Históricamente, el reino de Dios irrumpió hace dos mil años en la historia de los hombres y no ha terminado de hacer sentir sus efectos

“No puede ser feliz el país que, en Ucrania, causa tanto dolor, tantas muertes, tantas pérdidas (...) No puede ser feliz el país donde el cinismo es reflejo de protección, donde quien distingue el bien del mal pasa por loco”