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El escenario más probable es que el Banco de México (Banxico) suba la tasa de referencia en 25 puntos base, decisión que va a ser unánime, luego de que lo haga la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), consideró el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

De no hacerlo, Banxico sorprendería a los mercados con efectos no deseados, advirtió.

“Banco de México movió sus fechas en el calendario para estar en sincronía con la Fed; sorprendería mucho que no hiciera nada, metería mucho ruido con repercusiones negativas en el tipo de cambio”, dijo ayer el vicepresidente del comité de Estudios Económicos, Jonathan Heath.

Manifestó que el consenso del mercado está esperando que suba la tasa, por lo que una sola opinión de una institución no es válida.

El lunes, el economista en jefe de Barclays México, Marco Oviedo, apostó porque Banxico dejará la tasa en 3% hasta junio de 2016, argumentando razones domésticas que estaría evaluando sobre crecimiento e inflación.

Heath afirmó que la junta de gobierno tomará la decisión de política monetaria con el aval de los cinco miembros; si bien es difícil saber lo que hará cada uno, lo que si puede afirmar es que no será una votación dividida como en otras ocasiones, en donde había algunos que estaban a favor de una política expansionista.

Los ejecutivos de finanzas establecieron que si bien estamos ante el umbral de una semana crucial para la economía mundial, ya que es un hecho que la Fed normalizará su política monetaria, ésta tendrá efectos en la economía global.

Reiteraron que en México el incremento de la tasa estará atado a lo que haga la Reserva Federal y con ello también el instituto central iniciará su propio ciclo que se extenderá por lo menos durante todo 2016, y con ello se espera que aminore la volatilidad del tipo de cambio porque se estará despejando un factor de incertidumbre relevante.

La presidenta del IMEF, Nelly Molina, comentó que México cerrará el año con un crecimiento inercial a pesar de que el instituto corrigió a la alza las expectativas de 2.25% a 2.40%.

Estableció que para tener mejores perspectivas en la segunda mitad del sexenio y poder crecer a tasas superiores a su potencial de 5%, se requiere una firme implementación de los cambios realizados en varios sectores.

“Si en 2016 se registra una decidida instrumentación de las reformas estructurales, el crecimiento esperado mejorará y podría ubicarse por arriba del que estamos estimando de 2.78%”, condicionó Molina.

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