestó que su intención es replicar lo que realiza un trabajador durante una semana, luego de que hubiera dedicado más de mil 400 horas a observar, relacionarse y trabajar en cocinas de Nueva York, a fin de conocer las condiciones de trabajo.

“El público fue capaz de ver cómo esta actividad física difícil daña el cuerpo. Triturar rábano picante es casi como poner spray de pimienta en los ojos”, aseguró la artista, quien radica en Estados Unidos desde hace más de una década.

Titulada Linton: 15 libras, tres horas por semana, a 31.50 dólares, el performance hace referencia al establecimiento donde Araujo realizó parte de la investigación, al tiempo semanal dedicado a rallar rábano picante por los empleados y al monto obtenido como pago.

La artista, quien ostenta un título en neurociencia por la prestigiosa Universidad de Columbia, destacó que cada vez se ha interesado más en reflexionar en su obra en la experiencia del migrante, tanto en su labor física como en la manera en que ésta afecta su estado anímico y emocional.

En ese sentido, la obra montada en CUNY apuntó a mostrar el desgaste físico de una labor realizada pese al estigma que pesa sobre el inmigrante sin documentos en Estados Unidos, lo que implica ser criminalizado por el actual presidente estadunidense.

“Pese al contexto político estos trabajadores de las cocinas acuden todos los días a laborar, y sorprende su fuerza y su motivación”, manifestó la artista.

En sus más de mil horas de investigación, Araujo documentó asimismo otras labores tan demandantes como cortar rábanos picantes, como lavar platos sin guantes para no dañar las vajillas, lo que termina por abrir grietas en los dedos y generar un agudo dolor al contacto con el detergente.

“Pienso que con las condiciones actuales en Estados Unidos no podemos darnos el lujo de mantenernos en silencio. Nos tenemos que movilizar como artistas y como hispanos, y atraer mayor visibilidad al importante trabajo que hacen todos los días los inmigrantes”, sostuvo.

Antigua becaria del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Araujo ha expuesto sus piezas en docenas de galerías y espacios públicos de Estados Unidos.

nrv

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