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Con el anuncio del gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, de dejar a la institución a partir de julio próximo para convertirse en el gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) pasa de vigilar la estabilidad de precios en México a cuidar la estabilidad financiera internacional.

Según la ley del Banco de México, entre sus funciones está brindar servicios de tesorería y ser agente financiero de gobierno y fungir como su principal asesor en materia económica y financiera. A la par, es el representante de nuestro país ante el FMI y otros organismos internacionales.

Ahora Carstens fungirá como gerente general del BIS, considerado “el banco de bancos centrales”, a partir del primero de octubre de 2017 por un periodo de cinco años y su función principal será el fomento de la estabilidad monetaria y financiera mundial. “El BIS ofrece una amplia gama de servicios financieros diseñados para ayudar a los bancos centrales y a otras autoridades monetarias a administrar sus reservas internacionales, así como alentar la cooperación internacional”, define
el organismo.

Carstens será el primer presidente de un banco central de un país emergente que ocupe el cargo máximo en el BIS. El BIS también facilita el diálogo y la colaboración entre bancos centrales y otras autoridades encargadas de promover la estabilidad financiera en el mundo. Tiene entre sus miembros a 60 bancos centrales de todo el mundo, que en conjunto representan 95% del PIB internacional.

El nuevo trabajo de Agustín Carstens será, además de vigilar el sistema financiero internacional, un posible prestamista de otros bancos centrales, además de diseñar la regulación del sistema financiero global, a partir del Comité de Basilea.

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