Por André Matías Taboada

Se duda de la capacidad que tienen las infancias para autoidentificarse y nombrar su género con certeza, más allá de las imposiciones. Algunxs personajes de la política, líderes de la religión y biologicistas, apelan a que la existencia de las infancias trans y no binarias responde a una moda (una falla a lo normal). Pero se equivocan. Hemos estado aquí siempre, somos y seremos cada vez más.

¿Cómo se imaginan que llegamos aquí lxs adultxs y juventudes trans y no binaries que tenemos el “privilegio” de reexistir ante las fauces de quienes buscan invisibilizarnos?

¡Lucha y resistencia ante el adultocentrismo!

¿Cuánto más debemos de pelear por habitar un mundo que también es nuestro? ¿Cuántas infancias más deberán despertar e irse a dormir cansadxs por no ser nombradxs como se identifican? ¿Cuántos llantos más que les ahoguen de tristeza y desesperación?

Las niñas, les niñes y los niños, fuimos y son sujetxs de derecho; tanto como una persona declaración de los Derechos Humanos apunta que es vital para su desarrollo un entorno que brinde seguridad y protección, y esa responsabilidad —considero— debería empezar por el Estado.

¿Y sabes qué? Sobretodo —se atreve a narrar mi niño que fui y que mira mis manos escribir—, las infancias trans y no binarias necesitan ser abrazadas y validadas. Merecen hablar por ellxs mismxs, tejer sus propias memorias, ver representaciones posibles, más allá del azul y el rosa, vestir de muchos colores y hacer infinitas combinaciones; de ropas, de géneros, de expresiones, de latidos.

Necesitamos menos titulares amarillos con lamentables noticias de personas trans asesinadas, violentadas o que se cansaron de esperar por un mundo menos amargo. Merecemos más espacio y visibilidad para lxs cantantes trans, poetas trans, xadres trans, médicxs trans, cajerxs trans, carpinterxs trans, docentes trans, etc... ¡Y que viva la redundancia siendo más y más y más trans! Y que se note, y que se nos vea, y que seamos más referentes en los medios de comunicación y en lo cotidiano. Y al mismo tiempo, que el prefijo trans y lo que significa no sea per se la nota o el morbo sino que se hable de nuestros talentos, de las oportunidades que se abren, de los espacios que estamos reapropiándonos: y que nuestra vida ocurra en todas sus formas.

Las infancias Trans no son un error: ni genotípica, ni fenotípica, ni genitalmente; somos la luz del irrenunciable derecho a vivir, la asignatura pendiente en la agenda pública, la mayor consciencia de lo que es Ser y descubrirse. Que no se hable de ellxs como minorías, por el contrario, que se reconozca que son (y fuimos) millones y que su voz traspasa las fronteras de todas las negativas que recibieron cuando han querido/quisieron jugar, vestirse, cantar, amar. Que todos sus dolores se conviertan en reparaciones colectivas que acompañen y acuerpen cuando sea preciso. Y eso está urgiendo para HOY, en presente y también en gerundio.

Tengo ganas de tomar a mi yo de hace muchos años y que al mismo tiempo mis brazos y palabras sean eco para decirle a quienes también fueron chiquitxs trans y les faltó escucharlo, pero también a quien hoy lo requiere: suelta el balón si no lo quieres jugar, ponte la falda que quieres usar o viceversa. Nómbrate Rosa, María, Juan, Raul, Sylvia, Marsha, Amelio. Mi chiquitx, no estás solx. Ven, te abrazo, porque está bien ser quien eres; y no sabes el orgullo que me da verte crecer. Me comprometo a estar contigo y ayudarle al mundo a abrirte camino y respetar tu andanza. Me importas, eres real, te quiero así.

¿Qué necesitamos entonces?

Protocolos de actuación urgente en las instituciones educativas, el apoyo al derecho a la identidad —con posibilidad de reconocimiento para todas las edades— en cada estado de la República Mexicana. Además, pronunciamientos e instrucciones institucionales claras para la actuación de funcionarixs y servidores en lo público y lo privado. Posturas firmes, leyes y acciones que actúen a favor de la no discriminación por razón de identidad. Atención médica gratuita, profesional, humana e informada. Que cambien las categorías en las que se piensan los cuerpos y el género, y cesen los intentos por erradicarnos.

Hoy en el Día de las Infancias celebro tener la oportunidad —como colaborador de The Trevor Project México—), de redactar esta columna para que la existencia de las infancias trans y no binarias sea visible para el mundo. Sin duda, es algo que no habría imaginado hace 10 años que comencé a darme vida eligiéndome a mí a través de comenzar mi transición. Tampoco me creería haber podido elegir mi nombre y que ahora mis hermanas, mi mamá, mis tíxs, sobrinxs, primxs, amistades, parejas y colegas del trabajo me llamen así. Menos habría soñado en que mi identidad pudiera ser un puente que, como profesional, sumara a mi propósito de vida. Con esto quiero compartirte que también hay un futuro para ti donde existan espacios en los que tu género sí importe; es decir, que te apoyen y reconozcan como quien viniste a ser a este mundo, que te arropen, amen, acompañen y sostengan cuando sea necesario.

También quiero invitarte a hacerle un lugar a la paciencia, eso permitirá que seas gentil contigo y con tus procesos, y poder disfrutar de los aprendizajes y momentos invaluables de tu andanza. Recuerda, sobre todas las cosas, que tienes todo el derecho a pedir ayuda; si eliges que sea con nosotrxs, bastará con que envíes un WhatsApp con la palabra ‘Comenzar’ al 55 9225 3337 y unx Consejerx Capacitadx escuchará tus inquietudes y sentires.

Además, dentro de esos muchos abrazos que te van a recibir, ten presente que tienes a tu manada trans que te respalda. Y cuando existan días lluviosos que opaquen tu forma de ver el mundo, que por supuesto es una sensación igualmente humana, ten presente que tu vida es valiosa ya por sí misma.

Vocerx y colaborador de Intervención en Crisis de The Trevor Project

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS