#LaVozDeLosExpertos

“The interplay between the user and the provider will be so in sympatico, it is going to crush our ideas of what mediums are all about.” — David Bowie

El 29 de octubre del año 1969, Charley Kline y Leonard Kleinrock enviaron, desde la universidad de UCLA, al investigador de la Universidad de Stanford, Bill Duval, un mensaje de dos letras: “lo”. El mensaje deseado (“login)”, se truncó por un fallo informático. La antesala de internet inició con una pérdida de paquetes, misma que se fue resolviendo gracias a la voluntad, trabajo y toma de decisiones de gobiernos y reguladores alrededor del mundo. Pero llegar a este punto ha tenido sus momentos.

La manera más simple para entendernos es hablar el mismo idioma. Lo mismo se requería para que internet se adoptara en el mundo. Todo tipo de computadoras necesitaban hablar el mismo idioma para comunicarse entre sí directamente sin tener que usar traductores. Para esto había dos caminos: el de un grupo de científicos de gobiernos que propusieron el Sistema Abierto de Interconexión Estándar (OSI), que fue criticado por ser poco escalable; y el de Cerf (@vgcerf) y Khan, que propusieron los protocolos de control de transmisión y de internet (TCP/IP).

TCP/IP funcionó como el correo: mete el mensaje en sobres (paquetes) y coloca la dirección en el exterior. Lo que las computadoras en la red tienen que hacer es pasar el mensaje a su destino; mientras la computadora receptora descifra qué hacer con la información del sobre. Dado que funcionaba bien y era gratuito, se logró la rápida expansión global de internet. Una variedad de gobiernos, incluido Estados Unidos, finalmente apoyó OSI, pero fue demasiado tarde. TCP/IP había hecho que el internet fuera más barato, más innovador y menos vinculado a los estándares oficiales del gobierno.

Otros momentos claves de estos 50 años han sido menos técnicos y más humanos: 1996, a raíz de la creciente pornografía en servidores en EEUU, el congreso de ese país publicó la ley de Decencia en las Comunicaciones. Al año siguiente su Corte Suprema deconstruye ese documento, pero deja la sección 230, clave para el crecimiento de la industria de internet: “Ningún proveedor o usuario de un servicio informático interactivo será tratado como el editor o el orador de ninguna información proporcionado por otro proveedor de contenido de información”.

En 1998 el gobierno contrata a ICANN para pasarle el control de las asignaciones de nombres y números de internet (que tuvo una persona por cerca de 20 años); en 2016 deja de ser un contratista del gobierno de EEUU y se vuelve independiente.

Finalmente, y sin agregar mucho #ruidoblanco a los 50 años de internet, viene el momento en donde se acaba la lucha por la adopción y entendemos que los nuevos usuarios utilizan sistemas de comunicación y comercio electrónico con soltura. Por ello, hay que fomentar el pensamiento crítico y la educación digital.

Nota: la opinión de Ricardo Blanco es personal y no refleja la del medio ni la de la empresa para la que trabaja.

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