El partido gobernante y su candidata han decidido promover una campaña basada en el miedo y la mentira. Han insistido una y otra vez que de ganar la oposición desaparecerán los programas sociales, como si hubieran sido creados a partir de que llegaron al poder. Incluso los servidores de la nación les dicen a los beneficiarios que gracias a ellos existe el programa de adultos mayores. Nada más falso. Particularmente este último data de tiempos de Fox, pero en el sexenio peñista por primera vez se bajó la edad a 65 años para tener acceso a este derecho. Al llegar López Obrador se volvió a establecer a partir de los 68 años afectando con ello a cientos de miles de personas. Fue hasta mitad del periodo obradorista que se volvió a disminuir la edad. Con relación a los demás programas sociales simplemente no pueden desaparecer. No sólo porque están en la Constitución, sino porque muchos ya existían con anterioridad, con la diferencia de que se concebían como derechos y no como una dádiva otorgada directamente por el Presidente.

Es más, este gobierno se ha caracterizado justamente por disolver programas de gran trascendencia porque están relacionados con las infancias y particularmente las tareas del cuidado. Desde hace tiempo, uno de cada tres hogares es sostenido por mujeres y este hecho se asumió plenamente al poner en marcha políticas públicas en las que el Estado estaba obligado a compartir el cuidado de niños y niñas y hacer a un lado la idea machista de que esta era una responsabilidad sólo de las mujeres. La desaparición de las estancias infantiles, de las escuelas de tiempo completo, de los comedores comunitarios, entre otros, golpeó en el corazón de esta estrategia y volvió a recargar exclusivamente en los hombros femeninos esta tarea fundamental. La desaparición del seguro popular es otro de los grandes errores del actual gobierno afectando con ello a millones de mexicanos que no tienen acceso a la seguridad social. La prueba más contundente de este fracaso es que el INSABI tuvo que ser cancelado por lo que más de 50 millones no tienen acceso a la salud, cuando en 2018 esta cifra era de 20 millones, menoscabando justamente los derechos de los que menos tienen.

Un análisis objetivo presentado por el Subsecretario de Hacienda en el sexenio pasado, Fernando Galindo, señala que en el gobierno morenista ha desaparecido más de 30 programas sociales, entre ellos el de transferencias monetarias PROSPERA que beneficiaba a más de 7 millones de hogares, en particular a las mujeres y que incorporaba las vertientes de salud, educación, combate a la violencia, proyectos productivos, entre otros. Y qué decir de los programas de empleo temporal o el de Tres por Uno que beneficiaba a comunidades de alta migración con obra y esquemas productivos. Por eso hoy más que nunca es de gran importancia exigir que se hable con la verdad y, sobre todo, que la autoridad electoral ponga freno a este engaño que sólo confunde al electorado e incentiva el miedo. Es obligación del INE velar porque las y los ciudadanos tengan en sus manos información objetiva y veraz para decidir con libertad quién debe regir los destinos del país. Lo otro es simplemente convalidar este artificio.

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