Cuando quiere Tomás Boy puede hasta ser simpático. Puede quitarse esa estampa de prepotente con la que ha navegado en su carrera como técnico y también como jugador.

Para explicar una derrota, su primera como técnico de Chivas puso cientos de pretextos pero al final aceptó su responsabilidad. Tenía un juego y lo desperdició, no clasificó a Guadalajara a la Liguilla y su futuro está en el aire, como el destino del Rebaño, condenado a pelear por el no descenso la siguiente temporada.

Como siempre, como todos los técnicos declaran, se dijo orgulloso de su equipo: “Ha sido muy competitivo, en la segunda mitad ha trabajado muy bien, dominando al adversario. Hemos recibido un buen gol de Morelia, como mejor lo hace, aprovechando muy bien cuando el rival pierde el balón”.

Pero al final, todo es cosa de los jugadores: “En general la presión ha hecho mella en los jugadores, pero se la sacudieron un poco porque salieron a jugar, a competir. Es difícil, el objetivo no se cumple, porque queríamos ganar un partido para tener posibilidades, lo que parecía una utopía, pero los jugadores han querido salir de este hoyo. Me deja tranquilo”.

Para Boy , su equipo jugó mejor con diez hombres: “Me queda claro que con diez hombres terminamos encima del adversario. (Eduardo) Lopez ha jugado un partido bárbaro; (Alan) Pulido también. No nos superaron. Morelia ganó con cierta fortuna, pero la buscan”.

Al final, la lluvia de ideas no es lo mejor que le puede pasar a un futbolista: “Es lógico, soy el tercer entrenador del equipo, no es fácil recibir tanta información, pero los jugadores lo aceptaron. Simplemente no entró el balón”.

Ya no se puede clasificar, lo que sigue es sumar puntos, “para que el siguiente torneo se tenga menos angustia de la que se vive en el descenso. Me ha tocado muchas veces estar así, he salvado cinco equipos: al Veracruz lo salvé, al Tampico Madero, a Querétaro dos veces, a Morelia… Al Atlas dos veces…”.

No se quiso quejar del arbitraje.

“No me voy a escudar en eso, los goles no se merecen, hay que hacerlos, aunque parece que esto es una de esas cosas recurrentes en este equipo, en esta temporada, no entran. Hoy el equipo se superó a sí mismo”.

A pesar de todo, el “Jefe” está seguro: “Hoy hemos dado un paso al frente, hubiera sido padre que las expectativas siguieran, pero no soy mago, no se cambia de la noche a la mañana, pero casi… La misión de un técnico es que se creen oportunidades de gol y hoy tuvimos muchas. Y no es pretexto de que se haya llegado hace dos días”.

Así es Tomás Boy , el nuevo “Jefe”, el encantador de serpientes: “A veces en mi carrera como entrenador no he tomado las mejores decisiones a la hora de elegir un proyecto. Han pasado muchos años y hay que tomar riesgos. Me pidieron ayuda y yo la puedo proporcionar dentro de mi experiencia y por qué no…

Si hubiera visto otra cosa me voy, ¿para qué seguir? Pero me quedo tranquilo, más allá de la derrota. No se pueden cambiar las cosa de la noche a la mañana, pero casi”.

Y no sabe qué pasará cuando termino el Apertura 2019: “Me voy partido a partido, jugada a jugada, metro a metro. Así lo dije a los jugadores. La directiva dirá lo que se va a hacer”.

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