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“La nota roja es como un hilo de sangre que se escurre por los intersticios de la sociedad. Seguir su curso nos enfrenta a las dimensiones monstruosas, marginales, violentas o enfermas de la vida social, pero también nos ayuda a entender sus aspectos característicos y ‘normales’”. Lo dice Roger Bartra en el prólogo del cuarto volumen de El libro rojo. Continuación, serie que en el siglo XIX emprendieron Vicente Riva Palacio y Manuel Payno, y que en el siglo XXI ha continuado Gerardo Villadelángel Viñas.

Esta narrativa historiográfica que edita el Fondo de Cultura Económica y que tiene a la sangre como leit motiv sigue su curso y en estos cuatro primeros tomos hacen una exposición de la violencia sanguinaria que ha visto y vivido la sociedad mexicana. Que van, como señala Bartra, desde “las expresiones de criminalidad, de catástrofes y de acontecimientos sangrientos”, hasta “incidentes ligados a la política, a la corrupción, al narcotráfico”.

El cuarto volumen de la serie que comenzó a publicarse a finales de 2008 como secuela de El libro rojo, de Vicente Riva Palacio y Manuel Payno, hace una lectura de la historia de México teniendo a la sangre como un leit Motiv, asegura el editor y coordinador de este ambicioso proyecto, Gerardo Villadelángel Viñas.

“Aunque El libro rojo tiene una narrativa historiográfica, es un libro de historia, con datos duros y con relatos verídicos, todos ellos con un marco literario; es una forma de planteamiento que hace un homenaje a un género latinomericanista, como la crónica, donde se fusionan esos discursos que tienen que ver con el periodismo, la historia y la narrativa. En ese sentido es una forma de historiografía novelada. También tiene esa intención de dar un acercamiento mucho más razonado a los planteamientos y a los discursos de la violencia, sobre todo ahora que estamos llegando a nuestras décadas, en el escenario del México actual”, afirma Villadelángel Viñas.

Cada capítulo es una historia contada a cuatro manos, porque un escritor, periodista, historiador o cronista hacen su interpretación de un episodio sangriento de la historia de México; pero también un artista visual, casi todos conceptuales, hacen a su vez su propia interpretación de esa historia.

“El libro guarda ejercicios de interpretación en cada uno de sus capítulos, ciertas ligas con visiones antropológicas, visiones sociológicas, hay pequeñas pautas que tienen que ver con la filosofía, para hacer una exégesis de esas historias de violencia que han ocurrido en México hasta nuestro presente, para darle otra intención y otro marco que busca alejarse de los parámetros del periodismo inmediato de nuestros días, del ejercicio de la columna que se dedicado a hacer una interpretación”, afirma el editor y filósofo.

Gerardo Villadelángel Viñas presenta en este volumen hechos de 1980 a 1993; allí están casos como el robo a un banco en Los Mochis, en 1988, hasta los actos criminales de los narcosatánicos, el asesinato de Manuel Buendía, las explosiones en el sector Reforma, los actos de corrupción de El Negro Durazo y la oscura historia de El Zar de la basura, entre muchos más.

El proyecto, que alcanzará por lo menos dos tomos más a partir de 1993 donde se queda éste y que se espera sea más tenebroso pues las últimas décadas de la historia de México están marcadas por casos criminales más sangrientos, incluye la participación de creadores como Roger Bartra, Rafael Ramírez Heredia, Miguel Ángel Granados Chapa, Francis Alÿs, Hermann Nitsch, Enrique Metinides, Carlos Amorales, José Luis Cuevas, Alberto Chimal y María Luisa López.

Son 50 creadores que participan en el cuarto tomo y ellos se suman a los cerca de dos centenares que han intervenido en los primeros tres volúmenes y que juntos han hecho la reinterpretación de historias individuales de la nota roja en México. “Lo que se ha creado, ya en el conjunto, es también un discurso visual paralelo al de los textos, que hace una interpretación de la historia de México a partir del arte visual contemporáneo y a partir de sus propias pautas conceptuales”, dice Villadelángel Viñas.

Violencia sobre los cuerpos. La intención del proyecto de Gerardo Villadelángel Viñas fue volcar una idea filosófica, la de acercarse a la historia de México desde la preocupación de que el poder se perpetua a partir del poder sobre el cuerpo; porque desde esa entidad corporal El libro rojo lleva a los lectores a verse reflejados desde una manera más corporal con la historia de los últimos 130 años de México.

“Me preocupó desde el principio analizar desde este proyecto cómo el poder se perpetua a partir del poder que ejerce la violencia sobre los cuerpos. Esta fue la primera liga de reconocimiento y es que sales de casa y lo primero que ves en las primeras planas de los periódicos es la violencia, la sangre. Siempre a mí me interesó crear en cada uno de estos capítulos una lectura de la intervención de los cuerpos como ejercicio y perpetuación del poder”, afirma el editor.

Dice que desde un principio así estuvo contemplado, porque a él no le interesaba hacer un ejercicio iconográfico de un libro de historia ni tampoco le interesaba volver una vez más a estos archivos que de alguna forma puede ser un ejercicio de revictimización de esas víctimas.

“No me interesaba volver a reflejar cuerpos agredidos, cuerpos mutilados, cuerpos asesinados para construir una historia que ya sabemos y que ya hemos leído en mucho de lo que puede significar ahora mismo el imaginario visual de este país. Busqué por ende hacer una construcción visual que aportara otra forma de interpretación”, asegura el editor.

Dice que al final el libro tuvo como origen una edición y una curaduría de centenas de discursos, de interpretaciones, de fórmulas de ideas que construyen un nuevo escenario de la historia de México.

“Cada artista que está allí, cada escritor que está allí aporta su interpretación a un capítulo real ocurrido en México teniendo como pauta el crimen, el asesinato pero dándole su propia lectura con una liga muy esencial. Al final, el libro abre libro un abanico de lectores no sólo especializados, sino que pueden ser jóvenes, estudiantes de literatura, estudiosos de la historia, sociólogos y gente alejada de los círculos académicos. Es acercarse a un libro de historia novelada que finalmente aporta otra visión de la historia de México”, puntualiza.

El reciente volumen incluye la mirada y la interpretación de otras voces, entre ellas la de dos grandes artistas conceptuales: Francis Alÿs y, especialmente, la de Hermann Nitsch, quien al conocer el proyecto quiso colaborar y ofreció con gusto algunas de sus piezas surgidas de sus performances.

Sus obras, sumadas a la de Melecio Galván, casi articulan el cuarto volumen de El libro rojo. Continuación.

Gerardo Villadelángel concluye que la violencia en efecto ha alcanzado, ha planteado otros niveles de discurso y formas de terror que deben de quedar registradas en una publicación como El libro rojo y “deben ser analizadas desde otra perspectiva más alejada del periodismo inmediato que pueden estar construyendo ahora mismo los medios. Son fórmulas que deben leerse desde otros ángulos y esto implica tiempo para construir un par de volúmenes más”.

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